Capítulo 10: Nada sale como lo planeas.

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— Mierda— Exclamó el chico al verse descubierto.

— ¡Tiene un cómplice, atrápenlo! — El ángel rubio ordenó.

Mierda, mierda, mierda, pensó el demonio, evitando las balas que se dirigieron en su dirección tras aquella orden. Estaba en serios problemas.

— ¡Yo no soy su maldito cómplice! — Gritó, molesto.

Algunos demonios y ángeles habían comenzado a subir las vigas para atraparlo. Maldición, iba a salvar a Markus, pero solo para tener el placer de matarlo él mismo con sus propias manos. Tiró del collar en su cuello, dejándolo caer, antes de decidir intervenir.

De un momento a otro, los presentes lo perdieron de vista, una sombra rápida y difícil de seguir le reemplazó, camuflado en la oscuridad de la noche. Se escucharon gritos por toda la habitación, y el golpe seco de los cuerpos cayendo al suelo desde gran altura. Uno a uno, fueron cayendo bajo sus garras.

El ángel rubio al notar que sus compañeros eran abatidos con tanta velocidad decidió terminar el trabajo. Estaba por hundir la daga en la cabeza de su enemigo, cuando una mano lo detuvo.

— Esa presa es mía— Una voz aterradora susurró a sus espaldas, antes de ser lanzado con fuerza hacia atrás, golpeando al ángel contra las vigas metálicas del lugar, las cuales se quebraron.

Markus se quedó quieto cuando una mirada azul furiosa se cruzó con la suya. Sabía que alguien le había seguido, pero no había intentado nada al ver que su presencia era inofensiva, pensando que sus superiores habrían enviado a alguien para respaldarlo, pero se había equivocado por completo.

Keid quien estaba completamente molesto al verse envuelto en una lucha que no era la suya, rodeado por magia oscura y exponiendo sus cuernos negros sobre su cabeza, tomó al ángel de la camisa y lo alzó. Emitió un ligero gruñido cerca de su garganta expuesta. Podía despedazarlo ahí, sería fácil y rápido, sin embargo, aquello no estaba dentro de sus planes.

Necesitaba a Markus, por muy molesta que fuera la idea. Lo dejó en paz.

El ángel cayó al suelo, no había duda, podía olerlo, su compañero de banda era un demonio y uno muy poderoso, a decir verdad, tanto que ni siquiera él o Diana juntos, podrían derrotar algo así...

— Maldición, se supone que esto no iba a ser así, iba a extorsionarte, no salvarte y terminar tu maldita misión— Él expresó frustrado, revolviendo sus cabellos negros.

— Eres un demonio— El chico susurró.

— Claro que lo soy ¿Qué otra criatura podría hacer lo que hice? — Él soltó con sarcasmo. Para luego darse cuenta de que uno de los ángeles aún seguía vivo— Bueno, ya que estamos ¿Qué necesitas saber de tu enemigo?

— ¿Qué?

— Ese ángel rubio sigue vivo ¿Qué necesitas saber?

— Nada, solo debo asesinarlo, fueron mis órdenes — Markus se encontraba algo aturdido.

— Típico de ustedes, no piensan más allá— El chico bufó, para luego acercarse al ángel malherido al otro lado de la habitación, y desarmarlo. Cuando vio la sangre brotar de su cabeza y las vigas rotas, supo que se había excedido un poco— Es obvio que este estropajo es solo un peón de un juego mucho más grande. Las armas que venden ni siquiera son las originales— Expuso.

Markus recogió su lanza y se acercó al baúl ante aquel comentario, lo abrió, el demonio tenía razón, eran imitaciones.

— Las armas sagradas reaccionan a sus pares, ese baúl está lleno de ellas, y ninguna brilla o reacciona, incluso ahora que tu lanza está cerca. Es claro que son falsas— Comentó, agachándose a la altura del herido, moviendo su rostro, en un intento por despertarlo— Pero no todos los demonios conocen la diferencia, es claro que contaban con que "Golden Dagger" no supiera diferenciarlas.

Mi vocalista es un seductor demonio [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora