ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 17

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Daemony ni bien llegó al castillo Targaryen, se encaminó a su habitación sin cruzar palabra ni mirada con nadie de su familia.

Se sentía confundida, frustrada, aprisionada. Quería hacer y deshacer como ella quisiera, quería tomar a sus dragones y quemar toda la ciudad si así fuera necesario.

Quería hacer más de lo que algún dia podría.

Quería liberar todas sus emociones que no hacían más que abrumarla constantemente.

Se sentía enardecida, con esa combinación de celos e ira en el fondo de ella.

Solo quería ir hacia la orilla del mar entrar en este y dejar que el agua salada la consumiera hasta llevar su cuerpo a lo profundo. Quería un descanso, una tregua, quería lo que sea que la hiciera sentir como la Daemony que era antes, sin él peso de la guerra, sin el peso de la espera, sin el peso de la culpa.

No quería cargar con más.

La puerta de su habitación fue tocada suavemente logrando extrañarla. Era ya tarde para una visita y el cuerpo de la joven estaba hundido sobre la tina con agua caliente que había pedido hace más de treinta minutos.

La servidumbre hubiera ingresado directamente y no había posibilidad de que alguien la necesitara a menos que fuera una emergencia.

Se levantó con cuidado agarrándose de los bordes de la bañera de plata para salir de esta y ponerse la bata delgada de tela sedosa, finalmente se encaminó hacia la puerta abriendo esta.

El joven mayor a ella con cabello oscuro y temple distinto le sonrió con timidez.

— Hey...— La sonrisa de Daemony se activó de manera inmediata al verlo más despeinado de lo normal.

— Hey...— Esta correspondió a él de la misma manera. — ¿Qué lo trae hacia mis aposentos a horas tan tardías mi lord? —.

Cregan negó con gracia buscando entre los bolsillos de sus pantalones intranquilamente hasta sacar la pieza reluciente de estos.

— Esto. — El anillo resplandeciente se hizo notar frente a los ojos de la chica. — Lo dejaste sobre la mesa cuando te levantaste contra Aemond—.

Era uno de los anillos que el hombre se había quitado antes de continuar con sus actividades sospechosas en el castillo de Pyke.

Daemony lo tomó con sutileza cuando él no lo notó. Su plan era ponérselo y mostrarle intencionalmente la mano a Alicent, pero los planes se desbordaron y su idea solo fue eso, una idea.

— Oh...— Esta lo tomó de las manos del norteño mirando la pieza por unos segundos, rápidamente se dio media vuelta entrando hacia la intimidad de su habitación. No cerró la puerta a Cregan, la dejó tal como estaba haciendo referencia a que era bienvenido a pasar. — Lo había olvidado. — Admitió.

El hombre miró hacia los pasadizos vacíos antes de ingresar al cuarto de la princesa cerrando la puerta con delicadeza tras él.

— Si, lo note—.

La princesa dejó la joya sobre una mesa volteando hacia el joven.

— Graci-...

La mirada de Cregan se encontraba centrada en el escote excesivamente descubierto que se había formado porque la joven no se amarró de manera correcta la bata sobre su piel.

El lazo en su cintura era vago y fácil de romper. Solo haría falta un suave movimiento y de manera rápida se lograría dejar completamente desnuda a la princesa.

La sonrisa tenue comenzó a formarse en el rostro de la chica.

Ese peso acumulada en sus hombros se disolvió por lo ligera que el comienzo de la excitación la hacía sentir.

╰ 𝑽𝒊𝒏𝒅𝒊𝒄𝒂𝒕𝒆𝒅 :。 ~ 𝘈𝘦𝘮𝘰𝘯𝘥 𝘛𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳𝘺𝘦𝘯 - 𝘏𝘖𝘋  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora