¡Alejate! - 08

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— A ti también te invitaron a la fiesta Ryan? — preguntó
Ryan lo miró y le sacó la vuelta, parecía estar enojado. Lu se quedó mirando.

Ryan camino y para seguir a Santiago, lo siguió hasta llegar al pasillo de los salones de clases.

— ¡Santiago! — dijo Ryan
Este se detuvo y giró para ver quien era.
— Hola Ryan. — dijo
Ryan lo tomó de la playera y lo pegó a la pared, su mirada llena de enojo se clavó en la suya.
— Que es lo que tramas imbecil, porque invitaste a Lu a la fiesta? Que es lo que estás planeando. — preguntó.

Santiago sonrió y quitó las manos de Ryan de encima. — No planeó nada, solo lo invite por cortesía. Digo al menos si tú no te lo quieres dar alguno de nosotros si se anime a dárselo. — respondió
Ryan lo tomó del cuello y lo volvió a pegar a la pared. — Aléjate de el, no hagas esto más difícil porque él no se merece esto. — dijo Ryan

— A que le temes tanto Ryan? Es uno más del montón, como si no pudieras conseguirte algo mejor. — dijo Santiago.

— No voy a dejar que ni tú y nadie se le acerque, no sabes de lo que soy capaz si le llegas hacer algo. — respondió.

— ¿Porque lo proteges tanto? Pues claro té estás enamorando de Lu, como no me di cuenta antes. — dijo mientras se reía. — El mayor Patan se ha enamorado. — se rio. — que patético eres Vega.

Ryan lo soltó y se fue caminando no tenía sentido seguir peleando con el imbecil de Santiago pues Ryan solo estaba tratando de proteger a Lu del club de Patanes que harían todo lo posible para que cayera en sus redes y aprovecharse de él.

Lu llegó al salón y tomó asiento en su lugar, Sacó su libreta y comenzó a terminar la tarea que les habían dejado de contabilidad. Ryan entró y camino hasta su lugar, Lu levantó la mirada y miró como Ryan se sentaba.

— ¿Estas bien? — preguntó
Ryan lo miró y vio la cara de lu lleno de preocupación. — No pasa nada, estoy bien. — respondió.

Lu se quedó mirándolo, pues sabía que no estaba bien pero no quería que se molestara. Las clases comenzaron y las horas se fueron volando, la hora de receso llegó, Lu salió y camino hasta la cafetería para comprar algo de comer. Ryan salió y miró que iba caminando solo por el pasillo, quería ir tras de él para contarle sobre la clase de fiesta que hace Santiago, Ryan corrió hacia donde estaba Lu. Salió de la uni y corrió hasta la banca donde se sentaba en el receso, al llegar se frenó de golpe y miró que no estaba en la banca, donde podía estar.

Lu se sentó en una de las bancas de la cafetería y comenzó a comer su ensalada y jugó verde, nuca se imagino que un grupo de chicos se sentarían con el.

— Hola Luis. — dijo una de las chicas
— Hola. — respondió.
— ¿Te molesta si nos sentamos contigo? — preguntó
— No, para nada, tomen asiento Lisa. — dijo

Los chicos se sentaron y comenzaron a comer de su lonche. — Oye luis, tú entendiste los asientos contables que nos encargo en contador Patiño? — preguntó.
— Si, ya los termine de hecho. — respondió
— Nos podrías explicar? — preguntó Lisa
— Claro, si quieres cuando acabemos las clases les puedo explicar cada uno de los asientos en el salón. — dijo Lu amablemente
— Muchas gracias Hermano, no sabes de la que nos has salvado. — Respondió Gerardo.

Ryan miró a Lu sentando con varios chicos del salón en la cafetería y camino hasta donde estaba el. Tomó una silla y se sentó. Lu lo miró y Ryan lo miró. — Te fui a buscar a la banca pero no estabas.— dijo
— Vine a comer, tenía algo de hambre por eso no fui a la banca, perdón. — dijo Lu
— No pasa nada, me da gusto que hayas comido y de que hablan chicos. — preguntó Ryan mirándolos. — De contabilidad. — dijeron todos juntos.

El tiempo del receso terminó y comenzaron a levantarse de la mesa para ir al salón de clases, Ryan espero a que Lu se parara de la mesa para ir al salón junto con los demás. A lo lejos estaba Santiago junto con todos los integrantes del club mirando como Ryan cotejaba al nuevo.

— Pero que diablos está haciendo Ryan. — preguntó uno de los del grupo.
— Solo está haciendo este juego más divertido, el dice que no siente nada por el pero que no quiere que nadie lo lastime, tengo que hacer algo para que eso termine. — dijo Santiago.

Mateo había llegado a la universidad de Lu pues quería verlo antes de irse a Merida, pues tenía que regresar a la casa de su padre. Espero que Lu saliera de la universidad. Miró que comenzaron a salir varios pero no podía ver a Lu por ningún lado.

Mateo quitó sus gafas y sonrió, pues su mejor amigo se acercaba a él, Lu lo miró y apresuró un poco el paso.  — ¿Pero qué haces aquí? — preguntó Lu
— Vine a verte antes de irme. — respondió Mateo
Lu dejó de sonreír, pues sabía que se tenía que ir por un buen tiempo pues su amigo vivía con su padre en Merida. — Hey pero no te pongas triste, sabes que siempre te hablo por las noches para ver cómo te fue en el día. — dijo Mateo
— Sabes, me sentía completo cuando estaba aquí en Guadalajara conmigo, pero debes ir con tu padre, tienes que seguir con tu vida allá. — dijo Lu

Mateo se acercó a él y lo abrazó fuerte, pues su mejor amigo lo extrañaría demasiado. — Te prometo que volveré antes de Navidad. — dijo Mateo.

— Quiero verte aquí antes de navidad. — dijo Lu
— Aquí estaré 1 semana antes. — dijo Mateo.
Lu se acercó a él y le dio un abrazo enorme, Mateo recargó su mentón en la cabeza de Lu. — Cuídate mucho amorcito. — dijo Mateo mientras le daba un beso en la frente.
— Te lo prometo. — dijo Lu limpiando las lágrimas de su rostro.

Mateo subió a su auto y salió de la universidad, le dijo adiós a Lu por la ventana y se marchó. Lu se quedó ahí parado mirando como su mejor amigo se tenía que regresar otra vez a su casa. Mateo miró a Lu parado por el espejo retrovisor, limpió sus lágrimas y suspiró. — Volveré por ti. — dijo Mateo convencido.

El Patan del que Me Enamore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora