Capítulo Veintidós: Eddie está en casa.

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Dove corría por la escuela de Eddie sin importar que la policía la detuviera, detrás de ella venía Nils asegurándose de que llegara a la escuela sana y salva.

De la forma en la que corrió por el hospital cuando escuchó la noticia fue preocupante.

Hero miraba a la directora quien le pedía disculpas por lo que había sucedido y le explicaba cómo había pasado cuando vió a su esposa evadir a todos para llegar hasta él.

—¿Dónde está mi hijo?

—Lo siento señora Gray—sollozó la directora—. Fue al primero que se llevaron, parecía que venían por él.

—¿Qué está diciendo?—preguntó la chica mirando a su esposo—. Eso es imposible, mi hijo no tiene nada que ver con esas personas, así que no deberías ir diciendo por ahí que venían por él. Si no estas informada las personas de esas tratas secuestran a quien sea.

—Fue el primero que se llevaron.

Dove soltó un sollozo siendo rodeada por los brazos de su esposo.

—Tranquila amor, lo vamos a encontrar. Eddie estará con nosotros:

—¿Lo prometes?—preguntó mirándolo con los ojos llorosos.

—Lo prometo—besó la cabeza de la chica.

...

El chico que había coqueteado con Dove en la fiesta estaba a cargo del caso de la escuela de Eddie.

—Identificaron a tres de las personas que estuvieron involucradas—informó el hombre entrando a la casa de Dove—. Dos de ellos los conocen a la perfección, son los padres de Eddie.

—Esas malditas ratas—murmuró Dove apretando el peluche de Eddie contra su pecho—. ¿Tienen algo más?

—Estamos intentando seguirles el rastro, todos los aeropuertos de la ciudad y cada frontera ya está informada de lo que estaba pasando, hay que esperar a que se muevan o a que llamen.

—No puedo esperar, mi hijo está ahí fuera. Debe tener sueño, hambre—pasó las manos por su cabello desesperada para acercarse a Hero—. Eddie extraña a Cooper, hay que llevarle a su conejo, él no puede estar solo.

Hero la abrazó apegándose a ella mientras ambos soltaban lágrimas.

Una semana fue la que pasó y nadie sabía nada de Eddie.

Dove, Dove estaba hace una semana acostada en su cama sin hacer nada más que ir hasta la habitación del niño y llorar mientras veía sus cosas.

—¿Cómo sigue?—preguntó el padre de la chica a Hero.

—Igual que el primer día, ya no se que mas hacer, no come. Lo único que hace es llorar y beber agua cuando la obligo a hacerlo—pasó ambas manos por su cabello desesperado, la espesa barba que traía desde hace unos días era la evidencia de lo mal que también lo estaba pasando.

—Tienen un lugar, entrarán hoy a investigar, lo han estado vigilando desde hace una semana.

—¿Sabes dónde es?—preguntó con esperanza en sus ojos.

—No, si supiera hubiera ido por mi nieto en un segundo. No puedo imaginar lo que están viviendo.

En la habitación Dove revisaba su móvil por quinta vez en una hora esperando recibir alguna llamada que le dijera que su hijo estaba bien, pero en lugar de eso entró una llamada de Nils.

—¿Hola?

—Me da pena la manera tan triste en la que estás viviendo, así que haremos esto tu vas a entregarte por tu hijo.

The Other Face LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora