28| Halloween no tan terrorífico

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𝘿𝙖𝙣𝙞𝙚𝙡:

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𝘿𝙖𝙣𝙞𝙚𝙡:

La peor y mejor festividad del año, obviamente es Halloween.

Vamos por puntos:

Es la mejor porque es el único mes del año en la que te dan dulces solo por tocar una puerta y mostrar una cara altamente tierna, en esa fecha los niños pequeños no suelen ser muy anticonceptivos de su parte, pues la mayoría usan disfraces adorables.

Eso me recuerda a cuando mis padres me disfrazaban a juego con Oliver, ambos salíamos por el  vecindario a pedir dulces, cargábamos una enorme bolsa que al final de la noche se llenaba por completo, al llegar a casa solíamos intercambiarlos, en especial Oliver que no perdía la oportunidad y se aprovechaba de mi inocencia, robaba los mejores dulces y me dejaba los más pequeños.

Eran buenos tiempos.

Otra ventaja es que poder salir hasta altas horas de la noche, andar por las calles o ir a alguna fiesta sin poner excusas. Como Oliver acostumbraba hacerlo, decir que iba a una fiesta de Halloween y no llegar a casa hasta el día siguiente por la tarde, yo no entendía cómo es que lo hacía.  

Lo peor de Halloween, no hacía falta decirlo: Los disfraces, están desde los decentes y aterradores hasta los verdaderamente "aterradores" que mas que aterradores son creepys, entre más extraños y bizarros eran, se convertían en algo perturbador. Debo admitir que me daría miedo encontrarme a un sujeto bañado en sangre con una cabeza que parecía meramente real en mano, viniendo hacia mí. Es anécdota. 

También existen algunas leyendas y rumores muy sonados, la leyenda más popular es la de la carretera solitaria que se encuentra por el risco. Se dice que al fondo de esta hay una mansión embrujada, la mansión Haysen, era una especie de almacén abandonado, pero con tonos sombríos y unas vibras oscuras, es como cualquier mansión de las películas clichés de fantasmas y exorcismos, solo que esta realmente estaba poseída.

La mansión contaba con una carretera poco transcurrida, según cuentan algunos: una vez que entras, no sales... Eran rumores, o eso querían que creyéramos. No era fanático de las leyendas urbanas y lo paranormal, me iba más el terror cómico y psicológico, donde no hubiera fantasmas de por medio, solo sangre.

Hoy, en este espeluznante día de octubre, me atrevo a decir qué amanecí con el pie derecho. Me levante feliz de la vida, con más entusiasmo que de costumbre, desayuné y me desperté temprano, ese era un milagro que ni Dios podría llegar a hacer que sucediera... solo Alex lo hacía, su encanto lo hacía. 

La última vez que pisé el instituto casi desfallecía recién entré, no había comido ni dormido en días, creo que eso lo explicaba todo.

Salí de casa, vi el trayecto soleado y los pájaros cantar, las hojas naranjas caían con la brisa y el auto de mi hermano se sentía menos incómodo. Mi celular no dejaba de vibrar con el repertorio de notificaciones entrantes, todas de Instagram, mensajes caían, uno tras otro.

𝘛𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘭𝘰𝘳𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘳𝘢𝘪𝘯𝘣𝘰𝘸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora