Capítulo Diecinueve: Momento para agradecer.

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Dove.

Tres de Julio.

Hero manejaba siguiendo el auto de Travis, Eddie venía dormido en los asientos de atrás junto a Seb ambos estaban con una cobija rodeándolos, miré por el retrovisor y mis padres venían detrás de nosotros.

—Creo que hay algo distinto en tu cara—dije acariciando la cara de Hero.

—Es por que ahora me siento mucho mejor que antes, porque los tengo a ustedes. Y también recorte mi barba más derecha.

Sonreí. —Eres muy romántico ¿Ya te lo había dicho?

—Si, cuando te regalé ese libro de Jane Austen y fingiste emoción.

—¿Fingir emoción? ¿Por qué pensaste eso?—cuestioné bajando el volumen de la radio del auto.

—Porque sabía que tu libro favorito era crímen y castigo. Para nada te gustaba el romanticismo.

—Si me gustaba, un poco, pero me gustaba.

La verdad disfrutaba mucho más la literatura de terror o ver películas, en cambio a Hero le encantaba el romanticismo, puedo apostar que daría todo lo que tiene por viajar a los años veinte y conquistar a alguien a la antigua.

—Cuando estuvimos separados vi la película de La La Land, lloré por horas y después mucho más al recordar que era tu película favorita.

—Yo veía las de John Wick sí te hace sentir mejor.

—¿Estás bromeando?—pregunté mirándolo fijamente con los ojos muy abiertos.

—Claro que no—negó mirando el camino—, de hecho he comprado un regalo para ti y está en la guantera.

Abrí la guantera donde había lo que parecía una caja envuelta con un papel negro con algunas lineas doradas.

—Ábrelo—rasgué el papel para darme cuenta que dentro de este había una figura de acción de John Wick.

—¡Es el mejor regalo que me han dado en la vida!—grité mirando la figurita pero guardé silencio al saber que Aras estaban durmiendo—, y tiene al perro de John. Hero es el día más feliz de mi vida, después de que Eddie me llamara mamá.

—¿Por qué no guardas silencio?—preguntó Seb, voltee a verlo y este se acurrucaba cerrando los ojos para volver a dormir, Eddie abrió sus ojos poco a poco hasta vernos y sonreír.

—Mira lo que me ha dado papá—le mostré mi figurita y sonrió emocionado.

Sonrió restregando sus ojos para sonreír estirando su mano.—Puedo tenerla mami.

—¿Tu compartes tus juguetes conmigo?—pregunté bromeando.

—Por favor mamá—pidió con dramatismo juntando sus manos.

—Está bien, ten—antes de entregárselo Hero puso una mano e mi pierna.

—No es necesario, también he traído un regalo para ti—Hero le extendió un adorable peluche que se parecía mucho a Raider.

—Es muy bonito papá, ahora seremos Cooper, Randall y yo. Gracias papi.

—¿Le has puesto Randall? pero él era malo.

—No mamá, él solo quería encajar y ademas quizá si tu le dabas un beso y abrazo de buenas noches arreglabas su día, a mi me funciona.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y lo único que quería era abrazar a mi hijo.

Carajo, en estos momento adoraba mi vida y no la cambiaría por nada del mundo.

Al llegar a la cabaña que Verónica había rentado papá nos ayudó con algunos bolsos.

The Other Face LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora