Jeongin era un pequeño gatito que había perdido a su único familiar, un anciano, quien hizo lo posible para entregarle una vida digna para que olvidase su pasado. Ver a ese chico alto con un olor dulce y otro olor un poquito más débil sintió la nece...
¡ IMPORTANTE ! Aquí les traigo el ChanWoo, si no eres fan del ship o del solista, te sugiero que saltes este capítulo. En este perfil no se aceptan comentarios ofensivos u otros hacía WooJin. Sin más que decir disfruten el Capítulo <3.
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Otro día más en la clínica veterinaria. Chan estaba cansado, solo esperaba que al llegar a su hogar no tenga algún inconveniente que no lo deje descansar en paz. WooJin estaba con él, el lindo labrador color chocolate llevaba su juguete favorito en su hocico, moviendo su cola alegremente. El Can espero que su dueño le abriera la puerta del auto para sentarse en él asiento del copiloto, así esperando que el pelinegro entrara al auto para ayudarlo con su mochila.
-Hoy que estas obediente -carcajeo el australiano.
El can gruñó y se acomodó mejor en el asiento. El siempre era obediente, una cosa es requerir atención y lo otro es ayudar.
-¿Mañana es tu día libre? -habló de la nada el coreano asustando al chico que manejaba.
-Dios, me espantas -Negó mirando la carretera -. Claro, mañana estará de turno YeJi y San, hasta el mes que viene ¿Porque Woo?
-Nada, preguntaba -se encogió de hombros.
Chan asintió, en estos casos WooJin era WooJin, no mucho que decir. Era escaso con las palabras, pero demostraba mucho con el afecto y eso le gustaba.
[🐾]
Bang aparcó el carro en su estacionamiento, bostezando mientras desabrochaba su cinturón estirándose para tomar la mochila que en algún momento WooJin se la arrebató, diciéndole con la mirada "Yo me encargo" Kim abrió la puerta de la casa, prendiendo la luz del living para que el australiano no chocará con las cosas, y fuera a la habitación. Prepararía algo para que el menor no se acostará con el estómago vacío, algo básico, tampoco quería quemar el hogar de ambos.
Calentó el arroz, con un poco de huevos revueltos para preparar todo en una bandeja, sirvió una taza de té para que éste relajado, y para él se sirvió un cereal, últimamente no tenía apetito. Fue a la habitación donde se encontró a Chan peleando con la toalla que se secaba el cabello, dejó la bandeja en el escritorio que usaba el pelinegro para su trabajo, así tomó con cuidado la toalla y empezó a secar el cabello del bajito.
-Simplemente no se que haría sin ti Woo -carcajeo el pelinegro al sentir como el mayor le secaba el pelo.
-No es mucho, solo te ayudo con lo básico, no te quedes dormido que te prepare arroz con té -regaño al sentir al australiano cabecear.
WooJin seco con prisa pero con cuidado el cabello del menor, así ayudándolo para que comiera un poco de lo que le preparó, dándole una cucharada de arroz y el australiano tomaba el té que estaba temperado, para que no se quemara. Últimamente Bang tomaba mucha cafeína, para mantenerse despierto en la clínica, y ayudar lo más que pueda. Al terminar Chan le agradeció y se fue a lavar los dientes, mientras que Kim comía su cereal e iba a dejar todo a la cocina y lavaba.
-¿Ya estás listo Woonnie? -quiso saber el pelinegro al ver a WooJin sentado en la cama.
-Si, te estaba esperando -sonrió.
Bang le devolvió la sonrisa, acariciando las hebras castañas del coreano para al fin recostarse en su suave cama. Sintiendo todo su cuerpo relajarse y soltar un suspiro de satisfacción, más cuando sintió al mayor recostarse al lado suyo, donde se acomodo y donde lo venció el sueño. WooJin acariciaba la espalda del australiano, dejaba besitos en la cabecita del menor para esperar unos segundo y allí caer en un profundo sueño.
[🐾]
Los pajaritos cantaban afuera de la ventana de la habitación, Chan se removía, hasta que decidió despertar de su dulce sueño. Aún estaba recostado en el pecho de Kim, miró hacia arriba donde empezó a repartir besos desde la mandíbula hasta la frente. Viendo como el castaño abría sus ojos y dejaba un beso en sus labios, esta vez el mayor escondiéndose en el pecho del pelinegro.
-Aw, tímido, muy tímido -río Bang acariciando las hebras del alto.
-No molestes enano -gruñó, ganándose un golpe en su cabeza por el apodo -. Ya ya, perdón, te amo, te quiero mi enano. Solo yo te puedo decir enano -carcajeo.
-Eres molesto, pero eres molesto y cariñoso a su vez.
-Y aun así me quieres.
-Por desgracia.
-Oooh, me dolió.
-No te hagas el loco.
-Loco por ti.
[...]
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El labrador me recordó a mi perrita, osea, ella debía ser labrador pero salio mestiza, pero igual la amo y la re quiero a esa kga que no come jajsjs la única diferencia, es que la mía es rubia
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