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Nostalgia

A pesar de que poco a poco se fue acostumbrando a su nueva vida en Awa'atlu, Neteyam no puede evitar extrañar su antiguo hogar.

Extrañaba su bosque.

Su pueblo y su gente.

Miraba con desilusión los paisajes de la aldea Metkayina, echando de menos ver aquella frondosa vegetación, los árboles gigantes en los que su pueblo vivía antes de la guerra, extrañando sus praderas llenas de Pa'lis, sus hermosas cascadas y sus ríos llenos de abundantes peces.

Soltó un suspiro mientras enterraba sus pies en el agua, se encontraba sentado a las afueras de su mauri. Una pesadilla le había quitado nuevamente el sueño, agradecía que su familia ya se encontrara en un profundo sueño.

Un bufido salió de su boca. Tomando su arco (el cual había sacado por precaución) y se levantó del suelo, sacudiendo su taparrabos para limpiarlo de cualquier suciedad que pudo haber agarrado. Camino con paso ligero al cuarto que comparte con su hermano menor.

Al entrar, escaneó con la mirada toda la habitación, viéndola muy diferente a la que el tenía en su antiguo hogar. Pero notando el mismo desorden en el lado de Lo'ak. No pudo evitar reír un poco al notar que su hermano dormia prácticamente todo despatarrado en su cama.

'—Todo estará bien Ma'Teyam, lo prometo—'

'—¿Estás seguro?—'

'—Contigo siempre lo estoy—'

El joven se removió en su cama incómodo, los rayos del alfa Centauri. Gruño molesto, no había podido pegar un ojo en toda la madrugada. Le dio la espalda al techo y se dispuso a intentar dormir de nuevo.

Sus orejas se movieron al captar el sonido de alguien a su habitación, no tardo en sentir como su madre se sentaba a su lado en la hamaca. Ronroneo por lo bajo cuando está acaricio sus cabellos.

—Es hora de despertar Neteyamur— ordenó con voz suave, corriendo las trenzas que tenía en la cara su primogénito. Río por lo bajo cuando lo vio estirarse —Tus hermanos ya están en la sala comiendo.

Eso sorprendió al menor ¿ya era medio día?

[•••]

A Neteyam le gustaba pescar en el río. Le gustaban las vistas que tenía allí, la paz que le generaba el sonido del agua que caía por la cascada y el agradable aroma que desprendía la tierra mojada.

Pescar le traía buenos recuerdos, los momentos padre e hijo que tenía con Jake en sus momentos de aprendizaje con el arco, también los momentos que el mismo vivió enseñándoles a sus hermanos pequeños lo que aprendió del mayor.

Aún recuerda el primer pez atrapado por Tuk, a unos meses antes de partir de su hogar, Neteyam llevo a sus hermanos al mismo río en el que los llevo a cazar por primera vez antes de la guerra.

La pequeña estaba emocionada por aprender a usar un arco, quería ser una guerrera igual que su madre y hermano mayor Neteyam. Ella a pesar de haber nacido en medio de una interminable guerra, era una pequeña muy alegre, siempre mostrándole una sonrisa a quienes amaba. La cachorra era la luz de la familia.

...

—¡Fuck!— maldijo en el idioma natal de su padre, ya era la tercera vez que esa estúpida red se enredaba en sus manos.

Estuvo intentado sacar algo por varias horas, una y otra vez, pero la red terminaba haciéndose nudos. Su madre le había pedido esos pescados para hacer la cena de esa noche y no podía volver con las manos vacías.

La bendición de Eywa (•Aonunete•) -REESCRIBIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora