Capitulo 26. Nadie va a salvarte, levántate, se tu propio héroe.

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Aproximadamente a las tres de la mañana, un hombre llega a un hospital privado. Su rostro, pálido y sudoroso, es notable. Sus líneas de expresión, producto del envejecimiento, se ven curvadas por un rostro arrugado de los nervios y una expresión de culpa.

"¡Debí haberlo protegido, debí estar allí para cuidarlo!" —El hombre en cuestión, se culpa de decisiones que no puede cambiar y de un pasado que ya no puede alterar…

[Paf] Empuja la puerta de la entrada del hospital provocando un escándalo. En la entrada ya lo espera una enfermera con indicaciones de guiarlo a una habitación en específico.

—¿Qué sucede? ¿Qué le pasó? ¿Dónde está? —Al momento de su llegada, tres preguntas se sueltan de su boca, esas preguntas la tuvo atoradas en forma de nudo en la garganta durante todo el camino hasta el hospital. —Dígame por favor señorita.

Pero la mujer niega con estrictas órdenes.

—Lo siento mucho, señor Kastar —Murmura algo nerviosa —No tengo permitido divulgar información sin autorización, por favor solo sígame, el doctor Stephen lo espera, él le informará sobre la situación.

El hombre, de algunos cincuenta años de edad, asiente no muy feliz con la respuesta y la sigue caminando a toda prisa hasta un ascensor.

La espera al subir esos tres pisos es infinita, se siente eterna, como si el tiempo simplemente se detuviese allí dentro, o quizá, era simplemente el corazón acelerado del antiguo consejero que simplemente está muy acelerado.

La adrenalina le recorre el cuerpo provocando un estímulo excesivo, siente su corazón latir con mucha fuerza, y los nervios que le provoca no saber de Scott, simplemente crecen, y crecen y crecen, al igual que la culpa...

[Ding]

Finalmente, las puertas metálicas se abren de par en par, dándole paso al par de personas que llegan a una sala de espera. Allí, finalmente se encuentran con el doctor que tiene la obligación de atender a la familia Raxton; Stephen. El hombre a cargo del hospital privado donde se atiende a la elite y el encargado personal de tratar cualquier asunto relacionado con la salud de los Raxton dentro de ese hospital.

—¿Dónde está? ¿Dónde está mi muchacho? —Kastar, con la voz algo nerviosa y el cuerpo temblando, se acerca a Stephen y le toma de los hombros, como si tratará de hacerle entender que no se irá hasta que le digan lo que quiere saber—¿Qué sucedió?

—Que bueno que llegaste, es urgente. —Stephen, señala una puerta de madera gruesa en color negro y dice; —Él está allí dentro, nos prohíbe la entrada a todos, apenas hemos podido tratarlo a tiempo.

—¿Cómo? ¿El se encerró? ¿Por qué no están tratando de derribar la puerta?

—Kastar

—¡Mi muchacho está allí dentro y no hacen nada!

—Kastar…

—¡Mi muchacho está herido, hagan algo!

—¡Kastar, escúchame por el amor de dios!

—¡¿Qué?! —Fastidiado, pensando que las personas a su alrededor son unos incompetentes, explota —¡¿Qué tienes que decir en tu defensa?!

—Kastar… Se cortó las venas. —Finalmente suelta la noticia que le cae como balde de agua helada y lo termina callando —Scott Raxton intento suicidarse.

—¿Qué…? —Sus ojos denotan una incredulidad incomparable. ¿Scott? ¿En verdad está hablando de Scott? —Él… Él no haría algo así. Es una persona competente. Él jamás dejaría a Michelle o Emilia solas. ¡Él no haría algo así!

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