El comienzo de la gran hoguera

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Cuando los ojos de los dos se cruzaron, Senju miró rápidamente a Draken, aún con Sanzu en brazos. Los abrió en ese momento y se lanzó a él. Le pasó el brazo y le empujó. Tras eso, se miraron, antes de que Senju cerrase los ojos. Una de las ramas ardientes cayó sobre ella haciendo un gran estruendo. Draken se quedó congelado.
Draken: ¡Senju...! ¡No te puedes morir ahora...!
Izana: Información, Draken.
Apareció a su lado a una velocidad impresionante. Miró a Sanzu y luego a la cara desesperada de Draken, aún con sorpresa en la cara. Señaló rápidamente.
Draken: ¡Esa rama ha aplastado a Senju...!
《Ah, no me digas, Izana... ¿Estabas cooperando?》
Los dos se giraron para ver una figura muy bajita, negra ya que era una sombra, que le caía el pelo a la altura de los hombros, pero se notaba que lo llevaba recogido. Aparte, le sobresalía un palo de la boca. Los dos se miraron, Izana el que más aterrado. Giró su cabeza antes de hablar.
《Ah, pero, pensé que te sabías las reglas de antemano...》
Izana: ¡Y me las sabía, por supuesto que sí...! Pero... ¡Tsk! No tengo excusa...
Bajó la cabeza un tanto rojo. En ese momento, más ramas cayeron de lo alto mientras la sombra de arriba, la que había aplastado a Senju, se reía a carcajadas con un toque un tanto siniestro. Draken tuvo que ir saltándolas para que no le diesen. En cuanto a la que tenían delante, suspiró. Puso una mano hacia Izana y miró a otro lado.
《Adiós, Izana.》
Giró la mano y Draken se le quedó mirando. Al momento, Izana sonrió, pero se desvaneció en medio segundo hasta ser sólo gas y luego, desaparecer. Draken se quedó con cara de tonto. ¿Cómo...?
Draken: ¿Qué le has hecho...?
《Lo he mandado derecho a su dimensión... Si no está aquí en la pelea, me viene mejor... Bueno, nos.》
Draken: ¿Nos?
Señaló arriba, a la sombra que se reía. Entonces, en ese momento, a la sombra le dieron un puñetazo por detrás. Se le cayó el palo de la boca, que resultó ser una piruleta. Se giró con un tono en la cara que se notaba que le había molestado. Tras ella, estaba Mikey sacando la lengua.
Mikey: ¿Ahora qué, idiota?
《¿Cómo que ahora qué...? Eso te lo tengo que decir yo a ti.》
Como no se veía nada ya que era de noche y él era una sombra, Mikey recibió una patada en la tripa y cayó a la nieve. Luego, se puso a pisarlo, pero para ellos no había nada allí. Draken, antes de hacer un movimiento, se agachó y miró la piruleta que se le había caído. Solo había una persona que comía piruletas en todas las ocasiones, y resulta que ya no estaba muy vivo, que digamos. La miró, poniéndola delante de él y cogió aire.
Draken: ¿Eres Wakasa...?
《Tsk...》
Mikey: ¡Eso no contesta a la pregunta!
Pero, lo que pasó después, sí. Se materializó hasta dejar ver el pelo largo, rubio y morado, y unos ojos morados de leopardo mirándoles con cara de desafío. Había acertado de lleno. Le lanzó la piruleta antes de que él se pusiese justo enfrente.
Wakasa: Muy listo. Por la piruleta, ¿no? Entonces, miró hacia atrás. Se dio cuenta de que detrás de él, estaba Sanzu. Por lo que, abrió los ojos con una sonrisa terrorífica y empezó a caminar hacia él.
Wakasa: Vaya, qué casualidad, ¿no? Yo venía buscando a Sanzu y está justo enfrente de mi.
Mikey: ¡Cuidado, Ken-Chin, arriba!
Al mirar, comprobó que una de las ramas estaba por caerle. Tenemos que añadir que toda la gente había huido menos ellos. Takemichi y Emma también estaban allí, saltando las ramas que caían y empezaban a deshacer la nieve con el fuego que llevaban. Wakasa cogió aire y puso una mano en su dirección.
Wakasa: Dámelo.
Draken: Lo siento, pero no puedo. ¡Vete!
Mikey: ¡Eso, fuera, fuera!
Wakasa: Vosotros lo habéis querido...
Se sentó en el suelo y cerró los ojos en dirección a Draken y Sanzu. Los dos le miraron sin entender absolutamente nada de lo que hacía, pero si se iba a quedar ahí... Le hizo una señal a Mikey y los dos fueron sigilosamente a la primera rama. Podían tratar de ayudar a Senju, tal vez seguía viva todavía... Pero, no fue el caso. No que no estuviera viva, sino que la ayudasen. Cuando llegaron allí, otro de los espíritus negros que tenía los ojos más achinados y llevaba una sonrisa blanca en la cara, se encontraba allí subiendo la rama que le había caído a Senju. No le había llegado a hacer daño, estaba viva.
Draken: Menos mal...
Senju: Gracias, Baji.
Mikey y Draken: ¡¿Baji...?!
La figura negra desapareció para dejar solo de color negro el pelo. Se giró a los otros y se quedó sorprendido, al principio y luego, sonrió. Se acercó corriendo y les cogió en un abrazo a los dos.
Baji: ¡Hola, chicos...!
Mikey: Pensé que te habías muerto.
Baji: Mikey, me he muerto más veces que ninguno otro aquí, anda.
Mikey: No más que Izana, mentiroso.
Baji: Nah, las mismas. ¿Qué tenemos aquí...?
Giró un poco la cabeza para ver al fondo a Takemichi y a Emma corriendo hacia su posición. Sonrió al verlos, les iba a poder volver a ver. Pero entonces, su vista se desvío hacia abajo, justo donde estaba Wakasa sentado. Cogió aire sorprendido y puso una mano en dirección a los otros al momento. Los otros entendieron.
Baji: ¡Qué nadie se mueva...! Eh... ¡Eh..! ¡Draken, detrás de mi!
Draken: ¿Por qué? ¿Qué pasa?
Wakasa: Sombra.
Todos miraron hacia Wakasa cuando susurró esa frase. Entonces, la única que se movió, fue Senju. Abrió la boca para gritar y echó a correr.
Senju: ¡No...! ¡No! ¡Eso no, Wakasa!
Wakasa: ¿Qué? Ellos lo han querido.
De la palma abierta de la mano, salió una sombra como un lobo, solo que era un gas y era muchísimo más negra y grande que un lobo. Fue directa a la posición de los otros cuatro, que, por cierto, Mikey se había escondido detrás de los otros. Cubrió al segundo todo el cuerpo de Baji en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, él los abrió tanto que asustó a los otros. Wakasa suspiró, levantándose.
Wakasa: Demonios... Fallé.
Pero, no había fallado del todo, ya que sonrió malévolamente hacia Baji. Él se miró la mano con asco y se quedó congelado al ver que uno de los procesos que ya le habían ocurrido antes, volvía a ocurrirle. Se giró a Draken pero Senju le cogió la mano antes. Se la miró de arriba a abajo con miedo y se mordió los labios.
Senju: Desapareces...
Draken: ¡¿Otra vez?!
Mikey: No entiendo qué está pasando...
Senju: Yo os explico... Pero aquí es muy peligroso. ¡Emma, Takemichi...! ¡Aquí ya!
Cuando se juntaron, los cinco echaron a correr hacia los hostales. No llegaron a meterse hasta dentro, se quedaron en la recepción y cerraron la puerta corriendo. Todos suspiraron, estaban muy cansados. Una vez hubo algo de calma, Senju se dispuso a contar qué estaba pasando.
Senju: A ver... Hay varios tipos de fantasmas...
Mikey: Que sí, que eso ya me lo sé.
Takemichi: Pero nosotros no.
Mikey: Me da igual, no lo voy a escuchar tres veces... Que rollazo, ¿no?
Senju: ¿Puedo terminar...? Bueno, ¿acaso puedo empezar?
Mikey: Vale... Jo.
Mientras Mikey miraba por la ventana a ver lo que pasaba, Senju contó por tercera vez para él los tipos de fantasmas, lo que eran ellos, lo que era ella y sobre lo que veía. Ahora también, incluyó su misión.
Senju: Estaba tan arrepentida por lo que pasó... Que quería tratar de traerlos de vuelta... Pero me salió mal el hechizo porque me distrajo Sanzu y ahora me han cogido como a una más... Koko, Wakasa y todos ellos que son los que tratan de matarnos me obligaron a transformarme en una esclava, pero tenía que fijarme bien en que todos hiciesen el trabajo que debían de hacer sin distracciones ni comunicaciones. No sé en qué momento Izana se me escapó para que le vieseis, de verdad.
Emma: ¿Y cuál es el plan ahora?
Senju: Podemos ir con todo y pegarnos... Pero no creo que sobreviváis todos...
Lo dijo mirando a Mikey, quien suspiró y se sentó a su lado indignado.
Mikey: ¿Por qué todo el mundo cree que no voy a sobrevivir...?
Senju: No es nada, Mikey... Por lo que, Takeomi me dijo que podemos coger un tipo de moto de nieve y huir. Me enteré de esto hace dos días, no sabía nada, de verdad.
Mikey: Hay algo que no me queda claro... ¿"Ellos" son los fantasmas?
Todos suspiraron, pero mantuvieron la calma. "Sí", le respondieron todos a la vez y Mikey lo agradeció.
Senju: Si podemos llegar allí sin que se den cuenta, podemos salvarnos.
Draken: El problema no va a ser ese, Senju... Sino..
Lo dijo mirando hacia atrás y apuntando al mismo tiempo. Señalaba a Sanzu, obviamente. Era cierto que Draken podía con él, pero también tenía el pie torcido. No podría ayudarlo por mucho tiempo. Senju suspiró, mirando a un lado.
Senju: ¿Crees que podemos esconderlo por aquí?
Emma: ¿Estás hablando con Takeomi?
Senju: ¡Ah, es cierto...! Tomad, las ha hecho él.
Les dio a todos una pegatina. Todos, menos Mikey que se quedó alegre con la suya, la miraron como si no se tomase las cosas enserio, que era la verdad. ¿Quién se pone a poner pegatinas en las manos de sus amigos cuando están en un problema del que pueden no sobrevivir...? Pues Senju.
Senju: Que no, que no... Mirad.
Señaló arriba justo, a la puerta. ¿A qué se suponía que tenían que mirar exactamente? ¿A la nada? Pero entonces, una sombra apareció primero muy transparente y luego fue cogiendo un color negro. Se horrorizaron al verla, pero Senju les relajó, diciendo que mirasen mejor.
Senju: Tranquilos, ahora podéis ver a los fantasmas. Este que veis aquí es Takeomi, ¿sí?
Takeomi: Soy un extraño para ellos...
Senju: Eres un extraño ahora y siempre, hermano... Si os quitáis la pegatina o alguien os la quita, no podréis ver a los fantasmas y, supongo que ya lo sabréis pero aún así, si sabéis el nombre de una sombra la veréis como un fantasma. ¿Entendido?
Asintieron. Así verían todos a todos. Ya nadie sería una extraña sombra en medio de la nada. Se levantaron, pero antes faltaba el plan bueno.
Senju: Vale, pues en lo que habíamos pensado era...
Pero, de pronto, la luz se cortó y el hostal quedó en silencio y a oscuras. Por suerte, no hubo más sorpresas seguidas. Senju decidió que allí no estaban seguros y decidió moverse hasta la bodega con todos. Se sentaron en el centro, siempre tenían el sistema de ventilación al lado para escapar. Senju fue diciendo ahora sí su plan.
Senju: A ver. Si alguno os encuentra no va a dudar en mataros o haceros desaparecer en el caso de los fantasmas. Takeomi, esto va para ti, eh. Tened todos muchísimo cuidado a partir de ahora. Mientras Sanzu siga inconsciente y mientras no lo esté, tiene que estar escondido y protegido. Pero, también tenemos que ir a por las motos. Podemos dividirnos.
Takemichi: ¿Por qué en todas las películas de terror dicen eso de separarse...? Al final, es más sencillo matar así...
Senju: No te preocupes, Takemichi, nadie va a morir. Eso sí, también tenemos apoyo. Hay algunos fantasmas que son buenos y pretenden ayudar. Pero, hasta que no estéis seguros de si es bueno o no, no confiéis.
Emma: ¡Yo! ¿Qué ha pasado con Baji e Izana?
Senju: Emma... Baji e Izana... Lo siento, pero no más...
Entendieron al momento y todos se quedaron callados mirando abajo. Entonces, Senju se puso de pie, decidida a empezar el plan. Takeomi iría con ella, lo tenía claro. Quien quisiese unirse estaba bien invitado.
Senju: Mikey, quédate. Vosotros dos, conmigo.
Takemichi: ¿Enserio... Nos vamos a exponer a ellos así como así...?
Emma: Supongo que es lo que toca, ¿no, Senju?
Senju: Digo yo. Vamos.
Se despidieron de los otros tres con cara de pena. Cerraron con cuidado de no ser oídos. No tenían cobertura en el móvil, no podrían saber si se encontraban bien en algún momento o así. Se quedaron callados, mirándose.
Mikey: ¿Y ahora qué?
Draken: Ni idea...
Entonces, detrás de Draken, Sanzu empezó a toser. Le dio la vuelta para que los dos le pudieran ver. Tras toser un par de veces más, abrió uno de los ojos vagamente. De pronto, se vio allí en la bodega y los abrió de golpe.
Sanzu: ¿Dónde estoy...?
Draken: Oye, tranquilo. Estamos en la bodega.
Mikey: ¡Sí, de la nada te comiste el suelo y tratamos de despertarte y...!
Draken: Mikey, no grites.
Sanzu: ¿Y por qué me he desmayado yo...? ¿Seré inútil...?
Mikey: Izana mencionó algo de la presión fantasmal o así.
Sanzu: ¡¿La presión fantasmal...?!
Draken le tapó la boca porque estaba gritando. En cambio, a él le cruzó un recuerdo. Su hermano, Takeomi, le había dicho que tuviese cuidado con la presión, sino sería su fin. Y así había sido, había podido con él. Se tocó la cabeza mientras los otros dos le miraban sin perder detalle.
Mikey: ¿Te duele?
Sanzu: Ya no... Tsk... ¿Y por qué nos hemos metido en el lugar maldito de Senju cuando tenemos medio hostal y más, idiotas...?
Suspiraron, tenían que contarle todo lo que había pasado desde que se había desmayado. Osea, todo, absolutamente todo. Por su parte, Sanzu contó lo que le había pasado a él y sus sensaciones.
Draken: Así que no te podemos exponer a todos los fantasmas a la vez, ¿no?
Sanzu: ¡Pues lo que acabo de decir, idiota!
Draken: Vale, no te alteres... ¿Eso se llama presión fantasmal...?
Asintió. Entonces, Mikey se lo repitió a si mismo, hasta que abrió los ojos al momento.
Mikey: ¡Ah! ¡¿Es eso la presión fantasmal?!
Sanzu: Sí, anda que piensan los nombres...
Mikey: Ya, yo dije lo mismo... Pero es que antes no sabía lo que era. Claro, yo oía a Izana decir no sé qué de presión y no entendía. Ahora lo entiendo... Ah, pues tiene sentido y todo, eh.
Los otros suspiraron mientras Mikey alegraba la cara. Entonces, al momento, se escuchó un golpe arriba. Los tres miraron directamente. Si alguno de los fantasmas había entrado, no podían saber donde se ocultaban en ese momento, por lo que Draken tomó la decisión de que se esconderían por el momento en el sistema de ventilación. Primero, le ordenó a Mikey abrirla. Pero, en cuanto lo hizo, se quedó mirando sin decir nada, pero sorprendido.
Draken: Vamos, Mikey... Tenemos que ocultarnos los tres...
Mikey: Oye, Ken-Chin... Aquí hay algo.
Se giró a mirar. Soltó a Sanzu para acercarse a Mikey y los dos miraron dentro de la ventilación. Había algo, estaba claro, pero no se veía el qué exactamente. Miraron mejor, tratando de ver mejor lo que había.
Sanzu: Hay una sombra, se ve desde aquí atrás y todo.
Mikey y Draken: ¿Una sombra...?
Al mirar mejor, achinando los ojos, pudieron ver claramente unos ojos en la oscuridad. Al momento, se echaron hacia atrás rápidamente hasta darse contra las botellas grandes. Miraron con terror dentro de la ventilación con cuidado y desde lejos, incluido Sanzu, que era el que menos asustado estaba, obviamente. De repente, vieron como, de la oscuridad de la ventanilla, salió otra cosa negra y oscura. Una persona, una sombra empezó a arrastrarse por el suelo en su dirección. Se levantó justo enfrente para ver como era su constitución. Delgada, bajita y con el pelo largo y liso. Se puso una mano cogiéndose el otro brazo mientras les miraba.
Sanzu: ¿A quién tenemos aquí...?
Mikey: ¡¿Eres buena o mala?!
Draken: Mikey, eso ni se pregunta.
Se sentó en el suelo. Como el pelo era largo, se le fue hacia atrás dejando ver unas caderas de mujer al completo. Se miraron los unos a los otros al reconocer esa figura, empezando por Draken.
Draken: ¿Yuzuha...? ¿Eres tú...?
Sin decir nada más, se materializó. Sin duda alguna, tenía razón; era Yuzuha. Su cara mostraba mucha seriedad sin mucha expresión en verdad. Sanzu se tumbó en el suelo, sonriente.
Sanzu: ¿Qué me va a hacer alguien como tu...?
Yuzuha: Sanzu, vengo a ayudaros. Draken, Mikey, puedo ayudaros a escapar, así que vamos.
Mikey: ¿Ya de ya?
Yuzuha: Sí, moveos...
Mikey: ¿Cómo se dice...?
Yuzuha: ¡Ahora!

Viaje fantasmal (Senju 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora