XXV

34 12 1
                                    









Se sentía extraño, como si algo le faltara, tal vez era un vacío, el vacío que había estado sintiendo desde hace días, cuando notó cómo la presencia de aquel dios se había desvanecido por completo de su vida.

¿Lo extrañaba? No estaba seguro ¿cómo podía extrañar a alguien a quien apenas conocía? Aunque tal vez era porque desde que aprecio en su vida, además de las confusiones, trajo a su vida algo que le dio un poco de emoción.

Recordó entonces aquel día en el parque, la última vez que vio al Dios. Cuando se despidió lucia tan abatido, Jungkook no supo que más hacer o decir, solo se despidieron en la puerta de su casa en un silencio abrumador y el Dios se fue, no sin antes rogarle que conservara el anillo.

Ahora jugaba con el como de costumbre, pasándolo entre sus dedos y sintiendo la textura de la joya con sus dedos, preguntándose dónde estaba aquel hombre que lo había estado visitando constantemente todos los días y por qué ahora ya no lo hacía.

Tal vez sí lo extrañaba, ahora en las noches se sentía solo y con temor de las pesadillas, aquellas que se iban los días que Hades iba a su habitación y velaba su sueño. Extrañaba de cierta forma su presencia cuando estaba en la escuela o cuando caminaba solo de regreso a casa.

-¿Donde estás?- sin poder hacer nada para evitarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas, salían de sus ojos sin control y por más que las limpiaba, su rostro no paraba de humedecerse.

No entendía por qué su cuerpo reaccionaba así, por qué estaba sintiendo eso. Sentía tanto y demasiado, que su cuerpo estaba comenzando a temblar pero no podía hacer nada para evitarlo.

De repente sentía un gran vacío, tan enorme que temía no poder llenarlo nunca, lo sentía en su pecho, casi tan doloroso como lo que sintió aquel día en el museo.

Entonces, llegó todo a su mente como flashes de cámaras; el día en el museo, la visita en casa de la nana de Yugyeom, las palabras del dios, aquella historia y sus sueños.

¿En serio no lo veía? O ¿solo estaba convenciéndose a sí mismo de que no lo hacía?

Las palabras del dios eran verdad, lo que le dijo la Nana acerca de que ya lo conocía... pero ¿por qué no podía recordar nada?
Tenía que haber una forma, algo más que lo ayudará, después de todo sus recuerdos de la infancia no habían funcionado pero ¿que podía ser? ¿Que cosa podía ayudarlo a recordar todo aquello que no podía?

Miró el anillo en sus manos, el hermoso diamante azul brillaba, reflejando al mismo tiempo todo lo que había al rededor. Jungkook entonces pudo ver su rostro a través de su reflejo en la joya y todos sus pensamientos se aclararon, como el mar después de la tormenta.




-La flecha...

Until I Find You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora