El trineo no había sido la mejor de las ideas. Emma no había logrado probarlo puesto que, después del tropiezo contra el árbol, la cuerda había dejado de funcionar e iba raro. No resbalaba del todo bien. Se habían vuelto a la cafetería, pero Senju no estaba. El resto estaban tomando algo caliente o, en el caso de Mikey, un zumito mientras miraban por la ventana nevar. Era cierto que la nieve también se había intensificado y era más que imposible seguir con las actividades así. Estaban en completo silencio mirando, pero duró poco.
Mikey: Yo quería hacer un muñeco...
Takemichi: Y yo jugar con la nieve...
Sanzu: Yo me he congelado... ¡Y me sigo congelando! ¡Trae la manta!
Emma: Sanzu, no grites, por favor.
Otra vez silencio. Pero, no todo fue silencio. Era cierto que Senju no estaba y eso daba una gran ventaja para poder hablar sobre lo que estaba pasando en aquel viaje. Mikey cogió un lápiz del menú de niños y una servilleta para escribir. Se disponía a abrir una investigación.
Mikey: ¿Qué sabemos de Senju?
Sanzu: ¡Pedazo esquizofrénica!
Mikey: Apuntado.
Emma: Habla y se rie sola.
Sanzu: Esquizofrénica.
Takemichi: Llama a algo "ellos" cuando nunca hay nadie...
Sanzu: Esquizofrénica.
Draken: No quiere participar con nosotros a pesar que ella ha decidido el viaje este.
Sanzu: ¡Esquizofrénica!
Los cuatro le hicieron callar, alguno poniéndole una mano en la boca. Sonrió. La nevada se hizo más fuerte mientras Mikey seguía escribiendo. Todos se callaron, esperando. Bueno, Emma bebió algo de su chocolate caliente mientras. En ese momento, se tocó la garganta. Al principio fue flojo, pero de repente, empezó a hacer como si quisiese toser y no pudiese. Ahora tuvo la atención de todos, pero por las dudas.
Draken: ¿Emma? ¿Qué pasa...?
Takemichi: ¡¿Se ahoga?!
No dijo nada, se levantó intentando toser todavía. Todos, menos Sanzu, fueron en su rescate. Obtuvo la atención de muchos de la cafetería, pero nadie hacía nada. Draken le empezó a golpear la espalda, Takemichi a abrir la boca y Mikey siguió preguntando, subido en su asiento. Entonces, Sanzu le pasó a Mikey su zumo.
Sanzu: Dale que beba esto.
Takemichi: ¡Bien pensado! ¡Emma, bebe!
Le metió la pajita en la boca y ella bebió por sí sola. Al segundo, se le pasó el efecto del chocolate y se sentó de rodillas en el suelo, cogiendo aire. Los cuatro chicos la miraron de arriba a abajo, esperando su respuesta. Con lágrimas sobresalientes, miró arriba.
Emma: Ha sido horrible... Ha sido una sensación como si algo o alguien tratase de perforarme la garganta...
Sanzu: Algo así sentí cuando me exorcisaron al demonios que se hace pasar por mi hermana... Solo que yo vomité.
Takemichi: De nuevo, información innecesaria.
Sanzu: ¿Qué? Es la verdad.
Emma: Si me disculpaís, voy a subir al cuarto a tumbarme un momento porque me encuentro fatal...
Se despidieron de ella y subió, dejándoles solos a los cuatro. La nieve no daba tregua y ellos solo miraban fuera. Sanzu agarró el vaso de Emma y lo miró de arriba a abajo. Todos desviaron su vista hacia él.
Mikey: ¿Qué haces? ¿Te lo piensas beber?
Sanzu: Tengo una teoría, pero no quiero arriesgar. Prueba tu, Takemichi.
Takemichi: ¡Ni de broma! ¡Tú idea, hazla tu!
Sanzu: Pues vale, idiota... Mikey, ¿te queda zumo?
Asintió. Sanzu suspiró, poniéndose la taza en la parte superior del labio. Lamió solo la parte más sobresaliente. Al segundo, se le cayó la taza de la mano y se quedó paralizado. Los otros tres abrieron los ojos y Mikey le pasó el zumo corriendo. Sanzu tuvo la misma reacción que Emma, como de arcadas al no poder toser. Agarró el zumo y se lo metió en la boca. El efecto se pasó rápidamente y soltó también el zumo. La taza se había roto alrededor de su silla y ya estaban recogiéndolo con una escoba. Sanzu respiraba con la mano en la cara.
Sanzu: Sí, no me equivocaba... Es la misma sensación que cuando tienes un fantasma en el cuerpo... Dios, que náuseas.
Takemichi: Pero eso no tiene sentido. ¿Cómo va a saber igual? ¿Eso lleva mejunje de fantasma?
Sanzu: ¿Las vuestras no?
Negaron pero con duda. ¿Por qué la de Emma sí estaba envenenada pero las suyas no? Había alguna que otra teoría, pero ninguna figuraba bien. Sanzu se tapó la boca con los ojos cerrados.
Sanzu: Me quiero ir al cuarto... Tengo frío...
Mikey: Es que, ¿para qué pruebas esta cosa? ¡Idiota!
Takemichi: ¡¿Y si era veneno?!
Sanzu: ¡Es veneno, imbécil! ¡Han querido envenenar a Emma!
Draken: Y tú vas y lo pruebas. Bien, Sanzu.
Apretó los dientes. A los otros dos no les había quedado tan claro, pero la idea importante la tenían. Alguien había querido envenenar a Emma con sustancia fantasmal. Y Sanzu lo había comprobado, por lo que también se había envenenado.
Takemichi: En el cuarto hay libros de todo tipo, a lo mejor podemos descubrir como parar el envenenamiento.
Draken: Me parece bien.
Mikey: Jo, ¿leer...?
Salieron de allí rápidamente. En la habitación estaba Senju leyendo tirada en la cama y Emma en la cama de Draken tumbada con cara de estar sufriendo, justo como Sanzu. Los pusieron juntos para no estar dando vueltas por la habitación. Mikey se quedó mirando mientras los otros buscaban un libro. Senju desvío su vista hacia arriba disimuladamente.
Senju: ¿Se han envenenado?
Draken: Sí, y es de lo más grave, Senju.
Senju: Dadles a chupar un limón.
Takemichi: ¡¿Qué tipo de insulto es ese?!
Senju: No es un insulto, pero este sí. Idiota.
Draken: ¿Cómo podemos confiar en ti?
Senju: He sido medio fantasma mucho tiempo, sé como van los hechizos de envenenamiento espiritual y sustancia fantasmal. El suyo es uno de clase normal. Sus síntomas son sufrir, obviamente, fiebre en algunos casos y mucho dolor en el cuello. Lo hacen para meter a los fantasmas en cuerpos humanos de otra forma que no sea metiéndose como yo hice con Sanzu. Probad a ver.
Los tres se miraron y asintieron. Takemichi bajó corriendo a por un limón. Por su parte, Mikey estaba con los dos envenenados. Le estaba dando la mano a Emma mientras ella tenía los ojos cerrados y respiraba con dificultades.
Draken: Pinta mal.
Senju: Ah, tranquilo. Se pasa, te lo aseguro.
Draken: ¿Tiene que ver algo la cantidad que hayan tomado?
Senju: En sí, no. Pero, Emma está muchísimo más grave que Sanzu y se nota desde ahí abajo.
La carrera que se metió Takemichi dio sus frutos. Se había caído dos veces por las escaleras, pero traía un limón para cada uno. Le pusieron uno a Emma y otro a Sanzu, balanceándoles para que estuvieran conscientes. Sanzu lamió una parte y puso una cara de horror al completo. Pero, al segundo, abrió los ojos. Ya respiraba normal y el dolor se había ido al completo. Miró a Draken, que estaba más que sorprendido de que Senju hubiese ayudado. Esquizofrénica, pero aún ayudaba a sus amigos y familiares. Emma se recuperó a las dos lamidas. Tras eso, esos dos mismos se echaron en la cama a descansar mientras los otros tres se ponían en un círculo. Senju negó, se quedaría al lado de su hermano leyendo. Mikey, Takemichi y Draken hablaron en bajo para que Senju no oyese.
Takemichi: ¿Cómo demonios lo sabía...?
Draken: Es cierto lo que ha dicho, y encima ha adivinado de lleno. Esos dos se han recuperado.
Mikey: ¿Y si es una trampa?
Senju: No es una trampa...
Los tres recibieron un escalofrío por toda la espalda. Miraron detrás con algo de miedo y sin disimular. Senju seguía leyendo. Pasó una hoja mientras seguía hablándoles.
Senju: Y si tenéis pensado hablar sobre mi y mis poderes, hacedlo fuera del cuarto porque ellos os escuchan.
Takemichi: ¿Por qué parte del cuarto están... Ellos?
Senju: Ocupan todo.
Takemichi: ¡Tsk! ¿Qué...?
Se estremeció y se echó hacia atrás. Miró de lado a lado con algo de miedo. Mikey y Draken lo notaron y le sonrieron a Senju mientras le cogían del brazo.
Mikey: Gracias por el aviso, Senju. Nos vamos fuera a hablar.
Takemichi: Entonces... ¿Están por todas partes...?
Salieron y cerraron. Se sentaron en las escaleras, dejando a Takemichi justo debajo de ellos. Hablaron con calma, intentando no llamar la atención de Senju.
Draken: Takemichi, no caigas en las retorcidas ideas de Senju, que ya sabes como se encuentra ahora mismo.
Mikey: Sí, ¿quién va a estar en el cuarto aparte de nosotros seis?
Takemichi: No lo sé... Senju dice que ve gente o así...
Mikey: La única gente que va a ver va ser a nosotros y a ella misma en el espejo. ¡Tirando, seis personas!
Eso hizo que sonriese un poco. Los tres se levantaron dando ánimos al pobre Takemichi, dispuestos a volver a entrar al cuarto. La nieve se oía desde allí ya que iba demasiado fuerte. La habitación al abrir estaba más calmada que antes. Pero, un gran poder les dio de frente. Había mucha energía allí, pero no era energía buena, sino una oscura. Por un momento, les pareció ver a alguien más que a esos tres, pero la idea se desvaneció en cuanto la tensión se fue suavizando. Incluso, parecía haber un pequeño tipo de humo entre gris y morado que desapareció, dejando a Senju sola en todo el centro de la habitación. Emma y Sanzu estaban también, pero durmiendo en la cama y ella con la mirada en el libro pero hablando en susurros detrás de ella. Cuando entraron los otros tres, se calló y les miró fijamente con ojos de gato. Cerró el libro y se levantó, hablando de los otros dos con normalidad.
Senju: Se les está yendo el efecto mientras duermen, nosotros podemos salir, dicen.
Draken: No creo que salgamos si no queremos ser estatuas de hielo a partir de ahora... ¿Alguna idea de qué podemos hacer?
Takemichi: ¡Vamos otra vez abajo a reclamar el veneno!
Senju: ¡De una! ¿Nos adelantamos?
Asintió, pero se quedó un tanto serio. Los dos echaron a correr hacia abajo dejando solos a Mikey y a Draken. Se miraron y Mikey cambió a una mirada más sospechosa.
Mikey: No quiero dejar solo a Takemichi con Senju. A lo mejor se lo come...
Draken: ¡Sí, vamos abajo mejor!
Con la tarjeta en la mano, cerró la puerta y dejó a los otros dos encerrados. Siempre tenían el móvil cerca por si pasaba algo grave. Al llegar abajo, se encontraron con los otros dos completamente parados mirando la escena. La cafetería estaba apagada, totalmente destruida. Había cables que salían por los lados y las máquinas de café y chocolate en el suelo. Los cuatro se quedaron congelados, pero Mikey habló mientras cruzaba los brazos.
Mikey: Por envenenamiento.
Takemichi: Pero... ¿Cómo demonios...?
Senju: Ah, ya veo... Habéis sido vosotros en ambos casos, ¿verdad?
Los tres miraron como hablaba Senju a su lado como si hubiese alguien allí. Hablaba y tan normal mientras la miraban como si estuviese loca, aunque lo estaba. La nevada no había parado y la cafetería estaba destruida.
Mikey: ¡Oh, no! ¡¿Ahora qué vamos a hacer?!
Senju: Pues nada. ¿Sabéis jugar a juntas cuatro sotas?
Mikey: ¿Qué sí sé...? ¡Soy el mejor de todo el hostal!
Senju: ¡Ya lo veremos! ¡Una carrera hacia arriba, Mikey! ¡Vamos a jugar entonces!Ya llevaban media hora jugando a las cartas. Como no, Mikey había ganado todas las partidas como él decía... Aunque, con un poco de trampas y ayuda, en verdad. Mikey puso su última carta en lo alto de la torre del resto, sonriendo.
Mikey: ¡Cuatro sotas!
Takemichi: Pensé que estos eran los ases, ¿no?
Draken: Y lo son, Takemichi, lo son...
Mikey: Gané, ¿no?
Draken: En teoría sí... Ay, otra vez hemos perdido.
Lo dijo mientras se echaba hacia atrás en la cama. Habían juntado las dos camas para tener más espacio donde jugar. En la que se echó hacia atrás, se topó con los pies de Sanzu, que aún estaba echado en la cama. Sonrió con maldad cuando se le ocurrió una idea. Le pasó el dedo por toda la planta a Sanzu, el cual reaccionó con un movimiento hacia arriba con el resto de la pierna. Se empezó a reír mientras Takemichi le tocaba la tripa.
Takemichi: Oye, que ya he repartido, Draken.
Mikey: Jugar es un rollo, si siempre gano.
Senju: Sí... Siempre...
Takemichi: A mi me gustaría saber qué ha pasado con la cafetería para que esté tan destruida, en verdad...
Draken: A mi me gustaría que llegase mañana, ya sabéis, para poder volver a jugar con la nieve.
Mikey: ¡Los esquís, los esquís!
Senju: Yo por mi iba ahora... Pero nieva mucho todavía y paso.
Asintieron. Pero, al devolverle la atención a Senju, se dieron cuenta que estaba mirando hacia arriba de ellos, o al menos detrás. Frunció el ceño al hablar, pero no se refería a ninguno de los tres.
Senju: Oye, no le desperteis, que ha sido envenenado...
Mikey: Eh... ¿Vale...?
Senju: ¡Solo deja de tocarlo!
Draken: ¿Va hacia nosotros o hacia...?
Senju: Hacia ellos, obviamente... ¡No toques a Emma, que a ella también la han envenenado...! Vale, que ya sé que ha sido vuestra idea hacerles esto pero...
Daba igual, no les interesaba las conversaciones que se montaba ella sola. Se levantaron, dispuestos a irse fuera del cuarto, a ver qué se les ocurría, cuando Senju sopló, mirando para otro lado.
Senju: Ya está despierto, ¿feliz?
Takemichi: Senju, ¿le has despertado tú?
Negó, antes de ver como Sanzu se levantaba de la cama tosiendo. Se giró con tal cara de cabreo que no se podía describir. Sobre todo, miró a Senju, culpándola.
Sanzu: ¡¿Quién me ha tocado el pelo mientras dormía?! ¡Me habéis despertado, idiotas!
Senju: No es mi culpa.
Sanzu: ¡Ah! ¡Eso lo dices porque has sido tú! ¡Te voy a tocar yo a ti a ver si te gusta!
La cogió del pelo pero los otros tres actuaron marchándose de allí, cerrando la puerta. Empezaron a caminar por los pasillos del hostal, mirando puerta por puerta, pero en silencio. A lo mejor encontraban algo interesante.
Mikey: Aquí hay lo mismo que en la cafetería. ¡Nada de nada!
Draken: Confirmo, y en nuestro cuarto no se puede estar...
De pronto, se dieron cuenta que ellos estaban yendo muy de sobrados cuando miraron detrás. Takemichi iba temblando mientras caminaba, pero con una cara increíblemente pálida. Los dos se sorprendieron y se dieron la vuelta, pero ya se imaginaban por lo que era.
Draken: Takemichi, te he dicho que no tengas miedo. Son invenciones de Senju...
Takemichi: ¿Y si no...?
Draken: ¿Por qué lo piensas?
Takemichi: Aunque nadie le haya tocado, Sanzu se ha despertado preguntando que quien le había tocado...
Los dos se volvieron a mirar, pero ahora Mikey también tenía una cara que expresaba algo de miedo. Draken negó al momento y sonrió.
Draken: No, no... Yo he tocado a Sanzu. Le he hecho cosquillas y será por eso...
Los dos negaron a lo que estaban diciendo, pero le tenían que dar la razón, de todos modos. ¿Qué más opciones había? En cuanto cruzaron una esquina, notaron una nueva sensación. Bueno, el pasillo era igual con muchas puertas iguales, la misma alfombra, mismos cuadros y la misma longitud de pasillo. Pero, había algo raro allí. Se miraron unos a otros hasta que desviaron la vista hacia Takemichi. Volvía a estar pálido con los ojos muy grandes mirando enfrente y con gotas de sudor cayendo. Ni preguntaron, él mismo lo dijo al girarse.
Takemichi: Oh, no... Otra vez esa sensación...
Mikey: ¿Cuál sensación?
Takemichi: Alguien nos persigue, pero luego desaparece... ¿No os parece...?
Draken: Pues ahora que lo dices...
Mikey: ¡Ey, mira!
Señaló justo al final del pasillo. Una sombra oscura, a la cual sólo se le notaban los ojos en blanco con las pupilas moradas, les estaba espiando. Los tres tuvieron la misma reacción de escalofríos por todo el cuerpo cuando ella desapareció, yéndose hacia el lado del giro. Todos se miraron completamente asombrados, pero Mikey puso cara de competencia.
Mikey: ¡Voy a por ella!
Draken: ¡No si voy yo antes!
Takemichi: Pues yo no...
Antes de dejarle terminar, los dos empezaron a correr hacia el final del pasillo, decididos a agarrar a esa sombra y ver de qué estaba hecha.
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Viaje fantasmal (Senju 4)
Paranormal¡Senju ha vuelto...! Pero esta vez, más humana que nunca. La culpa de perder a todos sus amigos mientras ella era una fantasma asesina la reconcome por dentro. Usando sus técnicas especiales y varios contactos, Senju trata de hacerlos volver. En cam...