Capítulo Uno: Aleteo de mariposa.

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El amor y las relaciones de pareja tenían siempre más de una cara, pero las personas siempre te hablaban de una sola, la cara hermosa del amor. Todo en un matrimonio de televisión es hermoso.

Él es un hombre dedicado al trabajo y llega con una rosa cada noche para su esposa que lo espera con la cena lista. Pero no era el caso de Dove y Hero.

Dos años de matrimonio ella con veintidós años y él con treinta y tres. Dove fue una más que se enamoró de su profesor de universidad y formó una vida con él, aunque no todo era perfecto ambos se amaban mucho y se lo demostraban a cada momento que podían.

—Prometo que intentaré no quemar la comida la próxima vez, lo lamento.

—He dado clases todo el día Dove, estoy cansado, me duelen los pies. Lo único que quiero es llegar a casa comer y disfrutar de mi tiempo contigo.

—Lo sé y de verdad lo lamento—la chica de cabello rojo miró una vez más la cocina donde estaba la comida carbonizada.

—Está bien de igual manera mamá viene para acá asique le pedí que trajera algo—el hombre levantó la copa de vino para darle un sorbo mientras miraba a su esposa limpiar el desastre.

—¿Tu madre? Hero... sabes muy bien lo que ella opina de mí, seguro será un motivo más para criticar mi poca capacidad de ama de casa.

—No digas eso, mamá es buena contigo.

Mentira.

Hero se mentía a el mismo repitiéndose que su madre quería a su esposa, lo que su madre quería era que el honorable y distinguido profesor Hero Gray volviera con su ex novia y se divorciara de aquella niñata incapaz de hervir agua así como ella la describe cada vez que visitaba a su hijo.

—Vamos Hero, deja de mentirte y de ser tan positivo cuando se trata de mi relación con tu madre.

—Las amo a ambas, quiero que se lleven bien. No es mucho pedir.

—También yo quiero hacerlo, pero si va a criticar cada cosa que hago no podré dejarla que me conozca.

—¿Dices que mi madre es una mujer que critica a los demás? —preguntó ofendido.

—Si.

—Respeta Dove, hablo muy enserio.

La chica rodó los ojos para seguir limpiando el lugar, hasta que escucharon la puerta abrirse. La mujer mayor ni siquiera era capaz de tocar la puerta, sino que, con el descaro de haber robado las llaves de la casa de su hijo, solo llegaba y entraba.

—¿Qué es ese asqueroso olor? —preguntó la mujer llevando su mano a la nariz para taparla.

—Bienvenida madre—saludó Hero levantándose para besar la mejilla de su madre.

—Imagino que tu inútil esposa ha quemado la comida otra vez ¿Me equivoco?

Hero ignoró la pregunta de su madre para guiarla a la cocina donde esperaba Dove fingiendo una cara de felicidad por recibir a su suegra.

—Hola, bienvenida señora Gray—saludó amable la chica.

La mujer la examinó con desprecio, Dove traía un pantalón de jeans y una camiseta de mangas largas con margaritas bordadas en ella.

Poco formal y demasiado adolescente para su gusto.

—¿Qué puedo hacer para que me ofrezcan algo de beber?

Hero miró a su esposa haciéndole una seña de que trajera agua para su madre, la chica desganada lo hizo.

Una cena muchas veces puede ser una experiencia romántica o divertida si estás con amigos, pero el punto es sentirse cómodo mientras comes con otras personas. Pero esta cena estaba lejos de ser eso.

The Other Face LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora