La mejor opción de todas fue dejar las motos a un lado antes de entrar, dando una patada a la puerta, a la entrada. Fueron corriendo a donde habían dejado a los otros tres y rápidamente. Takeomi, que llevaba a Sanzu cogido, fue el primero para plantarse frente a los pies de Chifuyu. Él, junto a Inui, agarraron a Sanzu como se lo dio su hermano y le dejaron en el suelo. Le miró de arriba a abajo y luego se fue fijando en los detalles más pequeños mientras los otros esperaban su respuesta.
Chifuyu: Mhm... Tiene bastante mala pinta.
Sanzu: No me digas, idiota... Ya sé que no tengo buena pinta.
Emma: ¡Sí, y tiene unas escamas muy raras en el cuello!
Chifuyu: Ya, ya las he visto... Sanzu, esto no es un envenenamiento normal... No te puedo ayudar.
Todos bajaron la cabeza, suspirando. Al menos, el único que no lo hizo, fue Takeomi que se acercó a Chifuyu rápidamente y le miró seriamente. Le susurró.
Takeomi: ¿De verdad... No puedes hacer nada por él?
Chifuyu: Takeomi, no tengo ni quince años y todo lo que sé para curar a la gente me lo estoy sacando de los mangas y cómics que leo.
Suspiró, mientras miraba a Sanzu. Le movió la cabeza a un lado para ver mejor la costra que le había salido a la que llamaban escama. Se la tocó con cuidado y asintió, hablando en alto.
Chifuyu: Mi propuesta es que nos lo llevemos al hospital. Yo no sé de medicina en verdad, allí pueden quitárselo... Seguramente.
Hakkai: Ese seguramente no ha sonado muy seguro.
Taiju: ¡Da igual...! ¡Koko ya no está fuera! ¡Sanzu es lo último ahora mismo, el portal es lo primero, idiotas...!
Sanzu: ¡¿Cómo que soy lo último ahora mismo...?! ¡Qué me estoy muriendo!
Le miró con cara de asco, pero no dijo nada en su contra. Senju, a su lado, había recobrado la consciencia y miraba seria de lado a lado. Se levantó, o al menos lo intentó, ya que Chifuyu la detuvo.
Chifuyu: ¡Ey, no puedes levantarte...! Te estás desangrado por dentro.
Senju: ¿De eso sí estás seguro?
Chifuyu: Eh... No. También me lo he inventado.
Inui: ¿Cuál es el plan entonces...?
Takemichi: ¡Sí, yo tampoco entiendo nada...!
Senju: ¿El plan?
Se levantó del todo, empezando a caminar hacia la ventana más cercana. Todos desviaron su vista hacia ella cuando se detuvo para apoyarse sobre ella y mirar. Al ver el árbol, suspiró y sonrió, con una cara un tanto sospechosa. Se giró para hablar.
Senju: El plan es hacer explotar el árbol con nuestro material. Una vez que hagamos eso, Koko, Wakasa, Yuzuha y Mitsuya, los cuatro destructores, desaparecerán. Ellos y todos los fantasmas. Estaremos salvados y podremos llevar a Sanzu al hospital.
Sanzu: Eso si no me muero antes... Tsk.
Asintieron. Si era eso lo que debían de hacer... Primero de nada, Senju se acercó a su hermano Takeomi poniendo las manos como pidiendo. Hizo una sonrisilla que él interpretó como algo malo.
Senju: La caja.
Takeomi: ¿La caja...? ¡Ah, la caja! Pero... Yo se lo di a Takemichi y a Emma, ¿no?
Takemichi: ¿Yo? ¡Ah, la caja...!
Pero, para sorpresa de todos, se puso las manos en la cabeza y se agachó. Todos le miraron ya suponiendo lo que había pasado. A su lado, Emma le dio un toque en la espalda, con cara de inocente.
Emma: Vaya... ¿Dónde la dejamos?
Takemichi: ¿Y yo que sé...? Sé que me la quitó Waka y entonces... Entonces, Taiju nos salvó y luego... ¿Qué pasó después con ella?
Taiju: Madre mía, y eso qué llevamos dos horas juntos, no más.
Miraron a su alrededor pero, ¿cómo iban a saber dónde había dejado la caja? Takemichi se puso de rodillas en el suelo con lágrimas. Por su culpa, habían perdido la única forma de eliminar al mal de los fantasmas y a sus bien conocidos destructores. Inui se levantó para ponerse a su lado y darle un toque en la espalda.
Inui: A ver, piensa. ¿Dónde la viste por última vez...?
Takemichi: ¿La última vez...?
Taiju: Mientras no diga cuando vimos a Mitsuya, todo bien.
Takemichi: Pues creo que sí fue ahí.
Taiju: Yo paso.
Todos suspiraron fuerte, menos Sanzu que sonrió con maldad. Le había hecho gracia. Takemichi se levantó y respiró hondo mientras se quitaba las lágrimas de la cara restregando su manga por toda ella.
Takemichi: No os preocupéis... Voy yo.
Emma: Te comen seguro.
Takemichi: ¿Los fantasmas comen...?
Sanzu: ¡Pues claro que sí, idiota! Sobretodo les gusta comerse a los llorones y quejicas que lo van perdiendo todo por el camino, ¡cómo tú!
Empezó a reírse, pero Takeomi le dio con el codo en la cabeza para callarle. Aún así, suspiró; iría de todos modos. Se apoyó en la pared para comenzar a caminar hacia el lugar de antes pero antes, Senju le detuvo con su brazo. Le miró seria antes de que ella interviniese.
Senju: Sé que mandar al más débil es lo más fácil pero...
Takemichi: Oye, yo no soy el más débil...
Senju: Después de Sanzu, me refiero.
Sanzu: ¡Qué te den!
Senju: Bueno, sí. Aún así, si se encontrase con Mitsuya de nuevo, ¿qué pasaría?
Taiju: Se reiría de él. Mitsuya no puede levantarse del suelo sólo y está ahí tirado.
Chifuyu: ¿Enserio...?
Se aguantó una sonrisilla. Tras eso, Senju suspiró, queriendo continuar. Le dieron el turno de palabra.
Senju: Creo que es mejor ir todos. Más separaciones no es la solución. ¿Cuántas veces os habéis separado ya...?
Emma: Dos...
Draken: Tres...
Mikey: ¡Cuatro!
Hakkai: ¡¿A tantas separaciones habéis llegado?!
Sanzu: Que va, se lo están inventando... ¿Podemos movernos ya o algo así?
Taiju: ¿Tienes prisa?
Ante su pregunta, Sanzu se dejó caer para atrás. Ya de por sí estaba sentado en el suelo, pues se cayó hasta quedarse tumbado, sin añadir que se le quedaron los ojos en blanco. Todos los que estaban allí le miraron con sorpresa. Que casualidad, ¿no? Chifuyu apartó a los otros para poder mirarle él de antemano. Le miró el cuello con cuidado y negó con mala cara.
Chifuyu: Empeora, Takeomi.
Takeomi: ¡Sí, hay prisa!
Ante eso, todos se levantaron para ir a por la caja. Aunque no era una caja, era una bomba fantasmal y demás, pero aún así, estaba dentro de una caja, ¿no? Takeomi recogió a su hermano del suelo para llevarle cogido y empezaron a caminar hacia allí. En ese momento, se escuchó un estruendo fuera que hizo que todos mirasen, pero el único que intervino fue Mikey.
Mikey: ¡Hala...! ¡Nieva!
Senju: ¿Nieva...? ¿Podría ir el día de Navidad peor...?
Takeomi: Tu hermano se muere, Senju.
Senju: Eso no es problema. ¿Cuántas veces ha estado al borde?
Todos le dieron la razón, menos Sanzu que le sacó la lengua. Llegaron al mismo lugar de antes y, con cuidado, abrieron la puerta, la elegida por Emma, la cual por cierto se dio alagos a sí misma. Taiju y Takemichi fueron esta vez los que le sacaron la lengua. Al abrir la puerta, hubo una gran sorpresa por parte de todos. Y era simple, Mitsuya no estaba. Taiju se asombró, pero se rió.
Taiju: ¡Se ha podido levantar...! ¡Qué bueno!
Hakkai: No le veo la gracia.
Taiju: Es que no eres tan gracioso como yo.
Senju: Pero... ¿Y Mitsuya...? Sanzu, atento. Si está cerca, va a ir a por ti y no pasa nada si Takeomi te lleva, puede hacerle desaparecer.
Tragaron saliva los dos, pero lo decía enserio. La segunda sorpresa llegó nada más darse cuenta de la primera, pero esta vez era una buena. ¡La caja estaba allí! Takemichi la cogió con felicidad y sonrió, enseñándola al resto.
Takemichi: ¡Toma, toma, la tengo!
Senju: Atentos...
Todos se quedaron paralizados, esperando a ver cuál era el siguiente paso. Tal vez, Mitsuya les estaba esperando y cuando cogiesen la caja... Pero no pasó nada. Mitsuya no estaba allí, lo que hizo que a Inui se le encendiese una bombilla en la cabeza y abriese los ojos.
Inui: Espera, Chifuyu... Cuando nosotros habíamos llegado, Wakasa ya había atacado, ¿verdad?
Chifuyu: Sí, claro.
Inui: ¿Y dónde está?
Chifuyu: ¿Dónde está quién?
Senju: ¡Ah! ¡Bien visto, Inui...!
Era cierto... Waka había desaparecido al igual que lo había hecho Mitsuya. Incluso ahora intervinieron Emma, Takemichi y Mikey, contando el rollo de la salvación de Sanzu. Yuzuha tampoco estaba. ¿Eso quería decir que estaban desapareciendo los destructores? Senju suspiró, cogiéndose la cabeza.
Senju: No tiene sentido... ¿Por qué desaparecen solo los destructores...?
Hakkai: Senju, ¿y si tienen un tiempo límite?
Senju: No, ¿y vosotros qué?
En eso también tenía razón. Miraron a otro lado, pero algo hizo que a todos se les pusieran los pelos de punta. Cogido por su hermano, Sanzu empezó a toser mientras se cogía más fuerte a su cuerpo. Apretó los párpados y los dientes mientras lo hacía. Y, en esto, todos abrieron los ojos. Bueno, no todos.
Takeomi: ¿Qué pasa...?
Emma: ¡Se le extiende!
Takeomi: ¿El qué?
Hakkai: ¡El veneno del cuello...! Tsk, incluso me duele verlo a mi...
Cuando se detuvo, Sanzu también lo hizo. Se lo tocó con su mano, notando el relieve de cada parte del cuello. Luego, suspiró con mala cara.
Sanzu: ¡Me cago en...!
Mikey: ¡Oye, Sanzu! No digas palabrotas, que estoy yo delante y mi hermana también.
Emma: Mikey, llevamos viviendo con él más tiempo de lo que crees, le conozco.
Suspiraron. Pero, como todos bien sabían, no tenían tiempo. Fueron corriendo para volver para poder salir fuera de nuevo. Pero lo que se encontraron no era lo que tenían planeado. Nada más abrir la puerta, frente a ellos, había una sombra con el pelo muy largo por un lado, corto por el otro y que tenía ojos de serpiente y pillo a la vez. Estaba con las manos puestas en la cintura. Al salir todos, fue cuando hizo su primer movimiento, y fue para Senju. Se acercó a ella como si se hiciese una reverencia, pero sonrió.
《Veo que has sobrevivido.》
Senju: Koko...
Koko: Ah, ya veo... Ellos no me ven, ah.
Sonrió al ver que todos se habían quedado congelados ante tal aparición. En cambio, se echó hacia atrás con una sonrisilla. Por no añadir que ya todos le veían. Su aspecto era un poco extraño. Estaba peor que antes, daba miedo. Tras su aparición, estiró los brazos hacia Takeomi y sonrió.
Koko: Venga, Takeomi, no hagamos esto difícil. Sé que Yuzuha ha hecho que esté paralizado y no pueda caminar bien, así que no supondrá problema alguno.
Le sonrió como si fuese bueno, pero Sanzu se dio la vuelta para sacarle la lengua. Y, luego, le sacó el dedo de en medio. Ante tal acto, todos se rieron... Menos Koko, que suspiró con enfado en la cara.
Koko: ¡Mira, Sanzu...! ¡Te voy a asesinar aquí y ahora así que deja de tomártelo en broma, pedazo de imbécil!
Sanzu: ¿A qué no te atreves?
"¿Qué no?", hubiese sido la respuesta perfecta, pero no fue así obviamente, sino que Koko abrió su mano diciendo la frase estrella de los fantasmas. "Sombra". Y, tras eso, mandó a volar a Sanzu, haciéndolo atravesar la puerta hasta que se dio con la pared de en frente del hostal. Todos desviaron su vista hacia allí, pero volvieron a mirar a Koko cuando sonrió.
Koko: Y eso es solo un veinte por ciento de mi poder, ignorante.
Takeomi: ¡Sanzu...!
Al mirarle de nuevo, pudieron ver como se mordía los labios. No podrían acertar si decían poder ver qué cara tenía. Pero su reacción fue rápida, Senju saltó hasta golpear la cabeza de Koko, el cual la detuvo en el aire, pero no le hizo más daño. La dejó caer sobre la nieve.
Koko: ¿Qué intentas, Senju?
Senju: Solo quería hacer que me mirases a mi, la verdadera estrella...
Koko: Cállate... Un momento, ¿a ti por...?
Miró con los ojos bien abiertos de nuevo atrás. Ya no estaba ninguno de los otros, ni siquiera Sanzu. Era irreal que les hubiese dado tiempo a ir corriendo y sacarle de allí. Abrió los ojos y miró de nuevo a Senju. Tampoco estaba, sino que ya le esperaba por detrás. Le golpeó nuevamente en la cabeza y esta no la paró, ni la vio venir. Cayó al suelo y miró arriba. Senju le miraba con seriedad y con cara de haber ganado la pelea.
Senju: ¿Ahora qué, Koko?
Koko: ¡Tsk...!
Senju: ¿Qué podría pasar ahora...? Tal vez... ¡Takeomi, Taiju, el que tenga la bomba...!
Koko: ¡¿Bomba?!
Se giró para ver como Takemichi y Emma corrían en dirección al árbol. Al final, les habían dejado a los más débiles, pensó Senju y se puso una mano en la cara desesperada. El árbol estaba en llamas ya de por sí, no podías acercarte demasiado ya que el humo y los gases hacían que cualquiera se ahogase. Eso sin contar el tema de acercarse y quemarse. Los dos iban corriendo como locos, salidos de la nada para Koko, hacia justo el medio del árbol. Al menos, eso sabían. Debían de tirar allí la bomba con un mecanismo para abrirla... Pero, obviamente, no salió del todo como esperaban. Había tres pasos para activar la bomba; abrir, estirando hacia los lados, girar cada uno de ellos y la tercera, lanzarla tirando de ambos lados al momento. Pasaría un tiempo hasta que explotara. Unos diez o veinticinco segundos. De hecho, al decir eso antes cuando se lo estaban explicando, Takemichi bajó la cabeza.
Takemichi: Estoy seguro que soy capaz de abrirla y que se me enganche a los dedos.
Mikey: ¡Y Booom!
Todos le habían mirado mal en ese momento, pero ya había pasado. Como bien acabo de decir apenas unas líneas antes, no salió como esperaban. En cuanto pudo, Koko, bajo el pequeño pie de Senju y sonsacó su brazo para apuntar hacia ellos. Tras eso, susurró la palabra favorita de todos los fantasmas y una sombra oscura, negra y grande salió de su palma. Los otros dos no fueron conscientes de lo que les venía encima cuando impactó directamente contra la bomba e hizo que saliese volando un par de metros más allá desde sus manos hasta caer en la fría y dura nieve, sonando como si se acabase de caer desde un piso. Los dos miraron directamente con algo de miedo a su caja antes de desviar su mirada de nuevo a Senju y a Koko, el cual se reía.
Koko: ¿Y ya?
Senju: Cállate.
Koko: Tsk, tu no me mandas.
Lo dijo mientras le apartaba su pie de encima para tirarla hacia atrás. Una vez Senju cayó, echó a correr hacia Takemichi y Emma y su bomba. Se llevaron un buen susto y, lo más rápido que pudieron, agarraron la caja y echaron a correr por detrás del árbol, rodeando al fuego. Entonces, Koko se detuvo y les sonrió.
Koko: Parad. ¿Para qué huir si podemos negociar?
Emma: ¿Negociar...?
Se quedaron paralizados, incluso Senju que ya tenía pensado un ataque sorpresa por detrás. Se puso las manos en la cadera y cara de estar pensando pero serio. Entonces, suspiró.
Koko: Tengo una idea. Podemos negociar esa bomba por algo.
Takemichi: No sé, Emma...
Emma: Espera... ¡¿Qué algo?!
Koko: ¿Preferís una bomba o una vida?
Lo dijo mientras miraba atrás, hacia el tejado del hostal. Todos le siguieron con la mirada para poder ver que, en lo alto del todo, había dos personas, las dos sombras ya deshechas. Wakasa estaba sentado a un lado, dejando caer sus piernas por la bajada del tejado, mientras que Mitsuya estaba de pie apoyado con la muleta y con expresión seria. Y, si algo que no había quedado todavía claro se quería remarcar, en el medio estaba, cogido por uno de los brazos de cada fantasma, Sanzu sentado al igual que Waka. Emma entrecerró los ojos indignada.
Emma: ¡¿Por qué siempre le usáis a él de rehén?!
Takemichi: Espera... ¿Ellos no habían desaparecido ya...?
Emma: Eso da igual ahora. Si tienen a Sanzu, nos pueden chantajear lo que les dé la gana.
Koko: ¡Exacto, exacto...! Bueno, ¿qué elegís?
Los dos se quedaron callados mirando al suelo. ¿Qué debían de elegir? Tenían clarísimo que Koko había dejado escapar a Sanzu durante unos pocos segundos antes de que le volviesen a capturar, pero eso no quitaba que aún quisiese matarle, ¿no? ¿O tal vez...?
Senju: Yo elijo.
Todos desviaron su mirada hacia Senju. No estaba en su sitio de antes, sino que se había subido al tejado lo más rápido que había podido y estaba plantada tras ellos tres. Wakasa y Mitsuya la miraron sin expresión en la cara, pero ya tenían claro a lo que había venido.
Senju: ¡Elijo que desaparezcáis...!
Se acercó corriendo dispuesta a dar una patada. Mitsuya era su objetivo ya que estaba de pie y era el menos estable de los dos. Se acercó a él corriendo y, cuando fue a hincarle el pie, sonrió.
Mitsuya: Bien hecho, Senju.
Senju: ¿Por qué...?
Y, cuando se dio cuenta, pudo ver que era una trampa. Realmente, no dio a Mitsuya, sino que se apartó en el último momento y él la empujó hacia el vacío. Y, así, Senju cayó al suelo desde el tejado...
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Viaje fantasmal (Senju 4)
Fantastique¡Senju ha vuelto...! Pero esta vez, más humana que nunca. La culpa de perder a todos sus amigos mientras ella era una fantasma asesina la reconcome por dentro. Usando sus técnicas especiales y varios contactos, Senju trata de hacerlos volver. En cam...