Senju encaminó a los otros tres por un pasillo del hostal el cual nunca se habían metido. Saliendo por la bodega, giraron a la izquierda y fueron con cuidado pero rápidamente. Intentó no pasar por ninguna ventana por si a alguno de los fantasmas se le ocurría mirar en ese momento preciso. Mientras gateaba bajo una de ellas, empezó a hablar.
Senju: Durante las tardes, desaparecía y lo siento. He intentado buscar una forma de salir de aquí ya que, aunque logremos escapar de los fantasmas, seguimos con el problema de la nieve y el hielo... No sólo lo digo por Sanzu y por Draken, me refiero a ¿cómo vamos a llegar al otro lado solo corriendo? ¿Me explico?
Asiniteron en silencio. Tras gatear, se levantaron y empezaron a caminar más rápido hacia una de las puertas del fondo, que también estaba medio oculta. Senju fue la primera en empujar, miró por si había algo adentro de ella y luego les dejó pasar. Ella, como una espía profesional, dio una voltereta en el suelo, saltó desde lo más bajo y se subió a la primera de las mesas que había. Aparte de no ver nada, estaba haciendo un poco el ridículo.
Senju: Tsk, me he quedado ciega...
Emma: ¿No tienes ninguna linterna o así?
Senju: ¿De dónde me saco yo una linterna...?
Emma: Yo qué sé. Tu eres la bruja.
Takemichi: Sí... Haz alguna invocación o alguna de esas cosas que hacíais los fantasmas para sacar una linterna...
Takeomi: Creo que así no funcionan las cosas, chicos... Pero yo sí que soy un brujo.
Senju: No les mientas, oye.
Subió los hombros con cara de inocente. En cuanto a ella, bajó de la mesa con cuidado y miró hacia atrás con seriedad y buscando sus ojos con la mirada. Luego, se dio la vuelta.
Senju: Aquí no hay nadie... Vale, os cuento mi plan. Tu, Takeomi, mientras ve haciendo cualquier brujería de esas de las que hablabas.
Takeomi: ¿Pero no has dicho que no les mienta...?
Senju: Haz lo que sea, no me sé tus poderes y se me acaba el tiempo... A ver, la única forma de coger la moto es saliendo fuera, pero sabéis que eso no se puede.
Takemichi: ¡No...! Salir fuera no, por favor...
Senju: Esa es la única forma... O tal vez, solo era. Como estuve desaparecida por las tardes, me estuve recorriendo los pasillos y habitaciones. Descubrí que, desde la habitación más al fondo de todo el hostal, se puede entrar también por una ventana que da justo al garaje. Alejé al vigilante del hostal de esa habitación y me metí para descubrir que da directamente. Si podemos llegar hasta allí, cumpliremos nuestra parte del plan.
Emma: ¿Cuál es la otra parte, la de ellos?
Senju: Por el momento, despertar a Sanzu. Y segundo, sobrevivir...
Los dos que seguían siendo humanos tragaron saliva un poco asustados. Esta conversación había sido mientras iban caminando por la habitación. Estaba compuesta de cinco paredes, dos mesas enormes y una chimenea a uno de los lados. Pero, lo que nadie se había dado cuenta, era de la siguiente puerta que volvía a estar medianamente oculta. Senju había tenido que estar horas y horas buscando.
Senju: Que va. Con la ayuda de mi hermano mayor, las puertas ocultas son fáciles de encontrar.
Lo dijo señalándole. Justo en el momento en que lo hizo, Takeomi le pasó una linterna para la cabeza. Un frontal. Le pasó otro a Emma y a Takemichi. Se lo pusieron para ver mejor en la sala en la que se encontraban. Estaba todo tan oscuro y frío...
Takemichi: Da mucho miedo...
Senju: Tranquilo, siempre que estés conmigo, nada te va a pasar...
Sonrió, asintiendo. Tras eso, Senju abrió la puerta oculta de la sala. Nada más hacerlo, un pincho salido de la nada le atravesó una parte de la tripa. No llegó a hacerlo del todo pero sí que empezó a sangrar. Miró delante aterrada para ver una sombra, al menos para los otros dos que se habían quedado más que congelados. Senju, en cambio, sí que veía a esa sombra puesto que ya había aparecido antes. Aún así, no fue difícil para los otros reconocerla ya que, al hablar, se le veía el palo en la boca.
Senju: ¿Cómo te atreves, maldito...?
Wakasa: ¿Cómo te atraves tú a tratar de huir, maldita...?
Takeomi, Takemichi y Emma: ¡Senju...!
El fantasma se rió. Había usado una espada que había expuesta en esa habitación para atravesar la tripa de Senju. Se la sacó con cuidado sin que Wakasa hiciese mucho esfuerzo. Tras eso, se la miró. Toda ensangrentada y cayéndole sangre. Se mordió los labios.
Wakasa: Ya te lo habíamos dicho los cuatro. Si rompes tu promesa, te haremos desaparecer. Y, como eres una humana...
Senju: ¡Tsk...!
Sin quererlo, se cayó de rodillas al suelo. Takemichi y Emma fueron corriendo a socorrerla. El primero se quitó la chaqueta e hizo fuerza para detener la hemorragia, ya que había herido alguno de sus órganos internos. En cuanto a Wakasa, miró con cara de sobrado a Takeomi, quien estaba apretando los dientes.
Wakasa: Ya sabía que tú estabas ayudándoles, pero no me importa. No sabes como puedes ayudar, tú quédate al lado de Senju. Si muere, tendrás una nueva amiga. Sino, tendrás que luchar contra mi, Takeomi...
Le sonrió macabramente. A Takeomi le dio un escalofrío por la espalda, a pesar de ser un fantasma. La sangre se iba parando, pero iba muy lentamente. Wakasa atacaría de un momento a otro a los otros dos de allí que intentaban parar el sangrado. Viendo esa situación, Senju les tocó los mofletes para susurrar.
Senju: Seguid, yo me quedo.
Takemichi: Pero... Morirás...
Senju: No, no me voy a morir. Tal vez, sufrir sí, pero morir no... Pero, antes, coge esto.
Le pasó una caja negra. Abrió los ojos ya que la había reconocido. Era la que había encontrado Mikey mientras cavaba. Se la escondió y echó a correr, cogiendo a Emma de la muñeca, y escapando por detrás de la espalda de Wakasa. Pero, ahí no acabó la cosa. De pronto, hubo algo que les obligó a quedarse parados a los dos. Una fuerza muy fuerte pero a la vez extraña. No podían ni moverse, ni respirar, ni siquiera pestañear. Pero sí podían mover los ojos. Dejando a Senju y a Takeomi, que se había quedado más que paralizado tras sus afirmaciones, Wakasa se puso delante de los ojos de los dos. Hizo una sonrisilla como de victoria antes de hablar.
Wakasa: Gracias por esto. Nos vemos.
Le quitó sin mucha fuerza la caja misteriosa de las manos. Tras eso, empezó a caminar de nuevo a donde estaba antes. Luego, la fuerza extraña acabó y los dos cayeron al suelo. Emma apretó los dientes, pero Takemichi empezó a toser.
Takemichi: Au... Me duele la cabeza...
Emma: Anda que, mira que oportuno... ¡Wakasa, devuélveme ahora mismo esa caja!
Wakasa: Ven a por ella si es lo que quieres, pesada.
Ni lo dudó, se lanzó contra él como una bestia. Pero, antes de ponerle una mano encima o incluso las dos, alguien le pegó por detrás en el nervio cervical. Para inexpertos como eran Emma y Takemichi, si te dan en ese nervio, primero te quedas inconsciente y luego mueres sin dolor. El caso era que ya era un fantasma, por lo que solo se cumpliría la primera parte. Wakasa cayó inconsciente, cayéndose al momento su piruleta de la boca y soltando la caja también. Se le quedaron los ojos en blanco. Detrás de él, se pudo diferenciar a una sombra muy grande, mejor dicho, enorme con el pelo largo y una sonrisa. Era muchísimo más alta que Takeomi, que estaba a su lado. Ninguno de los dos que no veían apariciones paranormales supieron decir con seguridad quién era esa figura, pero Takeomi, al salir de su trance, lo dijo, y muy sorprendido.
Takeomi: ¿Qué haces tú aquí... Taiju...?
Al momento, la sombra empezó a volverse transparente sin duda alguna. Y, frente a los dos, un gigante con el pelo entre blanco y azul y unos ojos de gato amarillos apareció; Taiju...
Taiju: ¿Ahora que, Waka...? ¿Te sientes superior a mi o qué, pedazo idiota...?
Luego ya fue cuando levantó la vista hacia los otros. No les interesaba sus miradas de sorpresa o admiración, se giró hacia abajo. Puso una mano con fuerza en la herida de Senju, la cual se quejó.
Taiju: ¿Ahí es?
Senju: Sí... Aprieta hasta que deje de sangrar, por favor...
Los ojos de Senju daban pena. Uno lo tenía entreabierto con lágrimas y el otro completamente ido. Los dos únicos humanos ilesos se quedaron mirando la operación propuesta por Senju, pero ahí no acabó la cosa. Detrás de Emma, Takemichi estornudó. Le miró mientras se quitaba los mocos y las lágrimas de la cara.
Takemichi: ¿Qué pasa...? Pensé que me había hecho efecto la medicina...
Emma: Ah, es verdad, estabas malo.
Eso captó la atención de los dos fantasmas. Aunque el más fuerte de los dos estuviese con temas médicos, el otro se acercó a mirar a Takemichi. Pero, antes de eso, le entregó la caja en las manos.
Takeomi: Chicos, sé que va a ser difícil pedíroslo pero... ¿Os importa seguir solos?
Emma: No pasa nada, Senju es aquí la importante.
Takemichi: ¿Qué hay en la caja que es tan importante...?
Takeomi: Bueno, eso es información muy valiosa. Tal vez, no deberíais de saberla... ¿Se lo cuento, Senju...?
Asintió desde el suelo. Los otros esperaron hasta que el fantasma resopló y volvió a coger aire.
Takeomi: Pues vale... Senju hizo esto pero no estamos seguros de que funcione. Ha estado probando con todo y ha adquirido esta forma. Obligó al cambio de ojo a Sanzu para poder verla con un toque más humano, no sólo fue para que viese fantasmas.
Takemichi: ¿Y qué es...?
Takeomi: Es una bomba fantasmal. Tenemos que tirarla contra el árbol para que el portal vuelva a estar cerrado antes de que acabe con todos nosotros. Takemichi, quédatela por ahora. Cuando Senju esté recuperada, os seguiremos.
Taiju: Espera un momento, espectro viejales... Tú sabes algo más de maniobras para salvar a la gente o, sino, llama a Chifuyu que él sabe. Pero yo dimito. Yo acompaño a esos dos pringados.
Con "esos dos pringados" se refería sin duda alguna a Emma y a Takemichi. El hermano mayor de Senju cogió aire y bajó la cabeza. Aceptó el relevo. Para ese momento, Senju ya no estaba ni consciente. Suspiró.
Takeomi: Chifuyu, Chifuyu, Chifuyu...
Taiju: Ale, vámonos, pringaditos.
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Viaje fantasmal (Senju 4)
Paranormal¡Senju ha vuelto...! Pero esta vez, más humana que nunca. La culpa de perder a todos sus amigos mientras ella era una fantasma asesina la reconcome por dentro. Usando sus técnicas especiales y varios contactos, Senju trata de hacerlos volver. En cam...