Aparición humanoide

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La montaña llena de árboles no tuvo ninguna otra sorpresa inesperada. El resto de la subida fue calmada. Llegaron a lo alto unos quince minutos más tarde. Una vez arriba, Sanzu y Draken se dejaron caer hacia atrás hasta ponerse de rodillas en el suelo. Emma se sentó en una piedra, tocándose los pies con pena. En cambio, Senju alegró la cara y se giró.
Senju: Admirad hasta donde hemos llegado... ¿Os parece bonito?
Abrieron los ojos. Frente a ellos, se podía ver toda la montaña helada desde lo alto. Se veía todo pequeñín, nada que ver con lo que era en realidad. Se veía a las personas caminar, esquiar, usar el trineo y demás... Se sorprendieron. Mikey y Takemichi fueron corriendo hasta ponerse en el punto más alto de todo, sonriendo.
Mikey: ¡Es enorme...! ¡Hola...!
Takemichi: No creo que nos oigan, estamos muy altos, Mikey.
Senju: ¿A qué mola? Me dijeron que aquí se podía ver un espectáculo, pero es más por la noche, con los focos. Prefería hacerlo ahora por la mañana porque luego, no se verían las trampas.
Sonrieron, bueno no todos. Aunque a Mikey, a Takemichi y a Senju les sorprendiesen las vistas, los otros tres estaban destrozados. Draken había tenido que aguantar el dolor de su tobillo para subir, Sanzu estaba reventado, no hacía falta decir sus condiciones, y Emma... Se quitó la bota ya que le dolía mucho la planta del pie. En cuanto le dio la vuelta, se quedó más que horrorizada. La planta de su pie estaba negra, probablemente era de la misma sustancia pegajosa que había tocado el día anterior. Se puso una mano en la boca, pero trató de no llamar la atención. Se volvió a poner la bota y sonrió.
Emma: Sí, es precioso... Pero, se está haciendo tarde, ¿no crees, Senju?
Senju: Sí, es cierto... Perdón, nos hemos ido muy tarde. Vamos abajo.
Sanzu: ¿Qué...? ¿Ya abajo...? No puedo moverme...
Senju: ¡Anda, flojo!
Entre todos, le ayudaron a levantarse de un modo u otro. Por lo menos, era cuesta abajo. Ninguna arma volvió a ser utilizada para la bajada. Llegaron a su habitación a eso de los cuatro, sin haber desayunado y todos cansadísimos. Se tumbaron en la cama muertos de hambre.
Senju: No solo Sanzu, ¡todos sois unos flojos!
Draken: ¿Tienes tu un tobillo torcido...?
Senju: No, pero tenía que estar pendiente de que no os hicieran daño, porque están todos detrás de vosotros... ¿Dónde podemos encontrar comida?
Aunque pareciese que hablaba con ellos, miraba a otro lado, por lo que dejaron de hacer caso. Senju abrió los ojos, sonriendo, y salió por la puerta diciendo que volvía enseguida. Los otros ni se moverían, ¿para qué?
Emma: Yo me voy a duchar. Hemos sudado y hace frío, os lo recomiendo a todos.
Mikey: Prefiero ser un guarro a tener que ducharme en vacaciones.
Emma: Lo que sea.
El baño estaba a uno de los lados oculto. A diferencia del cuarto, esto era más pequeño, pero había separación suficiente entre la ducha, el váter y el lavabo. Se empezó sentando en el váter para quitarse las botas. Tenía miedo de lo que se podría encontrar, ¿y si se le había extendido más? Sacó su calcetín y miró. Acertó de lleno, toda su planta y el tobillo eran negros. Al quitarse el abrigo y todo lo que llevaba bajo él, se dio cuenta que sus muñecas eran iguales. Y, cuando se quitó los guantes, supo de inmediato lo qué se le venía encima; estaban completamente negros. Se puso otra vez una mano en la boca. Esa sustancia no se iba pero, ¿qué pasaría con ella ahora? Sin pensarlo mucho más, se metió a ducharse. Cuando tuviese tiempo, sé lo contaría a Takemichi.

Después de la comida que había traído Senju, ella misma desapareció del cuarto sin decir más. Draken y Sanzu se quejaban a cada rato de los dolores de los pies y Emma solo se mordía el labio. Buscó la mirada de Takemichi, el cual estaba tumbado en la otra parte de la cama con Mikey apoyado en su hombro y tirado él también literalmente mientras abrazaba una almohada. Consiguió su atención cuando se giró. Con las manos le hizo una señal de que tenían que irse de allí para hablar que entendió al momento. Pero, irse así como así era muy cantoso, por lo que subió la cabeza sonriendo. Por suerte, estaba mirando afuera y aprovechó las condiciones que tenían los otros dos a la hora de hablar.
Takemichi: ¿Nos vamos fuera? Parece que no hace tanto frío como por la mañana.
Los dos le miraron con cara de asco y apretando los dientes mientras se señalaban los pies. Draken lo hizo con más calma y amabilidad que Sanzu, que nadie lo dude. Tras eso, se giró a Emma y sonrió.
Takemichi: ¿Tú vienes?
Emma: Vamos.
Mientras Emma se levantaba, Takemichi se quitó a Mikey de encima y le dejó sobre la cama. Tras eso, se pusieron las botas y se despidieron, cerrando la puerta. Empezaron a bajar las escaleras con tranquilidad. Verdaderamente, no iban a espiar a Senju esta vez.
Takemichi: ¿Ah, no? ¿Y adónde vamos?
Emma: Quiero que sepas lo que me pasó ayer cuando estaba sola.
Se lo narró todo mientras caminaban por todo el hostal. No se toparon con Senju, seguramente estaba en la bodega de nuevo. Mejor así. Cuando llegaron a la cafetería cerrada, Emma se sacó las botas, sentándose en un sitio vacío, y le enseñó lo que era ahora parte de su piel. Takemichi se quedó congelado, cogiéndose de la boca y echándose hacia atrás.
Takemichi: ¡Emma, tienes que ir al hospital!
Emma: ¿Tan grave lo ves...?
Takemichi: ¡Tienes las piernas negras...! ¡Pues claro que es grave...! Agh, ven, no camines, te llevo a la sala médica y que te lo vean allí. Sube.
Se puso para que se subiese a caballito, pero Emma respondió dándole en la cabeza y sonriendo tristemente mientras se ponía las botas de nuevo. Se levantó con las manos en los bolsillos.
Emma: No necesito ir a la sala médica ni al hospital. Estoy bien, es solo que me preocupaba ocultároslo, sobretodo por si me pasaba algo.
Takemichi: ¿Y si pasa?
Emma: Pues tu ya lo sabes. Pero, también sabes que no va a pasar nada.
La miró con incredulidad mientras salía de la cafetería, justo antes de que hiciese algo extraño con su cuerpo. Empezó a perder el control, temblando de lado a lado. Trató de sujetarse al marco de la puerta pero no lo alcanzaba. Takemichi fue corriendo a socorrerla antes de que ella se desplomase sobre sus brazos. Abrió los ojos muchísimo y se aguantó un grito. Miró abajo con miedo y la llamó.
Takemichi: ¿Emma...? ¿Te encuentras bien...? ¿Emma..?
No obtuvo respuesta alguna. Se quedó congelado del miedo ya que no sabía qué hacer. Cogió aire mientras la cogía con más fuerza.
Takemichi: ¡Ayuda...! ¡Neceisto ayuda...!
Pero, cuando fue a volver a hablar, un dedo se le clavó en la boca. Miró de donde había venido, de abajo, por lo que miró a Emma. Estaba consciente y no tenía cara de preocupación. No le quitó el dedo hasta que se levantó del todo. Sonrió.
Emma: Shh... Si Senju se entera, será mi perdición.
Takemichi: ¿Perdición...?
Emma: Takemichi, llévame donde esté Sanzu, por favor.
Mientras él también se ponía de pie, notó una sensación muy extraña. Esa no era Emma, lo supo desde un principio. ¿Cómo no iba a saber donde estaba su cuarto? ¿Y por qué se preocupaba de que Senju la viese? Por lo que, tomó el camino fácil.
Takemichi: ¿Quién eres? Tu no eres Emma, ¿verdad?
Emma: No... ¿Te acuerdas de la sustancia que Emma bebió?
Takemichi: ¿El veneno?
Emma: Exactamente. ¿Recuerdas qué era?
Esto lo iban hablando mientras caminaban al cuarto. Emma llevaba una sonrisa plena en su cara y Takemichi se quedó pensando en su última pregunta.
Takemichi: Senju dijo que era otra forma para que un fantasma se metiese en el cuerpo de un humano, ¿no?
Emma: Bien, así que lo tienes claro... Te echaba de menos.
Esa frase le dio de frente. De pronto, se tuvo que parar para pensar claramente. Miró a Emma intentando reconocer quién era ahora mismo por su forma de hablar. Una forma seria o así...
Takemichi: ¿Inui...?
Emma: Bingo.
Le sonrió con todos los dientes y subiendo los hombros. Justo llegaron al cuarto. Le dijo que dentro no solo estaba Sanzu, sino también Mikey y Draken. Iba a ser un poco extraño todo esto pero...
Emma: Tranquilo, Sanzu lo sabrá en cuanto me vea. Pero, prefiero no entrar.
Takemichi: ¿Por?
Emma: ¿Recuerdas mi muerte?
Lo recordó al momento mientras se mordía el labio con lástima. Murió de un disparo después de haberlos traicionado, tratado de matar a Sanzu y escapado. Pero, al final, se había resuelto todo y estaba de su lado.
Emma: Yo no guardo rencor a nadie, de verdad... Pero ellos sí. Soy un fantasmas tipo esclavo.
Takemichi: No te estoy entendiendo...
Emma: Llama a Sanzu y a los otros dos para afuera.
Asintió. Abrió llamando y se asomó. Le recorrió un escalofrío ver la ventana abierta una vez más. Entró a cerrarla mientras les decía que saliesen afuera.
Takemichi: Yo despierto a Mikey, id saliendo vosotros.
Draken: ¿Qué tienes planeado para nosotros?
Sanzu: No me voy a mover de aquí.
Suspiró. Antes de acercarse a Mikey, cogió a Sanzu de la oreja y le lanzó al suelo. Después lo arrastró hasta fuera. No se resistió. Cuando levantó la vista hacia Emma, abrió los ojos y se quedó congelado. Cogió aire antes de hablar.
Sanzu: ¡¿Quién eres...?!
Draken: ¿Qué pasa?
Él también salió detrás, pero solo vio a Emma. Se agachó para tranquilizar a Sanzu ya que no entendía el porqué de sus nervios.
Draken: Es Emma, Sanzu... ¿Por qué tiemblas?
Sanzu: No es Emma... ¡Tiene sombras por detrás! ¡No es Emma!
Emma: Exacto... No soy Emma.
Ahí ya fue cuando hubo un intercambio de roles... O una multiplicación. Draken también se asustó cuando dijo eso. De hecho, puso una sonrisa muy turbia. Sanzu había dicho que tenía sombra y eso le había recordado a la otra sombra, la cual hacía un tiempo que no la veía. ¿Podría ser la misma...? Pero, se negó. Los sustos se terminaron cuando Takemichi salió con Mikey bostezando por detrás y cogido solo de la camiseta de su amigo mientras se rascaba los ojos para poder ver. Iba enfadado.
Mikey: ¿Por qué no respetáis mis horarios de sueño...? Sabéis de sobra que siempre duermo la siesta...
Cuando entreabrió uno de los ojos y vio a Emma frente a él, apretó los dientes a más no poder. Draken le calmó contándole lo que acababa de pasar.
Mikey: Me estoy enfadando de verdad... ¡Sabes que tengo que dormir, que sino...!
Emma: Como usted diga, jefe, pero tengo que hablar con vosotros antes de evaporarme.
Tras esa frase, Mikey se quedó más que congelado. Ni se quejó más, ni bostezo, ni pestañeó, ni siquiera se le ocurrió respirar. Tras medio segundo así, Inui le sonrió, preguntando si se encontraba bien, antes de que Mikey saltase sobre los brazos de Draken y los dos se cayesen hacia atrás.
Mikey: ¡Esa no es Emma, Ken-Chin...! ¡¿Quién demonios eres...?! ¡Bueno, mejor ni me lo digas...! ¡Pero no es Emma!
Emma: Siento haberos asustado, chicos... Pero es la única forma que podía comunicarme con vosotros. Mikey, Draken, Sanzu, estáis en peligro.
Los tres le miraron sin entender. Mikey se bajó de los brazos de Draken, gateó hasta ponerse cara con cara con el cuerpo de su hermana y la miró a los ojos. De pronto, los abrió asombrado.
Mikey: ¡¿Inui?!
Emma: Sí, Mikey, soy yo, pero ahora enserio, chicos...
No le dejaron terminar, Mikey le hundió en un abrazo. Como Emma era mucho más pequeña que él, no se pudo deshacer de él. Tras eso, Draken se unió. Inui suspiró mientras les daba unas palmaditas en la espalda... Pero no tenía tiempo.
Emma: ¡Bueno, ya...! ¡Corréis peligro así que yo...!
Sanzu: ¡Ah, no! ¡No te he perdonado! ¡Me mataste, idiota! ¡Me ahogaste y luego huíste como la rata tramposa, odiosa, asquerosa y...!
Emma: ¿Puedo seguir?
Sanzu: ¡Qué eres! Ya puedes...
Suspiró. Obligó al único que no estaba sentado, a Takemichi, a hacerlo. Explicó lo mismo que le había explicado antes, lo de que era un tipo esclavo y demás... Mikey levantó la mano.
Mikey: Yo sé lo que es eso.
Draken: ¡¿Ah, sí?!
Emma: ¿Ah, sí? Pues se lo explicas tu luego, que no tengo tiempo...
Miró a los cuatro con lástima. Luego, se abalanzó contra Sanzu, que subió los hombros del susto. Se miraron fijamente, antes de que Inui dijese lo que tenía que decir.
Emma: Eres el que más corre peligro, Sanzu.
Sanzu: Que novedad. ¿Qué quiere ahora Senju de mi?
Emma: No, no... Senju no... Koko, Mitsuya, Wakasa y alguno más...
Sanzu: ¿El qué...?
Se quedó incluso más sorprendido. No lo comprendía. ¿Ellos para que le querían...?
Emma: Ellos son destructores, van a por ti como hacía Senju pero peor. ¿Quién dijo que Senju era la más fuerte...?
Sanzu: Maldita sea, vuelvo a condenarme...
Draken: Pero, ¿ellos por qué?
Emma: Koko fue asesinado por Sanzu, Mitsuya, casi lo mismo y Wakasa... Pues también. No todos tus amigos lo siguen siendo Sanzu. Unos son destructores como ellos, nos usan a nosotros, los buenos y en los que puedes confiar. ¿Entendido...?
Mikey: Ah, como Izana.
Emma: ¿Izana...?
Se quedó callado tras ver lo que había dicho. Inui suspiró. Se le acabó el tiempo. Antes de evaporarse, se despidió de todos con una sonrisa, diciéndoles que se volverían a ver. Tras eso, el halo negro de Inui desapareció y el cuerpo de Emma cayó sin conciencia al suelo. Los otros suspiraron tras todo lo que acababa de pasar. Luego, miraron raro a Mikey.
Sanzu: ¿Tú qué demonios sabías de todo esto?
Takemichi: ¿Has contactado con Senju...?
Sanzu: ¡Ah! ¡Me dijiste que la estabas ayudando! ¡Idiota, nos has condenado!
Senju: ¿Qué me está ayudando en qué?
Todos se dieron la vuelta para ver como estaba Senju en las escaleras, justo subiendo. Negaron todo lo que había preguntado. Pasó por al lado, viendo a Emma tirada en el suelo y levantó la vista con cara de rara.
Senju: ¿Vale...? ¿Puedo preguntar qué ha pasado aquí?
Sanzu: ¡Veníamos a echarte del cuarto! ¡Fue... Ra!
Senju: Anda y que te den.
Pasó de ellos, ayudando a Emma. Esperaron a que se fuese para volver otra mirada de las raras a Mikey.
Mikey: Vale... Me lo inventé, Sanzu. Lo siento.
Sanzu: ¿Qué te lo inventaste...? Me va a explotar la cabeza de tanta información...
Takemichi: ¿Y lo de los tipos?
Mikey: Lo siento también por esto. Es privado.
Los dos que no eran Draken asintieron. No les interesaba más esa conversación. Los dos se fueron dentro del cuarto sin decir nada más. Tras eso, ayudó a Draken a levantarse, el cual le susurró al oído.
Draken: ¿Es por él...?
Mikey: Sin duda... Descubrí su nombre y hablé con él, pero no puedo contártelo si él no me deja, lo siento, por tercera vez.
Asintió. Pero, antes de meterse al cuarto, Izana decidió hacer una aparición. Para Draken no era más que una sombra, no podía ver quien era si no se sabía su nombre. Estaba tras ellos al aparecer. Hizo una sonrisa, que Mikey vio, pero se convirtió en un apretón de dientes.
Izana: ¡Casi lo dices todo, idiota...! ¡Casi se lo dices todo...!
Mikey: Lo siento, lo siento... Por cuarta y quinta vez...
Draken: Así que, eres un esclavo, ¿no?
Asintió con pena. Miró arriba, viendo como la cara de Draken mostraba duda. Pero, asintió. Tras eso, les dejó marcharse. Aunque, tampoco llegó. Les puso una mano en el hombro a cada uno, mordiéndose los labios.
Izana: Inui dice que podéis hacer algo por él todavía... Ya sabéis, le podéis invocar por su nombre para hablar...
Draken: La última vez no funcionó. Izana no apareció.
Izana: Sí... Es que no soy un experto...
Mikey empezó a reírse a carcajadas. Izana cambió a una expresión mucho más enfadada y Draken a una de duda. Pero, eso no daba pistas a ninguno. Abrió los brazos mientras se dejaba de reír.
Mikey: Ay, que bueno volver a verte...

Viaje fantasmal (Senju 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora