XXXVI

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La vida humanara era más difícil de lo que pensó, sabía cómo funcionaba todo en el mundo pero aún así no le dejaba de sorprender cuán difícil se ponía cada día que pasaba.

Aunque no podía quejarse, no cuando al final del día, lo único por lo que seguía intentándolo, lo recibía con aquella bella sonrisa que siempre le había calentado el corazón.

Los años habían pasado, tanto para Él como para Jungkook, quien ahora era todo un hombre de 23 años, los mismos que alguna vez tuvo cuando lo amo hace miles de años.

Verlo crecer al tiempo que el también envejecía, era una de las cosas que jamás se molestó por tratar de explicar, simplemente no podía describirlo.

Verse envejecer al lado de Jungkook era la única cosa en este universo que más quería.

-¿En que piensas tanto?- preguntó al notar la cara de concentración y el repentino silencio que se había formado al rededor de ellos dos.

-Creo que te salió una cana.- YoonGi frunció el ceño. Callando una queja por el tirón que sintió en su cuero cabelludo.-

-Auch.- Sobo su cabeza mirando la cana que tenían atrapada los dedos de Jungkook.- Nunca en todos los años de mi vida me había salido una cana.

-Eso era porque eras un ser inmortal.- agregó más dramatismo a las últimas dos palabras.

Otra vez volvió el silencio entre los dos, Jungkook había estado así últimamente, se distraía con facilidad y se quedaba mucho tiempo en sus pensamientos, jamás queriendo contarle a nada YoonGi.

-Jungkook...- lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia él.- ¿En que tanto piensas?

Jungkook en cambio escondió su rostro contra el pecho de YoonGi, ignorando la pregunta.

-Jungkook.- volvió a llamarlo, teniendo que recurrir a otras tácticas si quería que su novio le hablara.

-YoonGi ¡basta!- Jungkook comenzó a retorcerse en la cama mientras aguantaba con todas sus fuerzas las carcajadas que se querían escapar de su boca.- Está bien ¡está bien!

YoonGi paro con las cosquillas en el vientre de Jungkook y se apartó para mirarlo mejor.

-Es algo tonto ¿de acuerdo?- comenzó mientras quitaba los restos de lágrimas en sus ojos.- es que... tengo miedo de que tu vida ahora no resulte tan buena para ti, de que termines aburriéndote y... dejándome.

Pudo ver el matiz de tristeza en los ojos de Jungkook, mientras bajaba la mirada, negándose a verlo.
Su corazón dio un vuelco en su pecho, no sabía por qué, si por lo tierno que se miraba Jungkook en ese estado, tan vulnerable bajo sus brazos o por el pensamiento de haber hecho algo como para hacerlo dudar de su amor.

-¿Por qué crees que te dejaré?

-Sé que tu vida aquí no es perfecta.- YoonGi tomó el rostro de Jungkook entre sus manos.

-Jungkook, mi vida nunca fue perfecta ¿no te lo dije? Se volvió así cuando tú llegaste a ella y me aceptaste como parte de la tuya.- lo miró a los ojos, estaba tratando de que aquello quedara bien grabado en la mente de Jungkook.- no te mentiré, no es fácil, pero no me importa cuantas veces caiga si tú siempre estás ahí conmigo al final del día.

-Pero ¿cómo puedes decirlo mientras me miras de esa forma?- los ojos de Jungkook se humedecieron y abrazo el cuerpo de YoonGi para volver a esconder su cara enrojecida.- ¿nunca dejarás de amarme?

-¿Como podría? Tengo el mismo corazón que tuve hace miles de años. Mi amor por ti no cambiará nunca.

-¿Y si el mío por ti cambia?

-No importará.- acarició su cabello, dándole seguridad.

-¿Por qué no?

-Te espere toda una vida, creo que puedo esperarte otra.- Jungkook despegó su rostro para mirarlo, era increíble la seguridad que tenía para decir aquello.

-¿Lo harías? ¿Estás dispuesto a esperarme?

-Lo haría. Moriría las veces que sean necesarias y viviría hasta 100 vidas más.- declaró. Los ojos de Jungkook se iluminaron con aquellas palabras, YoonGi no lo pasó desapercibido y junto sus labios con los de su novio.

El beso fue intenso, cada movimiento  estaba lleno de la intención de YoonGi por dejarle claro a Jungkook que jamás lo iba a abandonar.

No lo iba a hacer, no cuando espero aquella eternidad por él, no cuando le tuvo que rogar a Gea porque lo devolviera a la vida, tampoco cuando tuvo que enfrentarse a su propio hermano por él. Y a pesar de las dudas y miedos de Jungkook, sabía que él tampoco lo dejaría, había conocido su alma cuando aún era un Dios, si lo había escogido fue porque supo que lo amaría con la misma intensidad que él y esa intensidad no se acababa nunca.













-¿Cuanto estás dispuesto a esperar?

-Hasta que te encuentre.

Until I Find You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora