Mi vocalista es un seductor demonio [BL]

Capítulo 21: ¿Qué nos depara el futuro?

Aquella noche se quedaron a dormir en la cabaña del hechicero, dado que los heridos debían descansar. El chico fue amable y no tuvo problemas en prestarles una habitación, además de alimentarlos y atenderlos como un buen anfitrión.

Era de madrugada cuando Dante se dio cuenta de que no podía dormir, miró a su lado, Diana aún seguía dormida profundamente, seguramente cansada por los últimos sucesos, constantemente estresada y preocupada por su hermano.

Se levantó de la cama, luego de depositar un suave beso en la cabeza de la chica, y caminó hacia la puerta de forma silenciosa. Esperando que una corta caminata lo distrajera.

— No haría eso si fuera tú— Una voz lo alertó cuando estaba a punto de salir de aquella cabaña.

Era el hechicero, quien se encontraba en un sillón cercano, bebiendo una taza de té.

— Solo quería salir y tomar un poco de aire— Dante explicó rápidamente, no quería molestar al anfitrión que amablemente los había acogido en su hogar.

— Lo sé, pero Ignis puede ser un lugar peligroso, sobre todo para un mortal. Por lo que te aconsejo no salir, a menos que estés acompañado.

— Comprendo— El pelirrojo se alejó de la puerta. No era quién para discutir.

— ¿Problemas para dormir?

— Un poco.

— Quizás pueda ayudarte con eso— El chico lo invitó a sentarse en su cercanía, para luego servirle y compartirle un poco de su té.

Dante observó su taza humeante algo desconfiado, sobre todo después que un simple brebaje hubiera noqueado a un demonio como si nada hace unas horas atrás.

— Adelante, querido, está limpio. Solo duermo de esa forma a los heridos. Un momento, eso sonó mal, pero sabes a qué me refiero— Bromeó el hechicero, guiñándole un ojo.

— Está bien...— Dante bebió el líquido, se llevó una grata sorpresa al descubrir un sabor dulce y agradable— ¿De qué es?

— Me temo que no podrías pronunciar el nombre de la flor de forma correcta. Pero diré que es buena para calmar los nervios y la ansiedad.

— ¿Se nota mucho? — Dante susurró ante esto, observando con atención el líquido de color suave en su taza.

— Algo, pero tus compañeros están centrados en otras cosas como para notarlo, así que no te preocupes— El hechicero lo tranquilizó.

— Es solo que... aún tengo mucho que procesar.

— Comprendo, acabas de descubrir que tus mejores amigos, aquellas personas que te acompañaron por años, ocultaban un secreto importante, del cual no te hicieron partícipe hasta ahora.

— Si, no... bueno, admito que, sí es extraño descubrir que tu mejor amigo y tu novia son seres angelicales, y no de forma metafórica, pero, no es como si pudiera reclamarles, yo mismo les oculté la verdad sobre la naturaleza de Keid, la invocación y mi trato con él para que fuera parte de la banda. Sería hipócrita de mi parte molestarme. Es solo que... luego de ver a Markus en ese estado, y luego a Keid, la criatura más fuerte que conozco, herido, me hizo darme cuenta de lo insignificante que soy en comparación.

— ¿Cómo es eso? — Wolf preguntó con curiosidad.

— Bueno, ya sabes soy un simple humano, si llegara a pasar una situación de riesgo, yo no podría proteger a nadie, ni siquiera a mi novia. Además, soy un mortal, voy a envejecer antes que ellos y moriré algún día, ellos seguirán con sus vidas, y está bien, solo que no puedo evitar sentirme inútil y alejar esta sensación de que no soy parte de su mundo. Después de todo soy un ser ordinario.