Capítulo: 23

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__Ocuparé mi día en tierra, lo pasaré contigo__a penas Emilio escucha eso pone sus ojos verdes sobre Joaquín, lo había tomado por sorpresa.

__¿Qué?__o sea, no lo malinterpreten amaba la idea de que Joaquín pasara un día en tierra con el, pero ese día sólo lo viviría una sola vez.

No podía gastarselo en algo tan insignificante como lo era él.

__Está decidido, será el día antes que te vayas__Joaquín se da cuenta de la mirada de Emilio y ladea su rostro comprendiendolo__es lo que quiero, por favor respetalo.

__Lo respeto, pero siento que no lo merezco__el oji-azul se alza un poco y se inclina lo suficiente para dejar un beso en el mentón de Emilio.

__Eres el único que lo merece, la decisión ya está tomada.

El pirata decide mantenerse callado, no estaba de acuerdo con la decisión de Joaquín, podría necesitar ese día para cualquier otra situación de vida o muerte, no podía gastarselo de esa manera.

Emilio niega con su cabeza y aparta la mirada, no quería mirar al castaño.

__Vamos Emilio... No te lo tomes así.

__No sabes que te puede esperar en el futuro, puede ocurrir algo y necesitarás cambiar, no puedo evitar pensar que no podrás hacerlo por mi culpa.

__¡No es tu culpa es lo que yo quiero!

__¡Pero lo que quieres no está bien! ¡un mísero pirata como yo no merece esto!__el oji-verde baja su voz y muerde su labio inferior__no te merezco.

__Tú mismo me has dicho que vives un día a la vez, debemos vivir el ahora no un futuro ficticio que puede cambiar en cualquier momento.

El rizado lleva sus manos a su rostro y suelta un suspiro en ellas, se estira de espaldas y su mirada se pone en el cielo.

No quería molestarse con Joaquín y menos quería que este se molestara con él.

__Bien, lo siento__murmura entre dientes, siente al oji-azul bufar y voltea a verlo__el barco está progresando rápidamente, cuando menos lo esperes yo ya estaré de vuelta al mar.

__Quiero que vuelvas, prométeme que volverás sano y a salvo__Emilio sólo necesita mirarlo a los ojos para que Joaquín notara que no podía prometer algo de esa magnitud__vamos Emilio, promételo, miénteme, pero promételo.

__Ya no van a haber más mentiras entre nosotros y no puedo prometer algo que puedo romper, no quiero decepcionarte__los preciosos ojos oceánicos de Joaquín se llenan de lágrimas y Emilio se siente culpable__no, no llores.

__Quiero que estés bien, odio que estés metido en este drama... Puedo acompañarlos, puedo ser de ayuda, déjame ir__el oji-verde inmediatamente niega con su cabeza, era arriesgado que un tritón de luz fuera al ame oscuro dónde la oscuridad predominaba.

__Sabes que jamás lo aceptaría, me arriesgo de esta forma para que tú estés bien, no tendría sentido llevarte hacia tu perdición__Joaquín comienza a negar con su cabeza.

El hecho de saber que el tiempo se escapaba de sus manos y que Emilio iría directo a la oscuridad lo hacia sentir impotente.

Creía poder aceptarlo, pero se había dado cuenta que jamás sería así.

__Te quiero lleno de luz, te quiero feliz__y por primera vez Emilio ve llorar un tritón, Joaquín también se sorprende porque era muy raro que una sirena o un tritón derramara lágrimas.

Sólo lo hacia cuando tenían verdaderos sentimientos.

Joaquín cae en cuenta, le aterraba perder a Emilio.

__No puedo, no puedo dejarte ir__Emilio sólo niega con su cabeza y se inclina para dejar un casto beso en los labios de Joaquín.

__La decisión ya está tomada__repite sus mismas palabras y el castaño cierra sus ojos con fuerza__¿sabías que el mar realmente es la mar?

Joaquín prefiere quedarse callado, sabía que Emilio intentaba cambiar el tema pero el no podía con la presión que sentía en su pecho, le faltaba el aire.

Odiaba no poder tomar el control, odiaba sentir que podía perder a Emilio, odiaba sentirse vulnerable.

__Sí, lo sé.

__Claro que lo sabías, es bastante triste... Todas las criaturas que viven con ella se pueden reproducir, pero ella no, es infértil__Emilio cierra sus ojos y toma un profundo respiro__por eso se molesta tanto que entre al agua una mujer embarazada o una mujer que esté menstruando, las maltrata.

Joaquín pone su atención ante lo que estaba diciendo Emilio, el nunca había visto eso antes.

__¿Cómo que las maltrata?

__Se pone furiosa, más bien envidiosa y las echa, da miedo cuando eso sucede, tampoco debemos insultarla, le das la espalda y te apuñalará.

Joaquín mira el agua en dónde estaba nadando y frunce su ceño ante la nueva información.

__Por eso los piratas nos comprometemos con ella, es algo metafórico, pero le mostramos respeto__Joaquín siente una caricia en su hombro e inmediatamente su cuerpo se relaja__aunque creo que la estoy engañado porque me gustas.

__Eres un idiota, no digas eso__Emilio ríe y se levanta de su lugar, comienza a quitar su ropa y miérda, Joaquín seguía cohibiendose cuando hacia eso.

Le da la espalda y Emilio ríe de forma baja ante eso.

En menos de lo esperado estaba en el agua, dejando un beso en el hombro del castaño.

Joaquín se voltea y suspira ante la cercanía, Emilio sonríe y pasa sus brazos por su cintura, sin siquiera pensarlo se inclina para besar los labios del castaño.

La respiración del oji-azul se atasca, pero luego la regulariza gracias a sus branquias.

Pasa sus brazos por los hombros de Emilio y corresponde el beso con lentitud, dándose el tiempo de disfrutar de los labios ajenos.

El castaño apega su pecho contra el de Emilio y ladea sus rostro, ya no se sentía tímido al momento de besar y todo lo que sabía lo había aprendido con el oji-verde.

Emilio en un intento de recuperar la falta de aire, muerde el labio inferior del tritón y se separa sólo por un par de segundos, normaliza su respiración y vuelve a besar los labios de Joaquín.

Lo extrañaría, lo extrañaría muchísimo y quería recordarlo durante sus noches de insomnio, quería tomar todo de él y guardarlo como uno de sus más preciados tesoros dentro de su mente.

Porque así era Emilio, no guardaba sus objetos valiosos en un cofre para luego enterrarlo en una isla desértica.

Él llevaba todo consigo, en su cuerpo, ropa, corazón y mente.

Y Joaquín definitivamente estaría en cada uno de esos lugares, se había metido tan debajo de su piel que ya no podía soltarlo, no lo soltaría nunca a menos que el se lo pidiera.

OCEAN HEART (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora