17- COMO ANTES

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Maya

Edward pasó por mi horas después, me pidió que le avisara cuando volviera a casa para llevarme, su auto se estaciona frente a mí y me subo en el asiento de copiloto.

—¿Cómo te fue en la práctica de natación? —le pregunto mientras me abrocho el cinturón de seguridad.

—Bastante bien, habrá una competencia dentro de unos meses, necesito entrenar más.

Edward practica natación desde hace unos meses, tres días a la semana por dos horas. No le gusta hablar mucho de él mismo, es más de escuchar a los demás.

—Pues evidentemente vas a ganar, no conozco a nadie tan rápido como tú, y yo voy a estar allí, cuando ganes —con mi dedo índice presiono su mejilla, es algo que últimamente hago bastante.

—Que bien, porque ya tengo boletos para ti —bromea—, y a los demás también, claro.

Ed pisa el acelerador y avanzamos por la carretera dejando atrás la casa de Aria. Al final de la carretera hay un retorno que debemos cruzar para llegar a la autopista, con su brazo derecho gira el volante varias veces haciendo que el auto gire hacia la izquierda, ese simple movimiento fue tan... atractivo.

Hay cosas que no tienen explicación y esta es una de ellas.

Pasamos varios minutos sin hablar, no era un silencio incómodo, solo un poco... silencioso.

Una pequeña melodía sonaba a través del altavoz, "Daylight" de Harry Styles, me gusta mucho esa canción así que disfruto cada segundo de lo que queda de ella, Ed varias veces me mira de reojo, presiento que quiere decirme algo, así que decido romper la burbuja de silencio.

—¿En qué piensas? — mi pregunta hace que despegue los ojos de la carretera, me mira.

Sus ojos verdes me observan por unos segundos y luego mira otra vez hacia el frente.

—¿Pudiste resolver todo con Ariana?

—No se responde con otra pregunta Edward Tale.

Este suelta una pequeña sonrisa disimulada .

—Me quedé un poco preocupado, nunca las vi pelear así.

Es verdad, no lo hacíamos.

—Perdón por hacer una escena —me disculpo con él, no debí gritar como lo hice dentro de su auto—, estaba enojada, aunque no es justificación para comportarme como una loca.

—No hace falta que te disculpes, yo entiendo... es solo que...— Edward duda en hablar o no, intenta concentrarse mientras conduce, se queda callado unos minutos hasta llegar a un semáforo que está en rojo— No entiendo algo —vuelve a hablar.

Gira otra vez su cabeza hacia el asiento donde estoy sentada. No digo nada solo nos miramos el uno al otro. Edward tomó mi silencio para volver a hablar.

— ¿Por qué aceptaste hablar con él?

Por algunos segundos no respondo nada, el semáforo cambia su color a verde y Ed vuelve a avanzar por la carretera.

—No lo sé —digo al fin.

¿Por qué fui?

Tenías curiosidad.

MAYA  [en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora