Tras su muerte, el abuelo Lee dejó su herencia para uno de sus cuatro nietos mayores. El único requisito es que tendrán que dejar la casa de los padres e irse a vivir a la mansión del anciano por un año, y claro, tendrá que fingir estar en una relac...
Era una masacre, bueno, no así porque el sujeto que peleaba para la diversión de los espectadores. Jaemin veía desde el palco. La cara de Jeno había sido golpeada contra la lona del ring.
No era como si estuvieran luchando en concreto, la arena era rentada, había un ring de boxeo enrejado para que los peleadores no huyeran y cientos de gradas a los alrededores. Era una casa de apuestas. Y el dinero que se manejaba no era una broma.
—¡Jeno levántate! —Gritó Jaemin.
Na había llegado antes, odiaba mucho el hecho de que Donghyuck tuviera su propio palco, pero era muy útil en esas situaciones. Había observado como un sujeto con una playera que decía "Boom" y tenía una calavera le había dicho cosas a Jeno y se habían gritado, pero no intercedió. Se lamentaba porque ahora Na solo veía a ese hombre reír mientras Jeno era golpeado de forma sanguinaria.
Jaemin bajó de su palco y se acercó a la arena. Se colocó a un costado de aquel sujeto, que era obvio que era un patrocinador. Lo cual era contradictorio, porque al parecer había apostado por el contrincante de Jeno. Na no podía evitar ver a su pareja con lástima, no se defendía y no peleaba como era de costumbre, casi se mantenía quieto.
—Éste no es lugar para un niño bonito. —El tipo de la playera de "Boom" empujó un poco a Jaemin. —Vamos ¡Acaba con Jeno! No importa si hay sangre. ¡Queremos una buena pelea! —Gritó.
—¡Muerte! ¡Muerte! —el público empezó a corear.
Jaemin abrió los ojos con pavor. Apretó sus puños con mucha preocupación. Golpearon a Jeno una vez más, estaba vez fue demasiado fuerte, Jeno seguía tirado en el piso, el contrincante empezó a patearlo en el estómago y en la espalda. Jeno dejó de moverse en un instante.
El "réferi" contó hasta tres y dio por terminada la pelea, dando como ganador al contrincante, todos aplaudieron y gritaron, mientras Jaemin seguía viendo que Jeno no se movía y que lo sacaron cargado entre dos sujetos.
Estaba inconsciente.
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Jeno despertó cuando olisqueó algo similar al alcohol. Abrió los ojos con lentitud pues su parpado estaba hinchado, vio la cara de preocupación de Jaemin y luego recordó el lugar en donde estaba.
—¡Eres un idiota! —Jaemin se veía realmente molesto. —¡Pudieron matarte!
—Pero no lo hicieron. —Jeno quería sonreír, pero el dolor no lo dejaba.
—Iremos a un médico a que te revise, aquí lo único que tenían era alcohol y algodón, ni siquiera gasas. Dios, estoy tan molesto. —Na cruzó sus brazos.
—Las apuestas son ilegales, es obvio que a nadie le importan las personas que estamos aquí. Si vivimos o morimos, lo importante es el dinero que se genera. —Explicó Jeno.
—Odio a las personas que son capaces de lastimar por dinero...—Jaemin bajó la voz y suspiró, realmente las odiaba y no quería tener nada que ver con nadie así. —Vayamos al hospital. Quiero asegurarme de que no es nada serio.
