Capitulo 18. El joven lobo y el cuervo del norte.

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Por la noche; para la cena; en el comedor principal, se organizó un gran festín en honor a Vaegan Bloodaxe y su llegada.

Aunque los únicos invitados fueron; Scott, Aeran y Vaegan, la intención era clara; dar una bienvenida a un aliado.

Además, sé prometió discutir temas importantes y de extrema importancia. No pueden tener a cualquier invitado en la habitación, corriendo el riego de que se difunda información confidencial.

Así que, rodeados de exquisitos platillos gourmet, finos cortes de carne preparados por chefs de alto renombre y el vino más costoso y añejo que pudieron encontrar; fue que inicio la tan ansiada conversación sobre el matrimonio Raxton y Bloodaxe…

—Creo que es momento de hablar claramente sobre los intereses en común de nuestras casas… —La conversación fue iniciada por Scott, a la cabeza de la mesa, teniendo por el lado izquierdo a Vaegan y por el lado derecho a Aeran. Mirándole fijamente y atentos, tomando en sus copas un exquisito vino añejo, con las manos envueltas en anillos de oro y piedras preciosas. —Mis peticiones son claras; quiero salvar a mi madre, solo eso. Y… Después de pensarlo con más calma, he llegado a la conclusión de que no deseo comenzar una guerra.

—Eso no fue parte del trato.—Hablo Aeran apresuradamente, dejando su copa de vino, por un lado, y poniéndose ligeramente a la defensiva. Más que nada, se siente ofendido por saber que Scott cambio totalmente los planes a su antojo sin consultárselo antes. —Acordamos algo diferente, Scott.

—Lo sé. Pero no quiero ordenar un genocidio. No es moralmente correcto para mí. —Guardo silencio, observó sus manos ligeramente temblorosas y trato de controlar los nervios —Quiero salvar a mi madre haciendo el menor daño posible en el proceso. Por ello propongo una estrategia de infiltración y resistencia.

—¡Eso-

—Tío, por favor. —Gruño Vaegan con una voz fuerte y demandante, tratando de defender los ideales de su prometido —Permítele hablar. No podemos hacer suposiciones apresuradas. Escuchemos lo que tiene que decir el muchacho.

El rey observó a su sobrino con una mirada que lo decía todo; Hijo de perra.
Y a regañadientes se tranquilizó. Ahora que tiene un lugar en la mesa donde se discute el futuro de Nyx, no puede echarlo a perder con rabietas. Solo así se calmó y le permitió a Scott hablar.

—Trasladar a mi madre hasta el hospital en central, tomar el lugar con rehenes; a los cuales no se les hará daño, y resistir todo lo posible mientras ayudan a mi madre. —Eso, fue lo que resumidamente, propuso Scott.

—Necesitarás mínimo dos días para que puedan ayudarla correctamente ¿Pero si empeora? ¿Cómo la vamos a sacar de allí? No sabemos si soportara el viaje de vuelta —Comento Vaegan, cruzándose de brazos y recargándose en su asiento, buscando los puntos débiles del plan de Scott para resolverlos a la brevedad posible y saber si es viable tal operación.

—Sí, dos días serán suficientes para completar el proceso de remoción de la marca. Y si empeora… La dejaremos allí. —Cuando dijo esto último; tanto Vaegan cómo Aeran, se tensaron.

¿Escucharon bien? ¿Abandonarla?

—¿Abandonarás a mi hija, a su suerte? —Gruño apretando los dientes dentro de su boca con ese sentimiento de rabia a flor de piel.

—Ellos no la dejarán morir, mi madre es valiosa para nosotros, ellos lo saben, no la dejarán morir.

El rubio, el prometido, el cuervo; Vaegan, asintió más convencido y siguió buscando más puntos débiles.

—¿Y si no sucede tal desgracia? ¿Cómo haremos para regresar? ¿No nos tendrán rodeados en cuanto se enteren de que tomamos rehenes?

—Cortaremos la comunicación. Son un hospital privado y poco concurrido, no será extraño para nadie que no puedan contactarse con ellos. Además; Propongo una distracción para que Antonov movilice a su fuerza especial de reacción inmediata; liderada por el general Ryabinsky. Ellos son el verdadero peligro. Si nos deshacemos de ellos, el resto será más fácil.

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