╰ 𝑽𝒊𝒏𝒅𝒊𝒄𝒂𝒕𝒆𝒅 :｡ ~ 𝘈𝘦𝘮𝘰𝘯𝘥 𝘛𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳𝘺𝘦𝘯 - 𝘏𝘖𝘋 [+18]

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 19

Para la mañana siguiente Daemony se levantó con el fuerte golpe acelerado en su puerta y sin Aemond velando sus sueños como cierta parte de ella esperaba.

Casi corrió hacia la entrada viendo al guardia agitado.

— Mi princesa. — El caballero se notaba asustado. — Han matado a todos los hombres que resguardaban las entradas, al parecer ha sido un intento de ataque—.

***

Daemon se encontraba sentado en la cabeza del comedor en donde hace unos días su hija había cenado con el señor del castillo.

A su lado Cregan Stark se encontraba parado. El humor pesado del rey consorte invadía todo el sitio.

Segundos pasaron para que finalmente la princesa entrara al lugar.

— Padre... — Hizo una pequeña reverencia acercándose hacia el hombre, ella no tomó asiento en ninguna silla.

La mirada que el príncipe canalla le ofreció, le hizo entender todo rápidamente.

— Te pedimos una sola cosa. — Su dedo índice se levantó. — Una maldita cosa, Daemony—.

La chica no tuvo nada que decir, no sabía que a los de Harrenhal les alertaría tanto un par de muertes, aunque, de hecho, estas no lo hicieron, tal vez solo querían un cambio de cuidador para su castillo, el género siempre sería un problema para ellos, es por eso que corrieron a redactar la carta acusatoria para Daemon ni bien notaron los cadáveres.

— No ha pasado ni un estúpido mes y ya la has jodido... — Bufó. — Y era literalmente el trabajo más simple que te hemos dado desde que has existido —.

— Ha sucedido en medio de la noche, ¿qué es lo que esperas de mí, que me levante cada madrugada sin falta alguna para vigilar si todo se halla cómo debería? — Ella con las justas podía dormir, cortar su poco sueño sería un acto de crueldad para sí misma.

— ¡Es lo mínimo que espero de ti! — Sus manos retumbaron sobre la madera de la mesa. — ¡Es lo mínimo que espero que hagas porque no he pasado años preparándote como a un guerrero para que me des estos resultados de mierda en una simple tarea de patrullaje diario, Daemony! —.

Cregan seguía parado al lado de Daemon escuchando la situación, el solo había insistido en venir con el príncipe canalla para ver aunque sea ver de lejos a la princesa.

— ¡Compórtate como digna hija mía, carajo! —.

Ella siempre se había comportado como su hija sin aun saber que él era su padre, él no podía decir eso.

— Ha sido un simple error, lo lamento y juro que no volverá a suceder. — No importaba si dormía una hora por día o si simplemente no lo hacía, ella patrullaría lo más que le fuese posible, aunque ya no sea necesario puesto que tenía la palabra de Aemond, él no iba a atacar Harrenhal.

— No, claro que no va a suceder. — Aclaró. — Porque si lo hace, te comenzare a tratar como todos me insisten en que lo haga, y tomaré en cuenta las sugerencias de los maestres las cuales me señalan que te trate por lo que eres, y es simplemente una damisela—.

Habían llegado un par de cartas hacia los negros, estas eran de algunos aliados a los verdes que juraban traicionar al ahora rey Aemond si tan solo la mano de Daemony era entregada al heredero correspondiente de esa casa.

— Como haya un error más en tu simple trabajo, daré tu mano al lord que tenga más por ofrecer a esta lucha, y se ha acabado. — Se levantó de su sitio sin esperar respuesta — Así de simple se finalizará toda la habladuría esa dé; princesa guerrera y Visenya de la nueva era. Si no eres capaz de cuidar bien un castillo teniendo a cuatro dragones, no eres capaz de nada—.