╰ 𝑽𝒊𝒏𝒅𝒊𝒄𝒂𝒕𝒆𝒅 :｡ ~ 𝘈𝘦𝘮𝘰𝘯𝘥 𝘛𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳𝘺𝘦𝘯 - 𝘏𝘖𝘋 [+18]

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 14

La joven princesa bajó del inmenso dragón con la cara llena de sangre seca cuando el animal pisó la arena húmeda de las tierras que en algún momento iba a heredar.

Unas trompetas de aviso se tocaron alertando a los guardias que resguardaban las afueras del lugar.

La chica se quedó quieta en su lugar tratando de no llamar la atención más de lo requerido, ella había llegado a la isla de los Targaryen porque no tenía a donde más ir.

Una figura masculina extraña se comenzó a acercar lentamente con su espada desfundada por seguridad.

Daemony no hizo nada, se quedó quieta mirándolo con fijación hasta que llegó a metros cercanos.

—¿¡Y tú eres?! —.

La princesa frunció el ceño con confusión.

El castaño tenía un broche de lobo en el lado derecho de su pecho, la chica lo notó a pesar del espacio entre ambos. Abrió la boca para presentarse cuando el grito grueso y los pasos acelerados aparecieron tras el joven.

— ¡Lárgate de aquí! —.

Jacaerys apareció sobre la arena con guardias tras él.

— ¡Lárgate de aquí traidora de mierda! — El pecho de la mayor se comprimió al ver a su hermano señalándola con tanto odio. — ¡Nadie quiere a una perjura como tu en estas tierras! —.

—Jace... — Daemony se acercó suavemente a su hermano tratando de tranquilizarlo, pero este solo demostró más desprecio.

— ¡Es por tu culpa que lo ha matado! — Jacaerys confesó con odio recorriendo su cuerpo. — ¡Si te hubieras mantenido de nuestro lado él no se hubiera atrevido ni a tocarle! —.

Las lágrimas de la princesa amenazaron con escapar escuchando el tono roto de su hermano.

— Lo sé, y lo siento tanto...

— ¡No nos sirven tus perdones cuando Luke ya no está aquí! —.

El joven que presuntamente era un Stark se acercó a Jace tratando de calmarlo, pero de mucho no pareció funcionar.

La hija mayor mordió su lengua tratando de llorar con todas sus fuerzas. Sabía que Jacaerys estaría enfadado con ella, pero no supuso que a tal nivel. Levantó el rostro mirando más allá de su sitio y notar al que noto le hizo querer retroceder el tiempo para nunca salir de su verdadero hogar.

Todo el tiempo había creído que la fortaleza roja era su verdadero hogar, su casa, su lugar seguro, pero no lo fue jamás.

El hogar, pase lo que pase, se suponga lo que se suponga, se diga lo que se diga, siempre será al lado de los que amas y de los que te aman a ti, pero ella lo había comprendido muy tarde.

Daemon estaba a metros infinitamente largos observando la escena con los brazos cruzados, no se acercó, no la saludo, y solo la miro fijamente sin nada que comentar.

Bloodmoon acerco su cabeza hacia su jinete cuando noto como el par de lágrimas saladas se deslizaron por sus mejillas.

Su hermano seguía frente a ella con la ira palpable en él, mirándola con aborrecimiento y estigma.

Ella comprendió, les había fallado.

Ellos le habían cuidado, querido y protegido durante toda su vida, ellos la habían amado más que nadie en toda la tierra, y ella los abandono cuando todo se tornó oscuro para ellos por alguien que le advirtieron no era lo que parecía, pero ensordeció sus oídos y siguió el camino equivocado dejando a los que la querían en verdad de lado.