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•FIESTA DE CUMPLEAÑOS•

A la salida del hospital por fin puedo respirar tranquila.

Figurativamente hablando ya que en realidad no puedes respirar por si sola.

Quiero decir, ya puedo estar en calma.

Le rogué a mamá venir sola, quiero intentar hacerlo por mí misma, pasaré el resto de mis años haciendo lo mismo y debo aprender por mi cuenta.

Mi insistencia duró menos de lo que creí, lo difícil fue que me dejara venir en mi motocicleta.

Desde que la compré ella ha intentado de todo para que no la use, me lleva a todas partes o deja que Ed lo haga. No le hace mucha gracia, de hecho dice que prefiere mil veces un auto. No me siento lista para un auto, ni siquiera sé conducir y dudo que lo esté pronto. Por ahora estoy cómoda con mi moto, las pocas veces que he ido en moto han sido para ir a la playa.

No muy lejos del hospital hay un pequeño almacén, son las tres veinticinco de la tarde, a las cuatro quedé de ir a la fiesta de cumpleaños de Luis, pensé en venir a este almacén y comprarle algo bonito.

No recibo muchas invitaciones a fiestas, espero tener una buena impresión, ayer pasé toda la noche horneando un pequeño pastel, no soy buena horneando —o cocinando en general— por lo que tuve que llamar a Edward varias veces para pedir indicaciones.

El pobre no podía ni dormir por que le llamabas a la una de la mañana.

Ahora busco algo que pueda gustarle a Luis, no sé mucho de él, bueno, no sé nada. He pasado varios minutos dentro del almacén, recorriendo los pasillos y viendo todo, seguro el señor de la caja piensa que planeo robar algo.

Ya casi son las cuatro por lo que salgo de la tienda sin nada, debo apurarme por que no quisiera llegar tarde, eso no ayudaría mucho a la buena impresión que quiero dar.

Imagínate llegar cuando están cantando el "feliz cumpleaños"

No digas eso Lola.

Llego al lugar de la fiesta justamente a la hora exacta. Desde afuera la tienda se ve muy pintoresca, tiene una fachada cubierta de ladrillos y varias mesas afuera, sobre estas hay un cartel de madera "Monica's coffee shop" es lo que pone, el vidrio de los ventanales es oscuro por lo que impide que pueda ver el interior.

En la parte de atrás de mi moto hay una pequeña canasta y de allí saco una caja donde llevo guardado el pastel. Es hora de entrar.

Ufff... como que me han dado ganas de salir corriendo.

Aprovecho el reflejo de la puerta para acomodar un poco mi cabello, antes de empujar la puerta — ya que esta decía "empuje" — se abre sola y del otro lado está Luis.

— ¡Hey! Viniste.

— no podía faltar.

Ya dentro puedo relajarme un poco más — por cierto, te he hecho un pastel — le quito la tapa a la caja para poder apreciar bien el pastel — es de vainilla, no sabía que sabor elegir.

— ¿me hiciste un pastel? Gracias — Luis toma el pastel de la caja y con su dedo toma un poco de la cobertura para probar — mis hermanos mayores se pondrán celosos — bromea.

— no sabía que regalarte.

— no era necesario pero gracias. La fiesta es arriba, vamos.

Subimos las escaleras al piso de arriba, habían al menos unas veinte personas conversando entre sí, Luis me llevó directo a una mesa de aperitivos donde dejó el pastel que le regalé. Junto a la mesa habían dos mujeres, una mujer rubia y otra castaña.

MAYA  [en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora