The red means I love you (I) • Spideypool

XXVII. ¿preguntas, comentarios, sugerencias...?

Al día siguiente, Peter aún podía sentir un cosquilleo en los labios y fuegos artificiales en el estomago cada vez que pensaba en Wade. No estaba completamente seguro de si era un efecto secundario de los numerosos besos que habían compartido o si era el hecho de que las variantes se irían en pocas horas, pero algo dentro de él se sentía diferente.

En realidad, todo en él era diferente y el zumbido dentro de su cerebro era un constante recordatorio. Desde que el veneno se acopló a su ADN, todo había estado de cabeza. No solo sentía deseos de morder a cualquiera que le llevara la contraría, sino que a veces simplemente tenía la necesidad de tejer una telaraña y dormir sobre esta igual a una verdadera araña.

Esa mañana, por ejemplo, su primer instinto fue enroscarse dentro de las sabanas e hibernar hasta que los temblores que azotaban su cuerpo se calmaran, igual a un pájaro que construye su nido para protegerse del invierno. No se sentía seguro y su sentido arácnido tampoco estaba ayudando. Inevitablemente, tenía el presentimiento de que algo muy malo estaba a punto de pasar y lo único que le mantenía cuerdo era la certeza de que Wade estaría a su lado.

***

El plan era que las variantes llegarían a la torre a las tres para iniciar la curación y seguida extradición, sin darles chance de planear nada que pudiera echarlo a perder todo.

Por las expresiones de los presentes, Peter estaba convencido de que más de uno tenía sus dudas al respecto. Eran solo cinco vengadores para contener a más de diez variantes, que en más de una ocasión habían probado ser peligrosos, sin contar que tanto Strange como América solamente estarían ahí para llevarlos y sacarlos, puesto que ambos tenían asuntos que atender en el santuario y no podían quedarse hasta que los curaran a todos.

—¿Qué ocurre?—le preguntó Peter al arquero, que hasta el momento se había mantenido alejado del grupo mientras completaba un crucigrama al que le faltaban la mayoría de las palabras. Clint se había mostrado taciturno desde el desayuno, apenas haciendo ruido al raspar el tenedor con el plato—Tienes la cara que pones siempre que algo anda mal.

Sin levantar la mirada del crucigrama, Barton retiró el cojín a su lado para hacerle espacio en el sofá. Tenía más de un rasguño en el rostro y varios moretones a juego con las ojeras, que se marcaban hasta la mitad de sus mejillas.

—es Venom—respondió entre dientes, como si se tratara de un secreto. Peter frunció las cejas. Hasta entonces, el simbionte no se había mostrado violento, aunque tampoco le sorprendía que estuviera agrediendo a Clint, considerando que su anterior huésped lo había echado después de una pelea—está estresado, así que se desquita conmigo y me hace doler la cabeza.

—no sabía que podía estresarse.

—ojalá fuera solo eso. Cuando está de mal humor, le da más hambre de lo normal—tensó la boca—No he podido descansar por miedo de que haga algo mientras estoy dormido...—se detuvo en seco, frunciendo las cejas—Porque no eres de confianza—cuchicheó en voz baja. El ceño del arquero se frunció incluso más de lo que ya estaba, acentuando los rasguños en su frente—Oh, vete a la mierda. Ya entiendo porqué Eddie se cansó de ti... ¿Ah, Sí? Pues yo tampoco veo la hora de deshacerme de ti, engendro desagradecido. Lo único que haces todo el día es quejarte. Tú y tus malditas gallinas me tienen harto.

Peter fue a apoyar una mano sobre el hombro del arquero para instarle a calmarse, pero se abstuvo al ver la sustancia viscosa sobre este. Algo le decía que Venom no estaba dispuesto a quedarse en su cueva sin antes decir un par de cosas al respecto.

—creo que ustedes dos tienen varias cosas que resolver—se excusó, levantándose con una mano estirada hacía al equipo, que se encontraba reunido al otro lado del taller. En eso, la cabeza de Venom salió disparada del cuello de Clint como en la película Alien. El simbionte tenía los dientes afuera y se balanceaba igual a una serpiente antes de morder a su victima—Oh, vaya...