21 "Don't read the last page But I stay when it's hard, or it's wrong..."

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Doha, Qatar, 2022






❝Don't read the last page
But I stay when it's hard
or it's wrong, or we're making
mistakes
I want your midnights
But I'll be cleaning up bottles
with you on New Year's Day❞






























Las cosas estaban tranquilas, por suerte, quedaban dos días para la final del mundo, y Cata sentía que los chicos estaban motivados, que tenían esas ganas de comerse la cancha y que nada iba a pararlos.

Eso hablaba de lo fuerte que estaban como equipo y ella sabía, muy en el fondo de su ser, que podían llevar esa copa a casa.

Lamentablemente, habían otras cosas en la mente de Julian en ese momento, que lo mantenían distraído de él hecho de que iban a jugar una final contra Francia, el actual campeón, en dos días.

— ¿Te sentis bien amor?

La chica estaba retorciéndose en su cama.

— Nunca más como tres choripanes para después clavarme un pedazo de vacío con ensalada rusa — se quejaba la pelirroja, haciéndose bolita porque sentía todo su estómago revuelto.

Julian rió y se sentó en la cama, posando la cabeza de su novia en sus piernas para hacerle mimos en el pelo, esperando de una forma tonta poder ayudarla a sanar aquel dolor.

— ¿Queres que vayamos al médico? — preguntó preocupado — Si los médicos de la selección están ocupados vamos a un hospital…

— No, no vamos a joder a nadie — negó Catalina, acomodándose mejor para que que novio la abrace y siga con sus caricias porque por más estúpido que sonará, ella si sentía una diferencia — Me tomó una buscapina y fue.

— Cata…

— Ju, me cayó mal el asado nada más — insistió la pelirroja, suspirando — Venía comiendo como el orto y comer tanto en el asado me terminó de reventar, gracias dios que no tomé nada.

El acuariano no estaba de acuerdo, pero sabía lo mucho que su novia odiaba ir al médico, si ella no se estaba muriendo no iba a ir y no había forma de convencerla, así que hizo la única alternativa que le quedaba: mimarla y cuidarla él mismo.

Cata no tenía ánimos ni fuerza para sí quiera pararse así que el se encargó de llevarle a la cama un té con limón y unas galletitas de agua (no sabía cómo las había conseguido) porque eso es lo que los argentinos consumen cuando están mal del estomago.

Había conseguido en ki una bolsa de calor, que se la ponía en la parte baja de su abdomen para que el calor calmara los dolores, la hacía tomar gatorade cada hora, y para terminar, consiguió esa bendita buscapina que Cata tanto quería.

— Me tengo que ir a entrenar — comunicó preocupado a Cata, que estaba comiendo su tercera galletita de agua del día con un poco de la gatorade de manzana — ¿No queres que le diga a Scaloni y me quede con vos?

Si había algo por lo que Julian se preocupaba, era por la salud de Cata. El chico padecía cuando su novia se enfermaba, era demasiado sobreprotector en ese sentido y cuando salían antes, si él era capaz de cancelar todos sus planes y quedarse día y noche con ella hasta verla mejor, lo iba hacer.

Back To December | Julian Alvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora