XI

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Abrió los ojos, mirando todo a su alrededor.

-Nana, despertó.- Escuchó la voz de Yugyeom y trato de levantarse de donde estaba acostado.

-No.- otra voz lo interrumpió, sonaba preocupada.- No te levantes aún.- Obedeció, extrañamente se sentía como que debía hacerlo.

-¿Qué pasó?- Se sentía cansado y tenía un fuerte dolor de cabeza.

-Te desmayaste.- La nana entro a la habitación y le dio un vaso de agua.

Jungkook se incorporó en el sofá donde estaba recostado y tomó el vaso de agua, no se había dado dientes pero estaba muy sediento.

-Jungkook, escucha.- Habló la anciana una vez terminó de beber toda el agua.- Se que buscas respuestas, pero no puedo dártelas aún, creo que aún no estás listos para saber todo.

-Pero yo necesito entender que me está pasando.- Jungkook la miró.- ¿Por qué de la nada me desmayo? ¿Por qué apareció él?- Lo señaló a él.- ¿Quien eres? ¿Por qué estás en todos mis sueños?

-Jungkook.- Nana llamó su atención.- debes tomarlo todo con calma, las respuestas llegarán pero una a la vez.

-Entonces dime ¿quién eres?- Encaró al hombre que aún lo miraba preocupado.

-Jungkook...- Escuchó su nombre salir de los labios de él.

-No.- lo cortó.- ¿Quien eres?

-Soy el Dios del inframundo, pero tú me conoces como YoonGi.- la mirada seria y la firmeza de sus palabras gritaban que era verdad lo que decía, pero Jungkook no podía creer eso. Se negaba a hacerlo.

-¿Qué?- rió amargamente.- ¿Un Dios? Esto es imposible.

-No lo es, es la verdad.- YoonGi, como se hacía llamar, camino dispuesto a acercarse a él, pero Jungkook retrocedió.

-No, no lo es.- Miró a todos, La nana de Yugyeom miraba la escena sin ninguna expresión de asombro, por el contrario Yugyeom aún seguía con la boca abierta, mirando de YoonGi a Jungkook.- No puede ser esta la verdad.

-Escucha...- Pero Jungkook se negó a seguir escuchando más.

-No debí venir, lo siento.- lo último lo dijo más para Yugyeom y su Nana. Tomó sus cosas de la escuela y salió de aquella casa lo mas rápido que pudo, sin siquiera mirar a YoonGi, que de quedó parado en su lugar como una estatua.

Su mente seguía negándose a creer aquello, solo era una mala broma, solo eso, los dioses griegos son solo mitología ¿no es cierto? Y aunque fuera real ¿Por qué uno de ellos se fijaría en un humano? Era imposible.

Subió a su habitación en cuanto llegó a su casa, de nuevo sin avisar de su llegada, solamente quería ir a su habitación y meterse entre las cobijas. Arrojó sus cosas al suelo y de hizo bolita dentro de su cama, abrazando sus rodillas contra su pecho.

-No es real, es un sueño.- se repitió para si mismo.- No es real, no es real...

-¿Por qué crees que no soy real?- casi se le escapa un grito cuando aquella voz lo interrumpió.

-No lo eres, solo eres un producto de mi imaginación.- durante todo el camino trato de encontrar algo lógico para lo que estaba pasando.- Tal vez nunca tuve la atención necesaria en mi niñez y terminé por crearte a ti como un consuelo, pero tú no existes.

-Un producto de tu imaginación no puede tocarte.- Chilló cuando sintió como su sabana era retirada de su cuerpo.

-No.- se pego a la esquina de la pared, lo más alejado de él.

-Jungkook...- la mirada que vio en sus ojos, hizo que su corazón diera un vuelco. Había dolor en ella, era un dolor muy fuerte.

-¿Puedes tratar de recordarme?




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Omg acabo de aventarme los 4 capítulos en una hora, son las 3 am cuando estoy escribiendo esto.
Pero me dio una ola de inspiración y tuve que plasmarlo lo antes posible.

Until I Find You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora