Desesperación y fin

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Se acercaron corriendo, sobretodo Senju que abrió la bomba con los tres pasos de siempre. Tras eso, suspiró y la lanzó. Pero, de nuevo, algo hizo que se detuviese. Y no, no era que no explotase ni que se había detenido la operación, sino que se había detenido justo en el aire. Todos se quedaron congelados y sorprendidos menos Senju. ¿Cómo podía detenerse así un objeto en el aire como si nada? Pero hemos dicho que Senju no se había sorprendido, ¿no? Suspiró, apretando los dientes.
Senju: ¡Koko...! ¡Maldita seas...!
Se materializó frente a ellos, dejando ver a Koko en el centro del árbol con la bomba cogida en las manos y sonriendo. Bajó de él aunque estuviese en llamas. La bomba en cambio estaba en marcha. Tendrían entre diez y veinticinco segundos, y si le explotaba a Koko...
Koko: Yo desapareceré, pero los otros dos no y no es que estén muy de buenas que digamos...
Senju: ¡Devuélvemela!
Koko: ¿Eh...? Ah, vale. ¡Píllala!
Se la lanzó. Senju la cogió al vuelo, tragando saliva. Si le explotaba a ella... Entonces, volvió a hacer la misma maniobra para lanzarla al árbol, pero tampoco fue efectiva. Koko la volvió a coger y esta vez se la pasó a Takemichi, quien abrió los ojos y la boca del miedo. La lanzó con terror a Senju.
Senju: ¡Pero a mi no...! ¡Agh!
Otra vez trató de destruir el árbol, pero Koko era muy ágil y se la arrancó para pasársela ahora a Mikey, quien se la pasó a Draken, quien se la pasó a Takemichi, quien se puso de rodillas en el suelo.
Takemichi: ¡Agh, esto no tiene fin...! ¡Toma, Mikey!
Se la pasó y Mikey suspiró. Se lo pasó, por detrás de la cabeza, a Chifuyu, quien la agarró como si fuese de cristal. Nada más tenerla, abrió los ojos y todos le miraron.
Yuzuha: Sombra.
Wakasa: Sombra.
Los dos le rodearon en ese momento e hicieron desaparecer al pobre Chifuyu entre un humo negro. Soltó la bomba antes de que desapareciese del todo frente a los ojos. Yuzuha puso una cara de despreocupación mientras que Wakasa suspiraba con cara neutra. Se giraron los dos a Koko mientras la bomba seguía sonando.
Yuzuha: Listo, ¿ahora qué?
Koko: ¡Cómo si yo fuera el líder...! No tengo ni idea.
Senju: ¡Pues yo sí...!
Se acercó corriendo, se lanzó al suelo entre medias de los dos, agarró la bomba y se la lanzó a Draken, quien la cogió fuerte para lanzarla. En cambio, el aire hizo que se desviase y eso qué pesaba bastante. Pues, para la sorpresa de todos, le dio a Koko en la frente justo, haciendo un ruido profundo, como cuando se cae una sandía al suelo. Todos, fantasmas, no fantasmas y destructores se aguantaron la risa, aunque estos últimos no se quedaron tan a gusto después del golpe, ya que hizo que se cayera del árbol hasta la nieve. La bomba estaba desprotegida ahora mismo y no debía de quedar demasiado. Yuzuha y Wakasa se acercaron corriendo, antes de que el segundo reaccionase antes y la cogiese del pelo, haciéndola daño.
Yuzuha: ¡¿Qué pasa, Waka?!
Waka: Uno.
Yuzuha: ¿Uno?
Y de repente, se escuchó un estruendo proveniente del árbol. Yuzuha entendió a lo que se refería su compañero; un segundo. Ya había pasado y la bomba había explotado. Entre el fuego, Koko levantó la vista hacia ellos, antes de darse cuenta de lo que pasaba. Abrió los ojos y apretó los dientes. El fuego y el portal se juntaban en uno, dejando todo blanco. Todos tenían los ojos cerrados, menos los fantasmas. De hecho, de ahí vino el problema ya que el destructor escapó del fuego. De repente, todos abrieron los ojos antes de notar un empujón. Todos, incluidos los dos únicos y restantes fantasmas, salieron volando como si una bola apareciese en el centro hecha de cualquier tipo de explosivo y les lanzase por los aires. Todos cayeron rodando a la nieve o de croqueta o cara. Inmediatamente, miraron de nuevo para ver algo que hizo que a todos se les congelase la sangre. En el centro, estaba Koko pero como un fantasma completamente blanco o casi transparente y algo de azul, mientras que, en sus brazos, llevaba cogido a Sanzu. Estaba buscando algo en su bolsillo y, al encontrado, sonrió. Al sacarlo, todos se sorprendieron más de la cuenta, lo que buscaba era el cuchillo el cual había usado aquella vez. Se lo puso en el cuello con los dientes apretados.
Koko: ¡A ver si sobrevives ahora, idiota...!
Todos: ¡No...!
Saltaron para detenerle, pero Senju fue la más rápida. Saltó de tal manera que hizo una voltereta en el suelo antes de agarrar con sus brazos a su hermano. El cuchillo le pasó a Senju por el gemelo hasta abajo, el cual empezó a sangrar. Koko detuvo su mirada en la de Senju, la cual estaba de pie con Sanzu cogido.
Koko: Vuelve aquí... Tengo que completar mi misión...
Senju: ¡Ni de broma...!
Koko: ¡Sombra!
Abrió la mano, poniéndola en dirección a Senju. Ella saltó hacia su izquierda pero, como estaba herida, le fue costoso seguir. La sombra fue directa a ella y cerró los ojos. En cambio, no pasó nada. Y, al abrir los ojos, comprobó el por qué. Enfrente de ella, Hakkai se había plantado para que le diese a él la sombra. Sonrió mientras Senju se sorprendía en silencio.
Hakkai: Huye ahora, Senju...
Senju: Lo siento...
Tragó saliva y obedeció. Hakkai, en cambio, desapareció en la oscuridad. Al rescate de Senju, fueron Draken y Takemichi. El primero de los dos agarró a Sanzu por la tripa mientras que el segundo cogía a Senju a caballito. Koko fue a levantarse cuando, de repente, algo le detuvo por detrás. Al girarse, comprobó de quién se trataba.
Mikey: A ver, a ver... Las venganzas y todo eso está muy bien, pero no me ha quedado claro por qué quieres matarle.
Inui: Lo empeoras, Mikey...
En su contra, diremos que Koko se quedó de piedra al oír lo que le decía. Suspiró y le dejó a un lado. Su objetivo se escapaba y no podía dejar las cosas así. Se levantó, esta vez sin que Mikey le agarrarse de la chaqueta, y fue corriendo a por Sanzu y los otros. Llegó y le puso una mano en el hombro a Draken...
Senju: Uno.
Koko: ¿Uno?
Miró sin entender a Senju. En ese momento, notó que perdía el control de las piernas. Bueno, no sólo de las piernas, también de su mano, esa que estaba usando justo para agarrarle. Se la miró, dejándose caer al suelo de rodillas. Desde lo más bajo, miró arriba a Draken y a los otros tres. Los tres, menos Sanzu, le estaban mirando completamente serios y con una expresión de miedo a la vez, toda mezclada en su cara. No entendió por qué le miraban así, pero Mikey lo hizo por él, apareciendo por detrás.
Mikey: ¡Koko...! ¡Mírate la mano!
Koko: ¿La mano?
Obedeció, mirándosela al momento. Justo en el momento en el que lo hizo, su corazón, el cual no tenía, le dio un vuelco del susto. Apenas se le veía la mano, estaba completamente transparente. Se veía, a través de ella, la nieve. Tragó saliva, mirando a Mikey sin entender, pero no fue él quien respondió ahora.
Senju: ¡Koko! ¡Tú estancia en la realidad real de los humanos ha sido excesiva y dañina...! Mi bomba te condena... A no volver por aquí.
Koko: ¡¿La bomba?! ¡¿Qué pasó con ella?!
Draken: Después de lanzar y fallar, explotó. Pero explotó cuando cayó, por lo que cerró el portal.
Takemichi: Y, si el portal está cerrado, todas sus cosas tienen que desaparecer con él... Contándote.
Lo dijo con expresión de miedo, pero tenía toda la razón. Koko se miró las manos, las dos. Ya no se le veían para nada. Se tocó el pelo, pero tampoco pudo notarlo, ni siquiera se notaba ya su cara, ni ojos, ni nariz... Miró arriba con miedo.
Koko: No... No he completado mi venganza... No es justo...
Puso su cabeza sobre la nieve mientras hacía algo parecido a lamentarse. Todos le seguían mirando con una mirada congelada, y no por el frío, sino por la lástima, aunque quisiese matar a Sanzu, pero bueno. Levantó una vez más la cara antes de que estuviese casi desaparecido.
Koko: Destierrame cuanto quieras Senju, pero volveré... Algún día completaré mi misión y podré descansar en paz.
Mikey: ¡Vale! Mientras tanto, pásatelo bien en tu realidad y dile a Izana que espero no volver a verle nunca, que es muy pesado.
Koko: Que te den, Mikey.
Suspiró, saliendo increíblemente vaho de su boca. Puso los ojos entrecerrados mientras miraba al cielo estrellado que había. Era la montaña helada, el cielo estaba repleto de ellas. Cerró los ojos mientras empezaba a nevar. Todos miraron para arriba. Koko abrió los ojos para ver como un copo de nieve le caía sobre la nariz. Sonrió, ya no lo notaba. Y, así, desapareció. Todos suspiraron.
Draken: Por fin... Pensé que no se iría nunca...
Takemichi: Inui también ha desaparecido. Y Yuzuha y Waka... Oye, Senju, ¿estarán bien allí abajo todos ellos?
Senju: No puedo decírtelo con certeza, pero supongo y deseo que sí... Ya les echo de menos.
Takemichi: Y yo.
Draken y Mikey: Y yo...
Suspiraron, mirando al cielo. Cerraron los ojos mientras había un cambio de temperatura, alternando entre el fuego del incendio y la nieve que caía del cielo. Entonces, Senju bajó la cabeza, con lástima.
Senju: Intenté traerlos de vuelta porque me sentía culpable por todo lo que había hecho... Pero solo he conseguido que casi nos vuelvan a matar...
Sonrió, echando vaho. Luego, desvío su vista hacia Draken. Se bajó de los brazos de Takemichi para acercarse a él. Le tocó el relieve del cuello a su hermano y bajó su sonrisita.
Senju: Tenemos que llevarlo al hospital cuanto antes...
Draken: Sí, y a Emma.
Takemichi: Y a nosotros, seguro que cogemos una hipotermia.
Se rieron... Aunque era verdad. Entonces, unas sirenas sonaron a lo lejos, por la carretera. Cuando llegaron a enfocar con sus ojos entre toda la nieve que caía, pudieron diferenciar y decir con seguridad que era un camión rojo. Y, por las sirenas, dedujeron que era de bomberos. Claro, el fuego seguía activo. Además de tener que apagarlo, les venía muy bien a todos el hecho de que hubiese gente especializada allí, podrían ayudarlos.

Viaje fantasmal (Senju 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora