Se que te vas: Sebchal

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El monegasco suspiró, nuevamente Sebastian no había llegado a dormir, otra vez había pasado la noche fuera y aunque se negara a aceptarlo, aunque su corazón se rompiera, lo sabía, había alguien mas.

Negó, estaba sentado frente al gran ventanal de la casa que compartían, ahí había pasado la noche, ahí, esperando por el, deseando que llegara, que volviera a el.

¿Como habían llegado hasta eso? ¿El amor se había acabado? ¿El había cometido algun error? Porque podía recordar que se amaban, aunque ahora lo viera tan lejano.

Podía recordar cada una de las cosas que había vivido con el, la primera vez que se besaron, la forma en que le pidió ser su novio, los detalles, las flores, los desayunos en la cama, las noches llenas de amor o aquellas en que se desvelaban viendo películas juntos, la forma en que lo miraba, el día de su boda, sus votos, sus hijas, sus pequeñas niñas, aquellas por las que lucharon tanto, sus tantas desilusiones y sus miles de alegrías, habían pasado por tanto juntos, que realmente no quería aceptar que se habia acabado.

Charles siempre habia tenido ese problema, no aceptaba dejar ir sin luchar, no estaba en su naturaleza y si bien eso era una virtud, ahora mismo, no se sentia como eso.

Escuchó la puerta abrirse y giró la cabeza, notando como Sebastian entraba, estaba vestido con la misma ropa del dia anterior y una bonita sonrisa adornaba su rostro, misma que se borró cuando lo vio, ahí sentado, con los ojos hinchados y pequeños rastros de lágrimas.

Fue entonces que Charles se preguntó, ¿hace cuanto tiempo el no le sonreía de esa forma? ¿cuanto había pasado desde la ultima vez en que realmente lo miró mas de dos segundos?

— Estaba esperandote. — murmuró en voz baja.

— ¿Desde cuando lo haces? — preguntó con rudeza. — Deberías estar trabajando.

— Si, debería, pero mi esposo no llegó a dormir la noche anterior. — lo miró a los ojos. — Estaba preocupado, tu, no dijiste nada, yo creí que te había sucedido algo.

— Mirame, estoy completamente bien. — se señaló, entrando a la habitación.

— Seb, ¿que pasa? Necesito que me digas lo que sucede. — lo siguió.

— Voy a irme Charles, yo, ya no puedo seguir aquí, esta casa, esta vida, me asfixia. — lo miró a los ojos.

— ¿Como dices? — preguntó confundido, dudando de lo que había escuchado.

— Digo que voy a irme de aquí y que vamos a divorciarnos Charles. — soltó con frialdad. — Tu y yo, ya no nos entendemos, creo que es lo mejor para ambos.

— Entonces, ¿lo decidiste? ¿solo así? — preguntó Charles tratando de aguantar sus lágrimas. — ¿Por qué?

— Charles, lo hablamos hace tiempo, lo nuestro, tu y yo, no estaba funcionando. — negó.

— ¿Lo hablamos? Dios nunca dijiste que ibas a abandomarme. — negó, justo cuando una lagrima escapaba de sus ojos. — Tu, dijiste que me amabas...

— Te amaba, yo te amaba mas que a mi vida, pero encontré a alguien mas, vi mas allá de ti, vi que existen mas personas, que no eres solo tu. — tomó una maleta. — Y lo encontré a el, encontré al hombre que me hace feliz.

— Basta, ya deja eso, no sigas empacando. — quitó la maleta de sus manos. — Merezco mas que solo eso Sebastian, yo merezco una verdadera explicación, dime, ¿que me faltó? ¿que no hice?

— Charles por favor...

— No, ¿vas a irte? Solo así, tenemos dos hijas Sebastian, no solo somos tu y yo. — lo miró a los ojos. — Ambos, hicimos un compromiso, juramos estar juntos para siempre, tu juraste amarme por siempre, ¿que pasó? ¿que cambió eso?

— Charles ya basta, no es sano que hagas eso...

— Quiero saber, necesito saberlo.

— Charles...

— No, quiero escuchar todo, porque necesito que me rompas el corazón, que me destroces, que me lastimes y hieras profundamente, porque no podré aceptarlo de otra forma, no podré aceptar que todo acabó si no me lo dices. — pequeñas lagrimas brotaron de sus ojos. — Sebastian, se que vas a irte, yo se que nada va a detenerte, ni siquiera mis lágrimas o que te suplique, así que solo, has esto por mi, rompeme en mil pedazos para que pueda reconstruirme.

— Anoche estuve con alguien mas Charles, yo amé a alguien mas y fue como ver fuegos artificiales, fue mágico, unico, fue diferente a ti. — lo miró a los ojos. — El me mostró que existe mucho mas que solo lo que puedo sentir contigo y quiero probarlo, quiero ver mas allá, sentir, soñar y descubrir mas de lo que el puede ofrecerme.

— ¿Me amas aun? — preguntó, limpiando sus lágrimas.

— No, yo ya no siento nada por ti, desde hace meses, años incluso. — tomó valor para seguir hablando. — Tu vives en una maldita burbuja, tu siempre deseas que todo sea perfecto, contigo todo es rutinario, controlado, no hay espontaneidad, todo siempre tiene que ser planeado, tu me asfixias, me haces sentir como un robot, como algo defectuoso que necesita ser arreglado y yo traté de cambiar quien soy, traté de ser perfecto, pero nada es suficiente para el gran Charles Leclerc, yo te odié tanto por ello, que no fue dificil encontrar a alguien mas, simplemente tuve que escapar un momento de tus garras.

— Sebastian...

— No, querías que hablara, así que dejame terminar. — lo miró con frialdad. — Tu me obligaste a muchas cosas para las que no estaba listo, como ser padre por ejemplo, yo, nunca quise hijos, no estaba en mis planes, no lo hablamos jamas, pero tu, tu querías la familia perfecta, la familia ideal, pues miranos ahora Charlie, somos un fracaso y tu, tu eres el culpable.

— ¿Estas culpándome por todo esto? ¿por el rompimiento de nuestro matrimonio? — el menor negó. — Tu fuiste quien fue infiel Sebastian, no yo...

— Y ahí está lo que te digo, tu solo piensas en que me acosté con alguien mas, no fue solo eso Charles, yo fui feliz con alguien mas, me sentí cómodo a su lado, no fue solo un revolcón, no, yo hice el amor con el. — reprochó con ira. — Y no podría estar mas feliz de salir de esta cárcel en la que estoy contigo.

— Bien, te enviaré el resto de tus cosas a casa de tus padres, junto a los papeles de divorcio y el acta en la que renuncias a todos tus derechos y obligaciones con las niñas. — dio un par de respiros, controlando sus emociones. — Ahora vete.

El alemán asintió y sin mirarlo una ultima vez, partió, dejándolo ahí, tras la puerta, con el corazón roto y miles de lágrimas queriendo salir, alejandose de lo que un dia fue su felicidad.

Charles lloró, gritó, hasta que su voz dejó de escucharse, Sebastian lo había destrozado, lo había dejado convertido en cenizas, pero iba a levantarse, lo haría por sus hijas, lo haria por el.





¡Gracias por leer!❤

Ya saben, pedidos en el buzon ;)

📪🏎

Psdt: Sigo trabajando en los pedidos, no los olvidé, solo que quiero traerles algo decente.

Psdt2: ¿Sale parte 2 o historia nueva de aquí?


One Shots F1 GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora