Capítulo 6: Primer ensayo.

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Diana tenía razón, a la mañana siguiente Dante se despertó como si nada hubiera ocurrido la noche anterior, olvidando que había sido un bulto alcoholizado mientras preparaba el desayuno.

— ¿Qué quieres desayunar hoy? — Le preguntó el humano al demonio mientras se colocaba su delantal para cocinar.

— ¡Panqueques! — Keid no dudó en su respuesta.

La comida humana era simplemente maravillosa, más aún la dulce, y ayudaba que su invocador fuera un excelente cocinero. Lo había escogido bien.

— Panqueques entonces. Por cierto, gracias por cuidar de mí anoche— El chico agradeció, dado que se había despertado cubierto por una cálida manta.

— No hay de qué, si te pasara algo sería inconveniente. Eres mi guía después de todo— Él le quitó importancia.

— Gracias de todas formas.

Keid no era para nada como se lo había imaginado en un principio, a pesar de robarle su habitación y ser literalmente un demonio, era un buen "rooming", respetuoso, limpio, ordenado y que aportaba de forma monetariamente en la casa, aunque el humano se ahorró la pregunta de dónde provenía aquel dinero, solo para conservar su salud mental.

Quizás por eso había adquirido la mala costumbre de consentirlo, de cierta forma se sentía bien estar acompañado después de haber estado viviendo solo desde que tenía dieciocho, además siempre había sido hijo único, no tenía hermanos ni hermanas con quienes compartir y pasar el rato, Keid se parecía mucho a tener uno, de forma retorcida, pero uno después de todo.

El chico de cabellos negros se sentó a esperar el desayuno, mientras revisaba las noticias actuales de Terra a través de su celular recientemente adquirido, para seguir aprendiendo, Dante había sido de gran ayuda esos días, contándole algunos hechos actuales y comportamientos que debía seguir, pero Keid era meticuloso y les gustaba investigar por su cuenta. Y la mejor fuente de información que habían creado los humanos, era el internet, lástima que lo usaban muchas veces de forma errónea, pero no se quejaba cuando llegaba a un post lleno de fotos de gatos. Le preguntaría a Dante si podían conseguir uno, esas bolas de pelos se veían bastante interesantes y tiernas, además de traicioneras y orgullosas, eso llamó su atención.

— Listo— El pelirrojo anunció, sirviendo el desayuno una vez terminado, y sentándose del otro lado de la mesa— Provecho.

El chico olisqueó la comida, su aroma era delicioso, aún más combinado con el sabor matutino del café recién preparado, otra maravilla que tenían los humanos para ofrecer, y de la cual se estaba volviendo adicto.

— Provecho— Pronunció antes de atacar la comida.

Terminó comiendo una porción anormal de panqueques para su ligero cuerpo.

— Bien, ten cuidado, algunas personas se colocan nerviosas si las miras directamente a los ojos— Dante aconsejó mientras se dirigían a buscar a los dos hermanos, Markus y Diana, para ir a ensayar.

— ¿Por qué? De donde provengo mirar a los ojos es señal de respeto— El demonio comentó— ¿Aquí no?

— Bueno, aquí sí y no, es algo que haces con las personas de confianza o cuando quieres decir una verdad. Es complicado, muchos te dicen que lo hagas, que te da un aire más confiado, pero en la práctica, incómodas a otros si lo haces muy seguido.

— Oh ya veo... ustedes los humanos son complicados.

— Parte de ser humanos— El chico se encogió de hombros— Ya no somos tan inferiores ¿He?

Mi vocalista es un seductor demonio [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora