Capítulo 29. ¿Te enamoraste de él?

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JEON JUNG-KOOK

En cuanto salí de esa casa, mi corazón se sentía pesado. Era como si algo estuviera presionándolo, me frustra y me hace sentir una enorme tristeza.

Solo mírate, cuanto creciste mi pequeño J-Hope. Siento nostalgia al verte, pero a la vez, mucha satisfacción que superaste incluso tus expectativas. El joven miedoso, que siempre cubría parte de su rostro con bufandas o cubrebocas incluso en los climas más infernales y húmedos, aquel que reía con miedo, que pedía permiso para mover un dedo, que se escondía en los baños o en salones para comer solo o que incluso evadía la mirada directa por miedo a ser golpeado.

Tus miedos se volvieron tu motivación para ser lo que hoy eres. Pero dejaste atrás todo lo que apreciaba de ti, lo que en verdad importa.
Perdiste tu calidez y sencillez. Solías ser mi mejor remedio, cuando estaba molesto o la ira me consumía, solo necesitaba verte sonreír, era como si un rayo de sol impactará contra mi cuerpo, se sentía tan cálido y acogedor. Tú eras mi lugar seguro cuando no sabía a dónde ir, porque hiciera lo que hiciera, me recibías con los brazos abiertos, sin juzgarme o cuestionarme.

Y cuando al fin tuviste el valor de confesarme tus sentimientos, estaba muy agradecido, de como una persona tan buena como tú, quería estar con una mierda como yo. No estabas ciego, sabías lo que era y aun así, me aceptaste.

— Hope siempre creíste que yo era un ángel, pero, el único ángel aquí, eras tú — miré hacia la casa antes de subir al auto — no tienes idea de las veces que me salvaste — abrí la puerta del auto — Pero no puedo perdonar todo lo que hiciste, porque ahora ya no eres mi querido J-Hope, ahora eres el fotógrafo Jung Ho-Seok y esa persona no eres tú — subí al auto y salí de ese lugar, mientras manejaba solo podía pensar en un destino, un lugar al que deseaba ir.

. . .








KANG MI-SUK

y en aquella orilla del cuarto, con las luces apagadas, me encontraba sentada con el celular en la mano, intentando por milésima vez llamar a Jung-Kook. Pero todo terminaba en el mismo mensaje <<el número que usted marcó no existe >> me había bloqueado de todos lados e incluso cambió el número de teléfono.

En cuanto salí del estudio de Ho-Seok, me dirigí al departamento de Kookie, pero seguridad no me dejó ingresar por órdenes del dueño. Era la primera vez que me había puesto un límite. Si soy honesta, no sé cómo es que llegue a casa, creo que mi cuerpo supo regresar automáticamente pero mi mente estaba perdida.

— Por favor vuelve Kookie — me hundía en lágrimas — quiero ser una mejor persona para ti, sé que es muy egoísta de mi parte, pero quiero que te quedes a pesar de lo difícil que es estar conmigo, por favor

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— Por favor vuelve Kookie — me hundía en lágrimas — quiero ser una mejor persona para ti, sé que es muy egoísta de mi parte, pero quiero que te quedes a pesar de lo difícil que es estar conmigo, por favor.

El silencio de mi habitación me estaba matando, ahora más que nunca me siento insegura y eso me está destrozando la cabeza. Solo podía pensar los errores que había cometido, el tiempo que perdí intentando no hacer sentir mal a los demás.

SIEMPRE FUISTE TÚ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora