Capítulo Veintiuno: Tormenta.

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Clarck entró junto a su hijo y nuera a su casa, esta era más pequeña que la anterior que tenían pero de veia mucho mas calida.

—¿Creen que me regale uno de estos dibujos? Están muy lindos—Clarck observó con asombro la pared repleta de dibujos de Eddie y algunas fotografías de él a su lado.

—Si te quedas lo suficiente te hará muchos.

Raider se acercó a sus dueños dándose cuenta que había un extraño—. Raider amigo, pero si aún estás aquí.

El gato reconoció a aquel hombre que acariciaba sus orejas cada vez que lo veía, se subió sobre él esperando muestras de cariño.

—Ese no es la única mascota que tenemos, Eddie y Hero adoptaron un cachorro el cual creyeron que era hombre pero es una adorable nena.

—¿Cómo pudieron confundirse?

El hombre levantó los hombros restando importancia. —Era pequeña papá, nunca sabes que son cuando son pequeños. Tenemos un conejo también.

—Ya estás armando tu granja sin aún irte a vivir a ella, apuesto que Evangeline estara feliz cuando por fin le digas que harás uso de tu terreno.

Dove miró curiosa a Hero, el padre del chico le había regalado un terreno que usaba actualmente como invernadero donde plantan verduras y las llevaban al comercio era otra fuente de ingresos.

—Planeaba decírtelo como sorpresa pero Clarck Gray la arruinó.

El hombre mayor llevó sus manos a la boca—. Lo siento, debió ser el viaje.

—Si, mejor te llevaré a tu habitación y nosotros iremos por Eddie.

Dove fue hasta la escuela en busca de su hijo, el niño estaba conversando con una mujer mayor, su cabello con algunas canas. Dove caminó hasta ellos pero antes de que la mujer volteara a verla se fue rápidamente de ahí.

—Mami, si viniste hoy—la mujer se tensó al escuchar al niño y al saber que estaba solo a unos metros de Dove.

—Hemos llegado por la mañana y trajimos una sorpresa para ti—alzó al niño en sus brazos.

—¿Es un nuevo Raider?

—No, ya tenemos muchos animales—acomodó el cinturón del niño en el auto, Eddie miró detrás de su madre para despedirse de la mujer, aquella mujer que era adorable con él y le regalaba dulces—. ¿A quien miras, cariño?

—A mi amiga Tina.

Volteó a ver pero no había nadie.

—¿Quién es tu amiga Tina?

—Es la nueva ayudante de mi profesor, ella está todo el día con nosotros y también nos ayuda con las tareas a veces.

—Es extraño que no nos hayan informado nada.

—Es que ella es nueva, mami.

—De todas formas no debes confiar en las personas cariño, nunca sabes su intenciones.

Ambos fueron a casa pero antes pasaron por algunos dulces, Dove sintió que alguien la observaba y no estaba tan equivocada, la misma mujer que estaba en la escuela de Eddie la miraba con cierta lejanía.

—¿Podemos llevar helado mami? ¿Mami?—Dove alejó la mirada para centrar en su hijo.

—Si, puedes llevar lo que quieras.

—¿Estás bien mamá?

—Si, solo estoy un poco paranoica al parecer.

Eddie miraba su casa intentando encontrar la sorpresa que había traído para él, pero solo se encontró a su padre jugando billar con otro hombre un mayor.

The Other Face LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora