Mitsuya, el destructor

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Casi sin darse cuenta, una figura apareció tras ellos. Pero, esta figura ya traía color y no era solo negra. Era Inui. Les miró, preguntando con la mirada la situación, antes de que Mitsuya utilizara su muleta para tratar de darles a los tres en la cabeza. En cuanto la subieron, Mikey le miró mal.
Mikey: No valen armas, idiota...
Mitsuya: Vosotros habéis usado a un fantasma, ¿por qué yo no puedo usar armas...?
Inui: ¡Eso es trampas...! Tsk...
Mikey: ¡¿Qué...?! ¡¿No tienes armas, Inui...?!
Inui: Lo siento, pero soy un maldito esclavo... No se me permiten las armas.
Los tres suspiraron mientras Mitsuya hacía una sonrisilla. Subió su muleta y la movió de lado a lado por toda la sala, tratando de darles. Sin contar a Inui que era un fantasma, los otros se movían por todo el cuarto saltando, corriendo e incluso dando volteretas, en el caso de Mikey, ya que Draken estaba herido. Y eso lo sabía muy bien Mitsuya, por lo que fue a por él como su víctima elegida. Cuando le iba a dar en la cabeza, Inui intervino poniendo el brazo y lanzando hacia atrás al destructor. Les miró desesperado.
Inui: ¡Draken...! ¡Detrás de Mitsuya hay una puerta...! Salid por ahí mientras yo...
Mitsuya: ¿Mientras tu qué?
Se quedó congelado al mirarle. Si le hacía desaparecer, no podría ayudarlos más. Por lo que, fue por debajo de las piernas de Mitsuya y le dio en la cabeza un puñetazo mientras le ponía su propia camiseta sobre la cabeza.
Inui: ¡Huid ya...!
Asintieron. Mikey cogió de una de las manos a Draken para levantarle y los dos salieron fuera. No podían quedarse cerca por si Inui perdía, que era lo más seguro. Por lo que, huyeron de allí. La sala en donde estaban nunca la habían visto antes. ¿Eso estaba en el hostal acaso? Era una habitación con una mesa muy grande, unas lámparas muy grandes y todo, absolutamente todo oscuro. Mikey empezó a investigar, pero Draken se agachó tras una mesa.
Draken: Tsk... Me duele muchísimo, Mikey...
Mikey: ¿Qué te pasa ahora?
Draken: Que me he caído, idiota... ¿Crees que podría tener algo roto?
Mikey: Puede que no... Pero también puede que sí... ¿Quién sabe?
Draken suspiró. No ayudaba. Estaba curioseando el cuarto sin hacer ni caso. Entonces, cogió aire para susurrar. Inui les había ayudado a escapar pero, ¿y él?
Draken: Inui, vuelve... Inui, Inui...
Lo dijo mientras cerraba los ojos. Había un par de ventanas que estaba mirando ahora Mikey con sorpresa en la cara. Ya preguntaría, primero era lo importante, Inui. A los pocos segundos, una figura transparente se empezó a materializar frente a él. Y, luego, terminó volviéndose un fantasma; sin duda, Inui. Pero, no era exactamente él ya que, no estaba como antes. Tenía la cara hinchada, llena de moratones y heridas, sin incluir el sangrado de su cabeza. Sin ver a Draken, se apoyó en la gran mesa que había respirando profundo. Draken, en cambio, se quedó congelado. Se levantó, apoyándose en la mesa, y le tocó la cara preocupado.
Draken: Inui... ¿Estás bien...?
Inui: Me ha molido a palos, literalmente... Esa muleta suya... ¡Tsk! Maldito sea...
Tosió un poco de sangre hasta sentarse de rodillas en el suelo. Draken le acompañó mientras le cogía las manos. Reaccionó al momento, pegando un pequeño salto y apartando sus brazos de los suyos. Se miraron con mala cara, pero sonrió.
Inui: Pareces un muerto como yo.
Draken: Y a ti parece que te han estado pegando con un bate lleno de pinchos en vez de con una muleta.
Inui: Oye, pues sí.
Sonrieron... Pero, Mikey ya venía a cortarles el rollo. Les tocó el hombro a los dos y señaló fuera.
Mikey: La hoguera ha terminado...
Inui: ¿Y el portal...?
Draken y Mikey: ¿Portal?
Inui: Ese es el portal por donde hemos entrado y que hay que destruir... No es posible que haya terminado así como así...
Mikey: Ah, no. Se está incendiando todo, tu tranquilo...
Inui: ¿Incendiando...? Entonces, ¿podría llegar hasta este lugar...? ¡Y quemarlo...!
Rápidamente, se levantó. Le puso una mano a Draken para levantarle. Luego, empezó a caminar hacia la puerta. Entonces, los dos que eran humanos se detuvieron.
Draken: ¿A dónde vamos, Inui...?
Inui: Si no nos vamos de aquí, arderemos todos, no sólo los humanos...
Mikey: ¡Pero...! ¿Y Sanzu?
Draken: Es cierto, han secuestrado a Sanzu.
Inui: Que le den a Sanzu... Vosotros tenéis que salir de aquí y yo también. Si vosotros estáis a salvo, prometo ir a buscarle...
Los dos se miraron. Lo que decía sonaba completamente razonable pero... Se detuvieron a propósito. Inui miró desesperado atrás. Solo traía prisa como Senju y eso les agobiaba.
Mikey: Pues yo quiero buscarle ya.
Inui: Pero...
Draken: Sí, Inui. Yuzuha ha intentado matarnos, ¿cómo sabemos que tú no harás lo mismo?
Inui: No, no... Yo no... ¡Ah, ¿qué demonios?!
Puso una mano apuntando hacia ellos. Los dos se quedaron paralizados. Inui... ¿Siempre había sido malo? Cogió aire con los ojos azules bien abiertos.
Inui: ¡Som...!
Pero, entonces, una voz muy cercana les sorprendió. Había alguien más por allí hablando. Inui detuvo su hechizo para escuchar y bajó las manos al momento para escuchar. Los otros igual.
《No sé como lo ves... Pero, yo creo que no podría sobrevivir mucho tiempo si sigue sangrando así...》
Los tres reconocieron su voz al momento; Chifuyu. Abrieron los ojos. Entonces, los dos que eran humanos se miraron, asiniteron y cada uno corrió para uno de los lados de Inui. No dio tiempo a decir el resto de su hechizo, se quedó paralizado. Tampoco sabía a quién debía tirárselo. Los dos le rodearon y corrieron por la puerta, por donde habían oído la voz de su amigo. Tal vez en Inui no podían confiar, pero Chifuyu había salvado la vida de Emma. En él sí podían. Tras cruzar dos puertas, pudieron ver a Chifuyu hablando con Takeomi y a Senju en el suelo. Se lanzaron hasta ponerse tras ellos, los cuales les miraron con curiosidad y sorpresa.
Chifuyu: ¿Qué...?
Takeomi: ¿De dónde salís vosotros?
Mikey: ¡Ayuda, chicos...! ¡Quería hacernos daño...!
Chifuyu: ¿Haceros daño quién?
Tras las puertas, apareció Inui con cara de bueno. Les miró como si estuviese algo asustado y, en verdad, estaba todo ensangrentado. Los dos fantasmas tuvieron una reacción de sorpresa al momento y corrieron a él. Chifuyu le tocó la cara con cuidado, pero luego se giró con cara de fiera.
Chifuyu: ¡¿Qué le habéis hecho...?!
Draken: ¡¿Nosotros...?!
Mikey: ¡Eso! ¡Era él quien nos quería matar!
Inui: No... No quería mataros... Quería sacaros de aquí para que pudieséis huir...
Draken: ¿Entonces....?
Mikey: No lo entiendo.
Suspiró, sonriendo. Se acercó hasta ponerse al lado de Senju sentado. Chifuyu le pasó una toalla para que se secase la sangre de la cara mientras hablaba.
Chifuyu: Inui no es un destructor. Quería ayudaros a escapar de ellos, los destructores...
Draken: Ah... Lo sentimos mucho, Inui
Mikey: Yo no.
Inui: No pasa nada, es que lo he hecho muy repentinamente...
Lo dijo mientras se daba dos golpes en la cabeza y sacaba la lengua. Luego, miró a Senju aún tirada en el suelo. Los otros también lo hicieron... Bueno, no todos.
Takeomi: Oye, pero vosotros... ¿No estabais con mi hermano...?
Draken: Sí, pero... Sanzu...
Mikey: Se lo ha comido Yuzuha.
Los dos nuevos fantasmas abrieron los ojos y la boca de la sorpresa. Obviamente, lo había dicho de broma, pero en parte tenía razón. Takeomi, como buen hermano mayor que era, le cogió de los hombros a Mikey y cogió también aire.
Takeomi: ¡¿Y a dónde se lo ha llevado?!
Mikey: ¿Al más allá? No lo sé.
Draken: Es cierto, nos ha lanzado por ahí.
Takeomi: ¡No es posible...! Tsk...
Chifuyu: Tranquilizate, tu hermano el problemático está otra vez con los fantasmas, pero no por eso debes ser un sobreprotector, idiota...
Le miró con cara de poco amigos mientras Takeomi suspiraba. Le estaba curando a su vez las heridas a los otros dos. No había otra, se levantó y le tocó la cabeza a su médico, amigo de confianza.
Takeomi: Tu te quedas aquí, ¿vale? Yo me voy a buscar a mi hermano con estos dos problemáticos...
Draken: ¿Por qué me llamas a mi problemático cuando el único así aquí es Mikey...?
Cogió de las muñecas a los dos humanos y empezó a caminar sin decir nada más. Senju no estaba consciente pero sí estable y Chifuyu se quedó curando las heridas a Inui. Sonrió mientras movía su mano.
Chifuyu: Si me necesitáis... ¡Estoy por aquí! Solo llamadme.
Volvió a sonreir, poniendo la mano con un pulgar. Los otros tres se abrieron paso por toda la siguiente sala.

Viaje fantasmal (Senju 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora