Capitulo 26. Fue la única manera de librarse de la violencia.

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Cómo lo prometió, no puso resistencia ante la violencia…

Poniendo como su prioridad a Michelle y solo a Michelle; cerro los ojos, trato de calmar el sentimiento de asco que lo invadía y aguanto todo lo que pudo…

En algún punto, su mente se volvió difusa, era como si se hubiese perdido en sus pensamientos, disociando para salvarse, recluyéndose en su propia mente.

—Concéntrate... —Murmuro Vaegan golpeando repetidas veces la mejilla derecha de Scott, tratando de arrestarlo nuevamente a la realidad.

Pero el joven lobo no parecía ni tener la suficiente lucidez para contestar.

El cuervo, al verlo delirar debido a la droga, sintió un repentino arrebato de la libido.

—Agh... Puta madre, esto ya no es divertido.

Algo agotado, sintiendo sus piernas arder del esfuerzo de moverse incontrolable, y su verga aflojarse del aburrimiento, salió del cálido interior. Verlo sufrir por mano propia se ha vuelto aburrido y monótono. Ya no siente la misma emoción y excitación que la primera vez que le arrebato la virginidad.

Ya no grita en llanto pidiéndole ayuda a su mami, ya no hay esa chispa de terror en sus ojos. Dejo de luchar totalmente. Vaegan lo quiere ver tratar de huir de la violencia, lo quiere ver moribundo, sintiendo el dolor en su máximo esplendor, no… Disociando.

Viendo que su deseo sexual se desvaneció abruptamente, lo dejo en la cama. No le importó una mierda dejarlo agonizar en silencio rodeado de jeringas y ampolletas rotas con las cuales ambos se drogaron.

Aburrido, sintiendo que la heroína abandona su cuerpo poco a poco, decidió sentarse en un sillón justo por un lado de la cama, con una botella de whisky en sus manos.

Sus ojos de cazador, entrecerrados y tan oscuros como las profundidades del mar, observaron detenidamente al moribundo alfa, mientras se empinaba la botella. De alguna manera, deseo detallarlo en su mente; Piernas inertes, ojos oscuros y perdidos, una mirada sin esperanza…

Será un recuerdo que va a atesorar hasta el día de su muerte. El día en el que finalmente, después de tantos y tantos años, el Norte finalmente dio el primer paso a la venganza. Vaegan se encargará personalmente que la historia de Scott Raxton siendo ultrajado hasta la locura, sea recordada por todos. En todo el jodido mundo.

—Eres tan lamentable… Y pensar que solía tenerles miedo a ti y a tu familia. "Son fuertes, son ágiles, más inteligentes que cualquiera" ¿Dónde está tu fuerza? ¿Dónde está tu agilidad? ¿No fue tu “inteligencia” la que terminó por arruinarte?

Scott no contestó, no estaba en las condiciones necesarias para siquiera entender lo que decían, pero Vaegan siguió.

—No eras más que un puto privilegiado, no tienes fuerza, tampoco inteligencia, y obviamente, no eres mejor que yo…

Pero Scott tampoco contesto y solo se hizo bolita sobre la cama.

Vaegan, observó al joven llorar débilmente, como si tratará de que no lo escuchará. Parece haber recobrado lucidez del momento. Siempre hace lo mismo, se disocia, delira, llora y se duerme.

Pero lamentablemente justo ahora no podrá hacer lo último, pues, una pronta idea le cruzo la mente al tirano, y sin pensarla mucho; decide que la llevará a cabo.

Se levanta, se viste solo con una bata de baño, y va hacia la puerta. Afuera, hay dos guardias custodiando cerca de la habitación. Con un movimiento engreído de aleteo de manos, hace que uno de ellos se acerque.

—Mande mi señor.

—Díganle a Jarlan, que traiga a sus muchachos…

Luego de dar la orden, los hombres se fueron a toda prisa y Vaegan volvió a entrar en la habitación.

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