Only love can't hurt like this: Perstappen

3.7K 236 89
                                    

Parte 2 de Hard to say I'm sorry: Perstappen :)

2:55 am y el estridente sonido de un telefono despertó al único hombre en el departamento.

— ¿Si? — Max respondió rápidamente, con la esperanza de que fuera Sergio.

— Hola, ¿hablo con el señor Verstappen? — la voz de una mujer llamó su atención.

— Si, ¿en que puedo ayudarla? — suspiró cansado, recostándose nuevamente, tapando su rostro con la almohada.

— Hablo del hospital Royal Institut para notificar que el señor Sergio Perez ha tenido un accidente. — la mujer habló.

— Espere, ¿de que habla? ¿que le pasó a Sergio? — preguntó alarmado, levantándose de la cama con rapidez.

— El señor Perez se vio envuelto en un accidente de trafico y fue trasladado aquí para su atención medica. — la recepcionista suspiró.

— ¿Como... Como está? — titubeo, vistiendose con lo primero que encontró.

— No puedo darle mas información por teléfono señor Verstappen, no está permitido. — Max colgó después de esa respuesta, yendo hasta su auto, mientras llamaba a la madre del mexicano.






~•~•






Fueron 23 minutos los que le tomó llegar al hospital, estacionarse descuidadamente y correr hacia la recepción.

— Soy Max Verstappen, me llamaron por mi esposo. — mintió, sabia que si decía la verdad no le darían información, no era un familiar directo. — Es Sergio Perez, dijeron que sufrió un accidente.

— Deme un momento señor. — murmuró con pena. — El señor Perez fue ingresado a cirugía hace una hora, su estado era grave cuando llegó al hospital y no hay información de el desde entonces.

— ¿A que se refiere con que no hay información? — gritó molesto, azotando su mano sobre el mostrador. — ¡Estamos en un maldito hospital!

— Señor, voy a pedirle que se tranquilice o tendré que llamar a seguridad. — la enfermera lo miró con pena. — Su esposo está en el quirófano, llegó con severas lesiones en la cabeza, una fractura en la pierna derecha y una herida abierta en el abdomen.

— Oh Dios. — Max se sintió descompensado al escucharla. — No, por favor no.

— Lo siento señor Verstappen, le informaré en cuanto tenga mas noticias. — el rubio asintió, sentándose en la sala de espera.

¿Por qué? Era la pregunta que rondaba en su mente, ¿por qué Sergio y no él? El no merecía pasar por eso, no era justo.

Pasaron horas y nadie le decía nada y cada vez que se acercaba a preguntar, respondían con lo mismo, "no hay información", "no tenemos noticias", "aun no sale del quirófano", estaba harto de escuchar lo mismo.

— Max. — la madre de Checo llamó su atención, acercándose rápidamente a el para abrazarlo. — ¿Como está mi hijo Max? ¿Como está mi Sergio?

— Nadie me dice nada Marilú, ha estado ahí por cuatro horas y nadie me informa nada. — murmuró entre lágrimas. — No puedo perderlo, no cuando fui un idiota los ultimos meses, no quiero que se vaya, no estoy listo.

— Max cariño, mi Sergio es fuerte y luchará, por ti y por nosotros, no va a dejarse vencer. — lo consoló y Max se sintió peor, ahí estaba, recibiendo el consuelo y apoyo de los Perez cuando el había sido una mierda con él. — Ten fé hijo, saldrá adelante.

— Tu no lo sabes Marilú, yo fui un imbécil, me porte como el peor hombre del mundo y dije tantas cosas, tantas de las que estoy tan arrepentido, no debí hacerlo, no debí decirle todo eso. — lloró aun mas.

— Maxie, a veces decimos cosas que en realidad no sentimos, eso no nos hace malos, tu eres bueno, estoy segura que podrás arreglar todo lo que dijiste. — besó su mejilla.

El doctor salió poco tiempo después, yendo directo hasta la familia, dejando ver en su rostro que algo no había salido bien.

— Doctor, ¿como está mi hijo? — Antonio fue el primero en preguntar.

— Lamento no traerles buenas noticias. — murmuró con pena. — Las lesiones en la cabeza del paciente ocasionaron una hemorragia en el cerebro, para cuando nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde, lo siento mucho...

— No, no, no. — Max negó. — Está mintiendo, usted miente, Sergio está bien, el debe estarlo, diga la verdad...

El rubio tomó la bata del doctor, apretandola en sus puños.

— No lo deje morir por favor, se lo suplico, digame que estará bien. — Marilú lo apartó con delicadeza del doctor, abrazándolo.

— ¿Podemos despedirnos? No en la morgue por favor, sino en una habitación, no quiero ver a mi hijo por ultima vez en ese frío lugar. — pidió la mujer entre lágrimas, mientras el doctor asentía, retirándose.

Minutos después una enfermera fue por ellos, llevándolos uno a uno hasta la habitación que le habían asignado a Checo.

Max negó, ya todos se habían despedido  pero el no podía hacerlo, no porque hacerlo significaba aceptar que el no estaría mas, que ya no iba a ver sus ojos brillar, ni sus labios sonreirle, ¿como podía vivir en un mundo donde Sergio no estaría?

— Tienes que entrar Max, si no lo haces, tu te arrepentiras siempre. — Marilú lo abrazó. — Ve adentro y despidete cielo.

El rubio asintió, entrando en la pequeña habitación, mirando a su alrededor, aun sin atreverse a ver hacia la camilla en el medio, notó las pulcras paredes blancas y el piso de madera reluciente, tomando valor y mirándolo al fin.

— Lo siento. — susurró, tomando su mano para besarla. — Lamento todo lo que te dije, lo que te hice, lo idiota que fui contigo, yo lamento todo y si pudiera regresar el tiempo, si pudiera hacer todo de nuevo, te juro que te amaría como te mereces, yo sería diferente.

Besó su frente, notando su palida piel y como sus labios se tornaban de un color morado.

— Te amo Sergio, te amaré siempre y te juro que seré alguien diferente, no me convertiré en mi padre, yo haré las cosas bien, te haré sentir orgulloso, lo juro mi amor. — besó sus labios. — Adiós mi vida, lamento esto, perdón por todo esto.

Max salió de la habitación, dándole una ultima mirada al amor de su vida, lo había perdido y ahora si no había nada aue pudiera hacer para cambiarlo, Sergio se había ido, lo había dejado.





•~•~




2:55 am, Max despertó sobresaltado, estaba sudoroso, asustado.

Volteó su mirada hacia el lado izquierdo de la cama y lo vio, Sergio estaba ahí  dormía como un ángel o al menos así era hasta que Max comenzó a sollozar, despertándolo.

— Hey cariño, ¿qué ocurre? — preguntó preocupado el mexicano, abrazándolo. — ¿Que pasa mi cielo?

— Lo siento, seré diferente, lo prometo. — murmuró, acurrucandose en sus brazos.

Todo había sido una horrible pesadilla, Sergio estaba ahí, estaba con el, tenia una segunda oportunidad, una mas.

"Only love can't hurt like this".

¡Gracias por leer!❤

One Shots F1 GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora