Dejó al chico de cabellos oscuros sobre el sillón más cercano apenas entraron a la casa de Dante, para luego revisarlo. Al tocar su frente pudo sentir aquel calor inusualmente alto de la fiebre, a su vez, él respira de forma irregular, agitado, como si sintiera un fuerte dolor.
El ángel no sabía qué es lo que le pasaba al demonio, pero sabía que debía ser grave para debilitarlo a ese nivel.
— ¿Cómo puedo ayudarte? — Le preguntó, preocupado, ya que él no había dicho ninguna palabra desde el club.
— Agua... por favor— Keid pidió en un susurro.
— Claro— Él asintió y fue a la cocina por lo solicitado.
Luego de unos segundos un olor inusualmente dulce llenó el lugar, se preguntó de dónde provenía, pero no tenía tiempo de buscar su origen, sirvió el vaso con aquel líquido vital y volvió a la sala.
Entonces las vio, las hermosas plumas negras esparcidas por el suelo, manchadas con sangre, y las majestuosas alas oscuras que salían de la espalda del chico.
— Imposible— Susurró, mientras el vaso se resbala de sus manos y se golpeaba contra el suelo rompiéndose en varios pedazos.
Keid levantó su mirada ante el ruido que provocó la ruptura del objeto, sus ojos azules estaban llenos de lágrimas y se encontraba semi encorvado por el dolor, mientras se abrazaba a sí mismo. Su camisa negra estaba desgarrada, él mismo la había roto con sus garras para liberar aquellas extremidades emplumadas, que más que una bendición parecían hacerlo sufrir. Sus cuernos oscuros estaban presentes también. Aquello no era normal.
Su amuleto se encontraba roto sobre la alfombra, esparcido en varios pedazos, se necesitaba mucha energía contenida para romperlo de esa forma. Pero la ruptura del objeto explicaba aquel dulce aroma que el ángel había percibido, aquella era la esencia verdadera de Keid, su verdadera naturaleza.
Markus trató de alejar el sentimiento de sorpresa inicial de su mente, era claro que el chico no estaba bien y que lo necesitaba. Además, ahora podía ayudarle correctamente al entender mejor la situación.
Se acercó a Keid lentamente, para luego arrodillarse a su lado, el demonio le dedicó una mirada vulnerable, que jamás espero ver, al menos no de él, para luego cerrar sus párpados ante el creciente dolor que representa la aparición de aquellas alas. El chico no habló, no tenía palabras para describir lo que ocurría en aquel momento.
Markus lo tomó delicadamente, para la sorpresa del demonio, atrayendo la cabeza del chico a su pecho, para luego acariciar sus cabellos de forma suave, lo escuchó sollozar suavemente en respuesta.
— Ya pasará, solo unos minutos más— Susurró comprensivo, él mismo había experimentado aquel proceso en el pasado más de una vez, por lo que sabía de primera mano cuán doloroso podía llegar a ser.
Keid se sostenía de su camisa y apretaba la tela con fuerza cuando las oleadas de dolor en su espalda lo invadían. Él odiaba aquello, odiaba ser vulnerable, pero por primera vez en muchos años, se sintió de cierta forma confortado y acompañado.
— ¿Cómo es posible? — Markus no pudo evitar preguntar a pesar de la situación en la que se encontraban.
— M... mi madre, ella era... papá y ella se enamoraron... — El demonio respondió con dificultad— Luego yo nací.
— Entiendo, pero me refiero a ¿Cómo has podido pasar desapercibido tanto tiempo? Tu naturaleza... ellos te perseguirán cuando se enteren— Expuso con preocupación.
Esto complicaba todo, su acuerdo, su amistad, la banda, todo estaba en peligro ahora que sabía la verdad. Keid era una bomba de tiempo esperando el momento preciso para explotar. Aunque extrañamente, aquello no le molestaba tanto como debería.
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Mi vocalista es un seductor demonio [BL]
ParanormalKeid Corvus es un demonio de tratos cansado de la rutina, todo cambia cuando conoce a un invocador mortal, siente curiosidad por él y aún más cuando este le entrega un "demo" de su música, como agradecimiento al cumplir su deseo. Al escucharlo, qued...