17| Seguro, contigo

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Alex:

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Alex:

-¿En serio te gusta él? -la de cabello rojizo lanza una mirada, refiriéndose al sonriente joven acompañado de dos llamativas chicas alegres. 

-Baja la voz -pido con cierto tono de molestia.  

Si bien era un lugar ruidoso me causaba inquietud que lo dijera en voz alta mientras él estaba frente a mis ojos.

-Alex, no es un secreto.

-¿Crees que él lo sabe ? -le cuestiono, disgustado con la idea de que se entere por medio de otros.

-¿No?

-Dios -suspire, cansado de ella-, no se como pude decirte.

-Los efectos del alcohol -levanta el vaso en mano e ingre lo que contenía- eres un boca suelta cuando estás emocionado. 

-Claro, según tu -sin darle importancia veo de reojo al chico que reía a carcajadas junto a Vanesa.

-Por qué no vas con él, en lugar de acosarlo desde las sombras, anda, se que quieres -me da un codazo, coqueta. Cosa que provoca que la vea con enfado- si sigue con esas drogadictas no terminará bien -compone. Eso que dijo si me hizo preocupar, ya que conociéndolas era muy cierto, podía terminar muy mal y tal vez mal influenciarlo era el principal problemas, puesto que ellas tenían ideas un poco... dudosas. De inmediato me puse de pie, dispuesto a interrumpir su linda charla.

-Tengo que ir con ellos -mencione preocupado, sin quitarles los ojos de encima.

Por fuera pareciera que lo acechaba, como un jodido acosador, pero realmente lo cuidaba, estaba al pendiente de lo peligrosas que eran ambas chicas a su alrededor, no quería que le causarán problemas como lo hacían de costumbre, cuando se... drogaban.

-Suerte, Alexito -me da un golpe en la espalda y regresa a lo suyo; coquetear descaradamente con el bartender. La fulmino de pies a cabeza, ella sabía lo mucho que odiaba que me llamara así.

Me encamino a la parte que se encontraba menos congestionada, donde estaba el trío de chicos, conversando.

Al acercarme las fuertes risas descendieron por un par de miradas curiosas ante mi presencia.

¿Tan mal recibido era?

Parecía ser que no me querian cerca.

Omiti eso y tomé asiento a un lado de Daniel, este solo me ve de una manera desconcentrada, de seguro preguntandoce por qué estaba ahí de repente.

-Hey -le saludo para conectar un poco- lo lamento, por dejarte solo, surgió una emergencia -confieso, callandome al ver la poca atención que me prestaba, parecía estar ido, en su mundo. 

-Daniel -lo llamo, alarmado.

-¿Qué pasa? -se compone, apresurando sus palabras.

-Lo lamento, por dejarte solo, tenía que llevar una amiga a casa, y quedaba bastante lejos. 

𝘛𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘭𝘰𝘳𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘳𝘢𝘪𝘯𝘣𝘰𝘸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora