XXI. Nada es demasiado ruin para mí

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Aunque no tenía idea de donde estaba gracias a la bolsa en su cabeza, podía estar seguro de tres cosas: Primero, que los de HYDRA sabían hacer nudos. Segundo, que se encontraba sentado en una silla de madera. Y tercero, que Rumlow seguía con vida.

Desde que recuperó la conciencia no había tenido oportunidad de ver el rostro de ninguno de sus captores, pero tenía la impresión de que más de uno se le haría familiar, ya que reconoció varias de las voces como agentes de STRIKE o, mejor dicho, HYDRA.

—¿está todo listo?—preguntó una mujer a su derecha—¿Te pusiste en contacto con ellos?

—todavía no, pero la IA de Stark ya debe estar avisándoles.

El castaño suspiró, tirando su cabeza hacía atrás. Sentía sus extremidades peligrosamente pesadas.

—ya les dije que los viernes son día de película. Probablemente están viendo American Pie o que sé yo. Nunca la ven cuando yo estoy—se quejó, balanceándose de un lado a otro para aflojar las cuerdas en vano—¿Por qué no negocian conmigo? Puedo ser indulgente y más generoso que todos los vengadores juntos.

—cállate. Tú solo eres la carnada—chistó la misma mujer. Peter sintió grandes deseos de patearla—¿Por qué se demoran tanto?

—¡los tengo!

Se escucharon pasos acelerados y un segundo después, Peter sintió un grupo de personas pararse tras de él antes de que la bolsa fuera retirada de su cabeza. Frente a él, los rostros de los vengadores lucían desde mortificados hasta molestos en la pantalla por la que transmitían la videollamada.

—hey, cap—Rumlow se paró junto a Peter y apoyó una mano sobre su hombro con una sonrisa que pretendía ser amistosa—Lamento que las cosas se hayan tenido que dar de este modo, pero espero que sepas que no es personal.

—se siente bastante personal—Steve cruzó los brazos sin perder en ningún momento la expresión seria en su rostro. Peter lo conocía lo suficiente para saber que se estaba conteniendo de tirar el escudo a la pantalla—¿Qué quieren a cambio de la vida de mi hijo?

Peter arqueó una ceja, sacado de onda por la pregunta. ¿Qué pasó con todo el royo de que los vengadores no negociaban con terroristas? Ni siquiera en momentos de suma desesperación su papá se había rebajado a tal punto.

Cambió de opinión tan pronto se fijó en que más de un agente estaba apuntando a su cabeza.

—me alegra que lo preguntes—Rumlow se paró detrás del castaño, esta vez con ambas manos sobre sus hombros—¿Recuerdas hace unos años cuando...?

—al grano, infeliz—cortó Tony con una expresión más colérica que la de su esposo y cualquier otra persona en la sala. Iron Man tenía las manos hechos puños y el rostro contraído en todos los lugares correctos.

—Stark, hola—Rumlow balanceó una mano—No te había visto detrás del capitán. Es difícil sin la armadura puesta—sonrió a modo de disculpa—¿Cómo están, por cierto? Escuche que han tenido días difíciles con todo eso de la barrera multiversal pendiendo de un hilo.

—hemos estado peor—contestó Natasha, sonriendo sin perder la ferocidad en sus facciones—¿Podríamos pasar a lo importante ahora, por favor?

—claro, claro—asintió, ejerciendo presión en los hombros del castaño hasta que exhaló un quejido—El cetro de Loki a cambio de Peter. Ese es nuestro trato.

Por un segundo, Peter se traicionó a sí mismo al mostrarse sorprendido. Le tomó alrededor de un instante volver al semblante aburrido que había tenido momentos atrás. Aunque no era para menos perder la calma considerando que el cetro por el que su vida estaba en juego se encontraba a años luz de la tierra, protegido en una de las bóvedas de Asgard bajo el mandato de Thor.

The red means I love you  (I) • SpideypoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora