XIX

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De otra vida

Jungkook seguía preguntándose cuál era esa otra vida, el no recordaba nada, cierto, pero no podía hacerse a la idea que que antes de la vida que llevaba ahora, había tenido otra.

Pensó qué tal vez tenía algo que ver con los sueños que comenzaron a hacerse cada vez más recurrentes desde la ida al museo.

-¿Cuantos días duraba la exposición que vimos en el museo?- Yugyeom intento recordar las palabras de la guía.

-No lo recuerdo, creo que solo una semana.- Jungkook suspiró, ya había pasado más de una semana, aquella exposición ya no estaba en el museo.- ¿Por qué?

-Solo me llegó la duda.- Volvió su atención a los apuntes que realizaba el profesor en el Pizarrón, dejando de lado todo el tema, al menos hasta que se encontrara en su casa y pudiera investigar más sobre la exposición.

El resto del día en el instituto solo podía pensar en regresar a casa y poder quitarse toda la duda, al menos saber donde estaba ahora todas las obras de la exposición.

-¿Vas a hacer algo saliendo?- le preguntó a su amigo mientras caminaban por el pasillo.

-Ah hoy me toca práctica de fútbol.- todo el cuerpo de Yugyeom pareció volverse más flojo.- Que flojera, lo había olvidado. Hoy no podré acompañarte.

-Está bien.- no le molestaba irse solo a casa, igual en algún punto del camino, ambos se separaban y seguían solos.

-Te acompañare hasta la salida.- Asintió y siguieron con su camino, llegando hasta la entrada de la escuela, donde Yugyeom se despidió para ir a la cancha donde entrena.

Dispuesto a irse solo, sacó sus audífonos para tener un recorrido más ameno y distraerse con algo, ya que Yugyeom no iba a estar para platicarle de cosas que no entendía, pero antes de doblar por la esquina, chocó su frente con un cuerpo ajeno al suyo, deteniendo su paso.

-¿A donde vas?- le preguntó. Jungkook suspiró cuando supo de quien se trataba.

-¿Que hace aquí?- sobo su frente.

-Vine por ti.- Fue lo único que dijo y antes de que Jungkook pudiera reaccionar, el dios lo tomó de la mano y caminó.

-¿Por qué?- Solo se dejó arrastrar por él, no tenía energías para negarse.

Sin embargo, él no respondió, solo siguió caminando mientras llevaba a Jungkook de la mano, él quiso protestar y exigirle una respuesta, pero estaba tan agotado por las clases que sólo siguió permitiendo que el Dios lo guiara.

-Está calle no lleva a mi casa.- cuando tomaron otra dirección a la que Jungkook ya conocía, fue cuando Jungkook comenzó a reaccionar.

-Lo sé, no te asustes.- dijo mirándolo.- No te voy a secuestrar.- Jungkook no supo si era broma o no.

Al fin, después de caminar por un rato, llegaron a un parque, donde por la hora, no había más que niños correteando y jugando por todas partes.

-¿Que hacemos aquí?- YoonGi que todavía no soltaba su mano, lo guió hasta el tronco de un árbol, para sentarse debajo de la copa de este.

-Quise buscarlo algo parecido a donde estábamos antes.- Fue lo único que dijo, Jungkook sin más remedio de sentó a su lado.

-¿Que es lo que quiere que recuerde?- Jungkook también tenía sus dudas, esperaba que al hablarlo con el dios se pudieran resolver algunas.

-Ya te lo dije, recuérdame a mi.- YoonGi continuo, mirándolo.- Antes, hace muchos años, un par de siglos siendo exactos, tú me amabas. Quiero que otra vez sea así...

-No puedo entenderlo ¿como puedo amarlo? No lo conozco, todo esto es tan nuevo que me abruma.- Y sí, el pecho de Jungkook se sentía bajo presión por todas las cosas que le estaban pasando.- ¿como puede decir que antes nos conocíamos? El único recuerdo que tengo de usted, es de hace 10 años y solo son recuerdos de sueños.

-Todo lo que sientes, es por algo.- lo interrumpió el Dios.- Lamentó que te sientas así, se que todo esto es culpa mía en primer lugar, Jungkook, si pudieras escuchar lo que tengo que decir.

Jungkook lo miró por unos segundos, él quería saber todo, claro, pero si mismo tiempo se sentía con tanto miedo de saberlo. Tenía miedo de que algo en su vida fuera a cambiar y que ya no viera las cosas como ahora lo hacía.

-Esta bien.- acepto escuchar lo que YoonGi tuviera para decirle.

Entonces YoonGi le contó todo, empezando por cómo todo había comenzado, con ellos conociendo.

-Eras un poco mayor entonces, pero aún lo suficiente joven para transmitirle eso a una vieja alma.- Explicó.- Me llevo tiempo, pero al fin, pude hacer que tú me amaras, tanto o más que yo.

-¿Y qué pasó?- YoonGi lo miró a los ojos.

-Bueno, ambos estábamos de acuerdo en que nos amábamos, me aceptaste en tu vida y decidimos unir lazos.- entonces, sacó el anillo de entre sus manos.- te lo di después de que aceptaras y lo llevaste con orgullo sobre su mano hasta el último día.

Jungkook sentía que todo lo que le contaba el dios, era un cuento, una historia de amor inventada, con cada uno de los clichés más populares. No sentía que eso haya sido Algo que el mismo, en carne propia, hubiera vivido.

-¿Último día?

-Tarde o temprano, todas mis acciones se me iban a regresar.- continuó con la historia.- solo que no esperaba que fuera tan pronto. El día de nuestra unión, todo comenzó tan bien, hasta que a mitad de la velada, un rey rencoroso fue a cobrármelas, no quería que estuvieras allí.- Suspiró, llevando su mano áspera y fría a la mejilla de Jungkook, viéndolo con nostalgia en los ojos.- Pero tú, Jungkook, eres más valiente de lo que cualquiera pueda imaginar, incluso hasta testarudo.

La voz del dios tembló, y un matiz de tristeza se dejó ver en ella a medida que pronunciaba aquellas palabras. Jungkook sentía que aquel Dios, aquel hombre frente a él, lo conocía mejor que hasta sus propios padres.

-Cuando me iba a disparar a con aquella flecha, tú llegaste, poniéndote en medio.- YoonGi bajo la mirada para no continuar mirándolo a los ojos, le apenaba aquello.- moriste por mi culpa, tú... salvando la vida de alguien como yo. Aunque siempre dijiste que yo no era tan cruel como la gente pensaba...

-Creo que debí amarte lo suficiente entonces...- Fue lo único que Jungkook pudo decir después de escuchar toda la historia. Aunque aquello siguiera sintiéndose tan lejano para él.

-¿Todavía no lo recuerdas, cierto?- Jungkook no respondió, en cambio sólo bajo la mirada, dándole la respuesta a la pregunta que hizo.

-Lo siento, todo lo que me has contado... no se siente cómo que haya sido yo.- abrazo sus rodillas contra su pecho.

YoonGi suspiró, no esperaba que recordara todo de golpe, pero tampoco esperaba aquello, iba a ser más difícil de lo pensó.

Al menos Jungkook seguía siendo él.

¿Cuando terminaré de rogarte?

Until I Find You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora