lV. Esto no es Pretty woman y tú no eres Julia Roberts.

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—finge que te interesa lo que estoy diciendo.

—pero no estás diciendo nada interesante—se quejó Wade, luchando por mantener los palillos chinos en una posición de pinza. Sin embargo, en cuanto intentó utilizarlos, sus dedos se doblaron más de lo debido y uno de los palillos salió volando y golpeó a Peter en la mejilla—Lo siento.

—me dijiste que habías comido sushi antes—chilló, frotando con sus dedos la zona enrojecida. Wade hizo el amago de tocarlo pero a último momento pareció cambiar de opinión y volvió a poner la mano sobre la mesa.

—siempre uso tenedor.

—se nota—viró los ojos—¿quieres que te consiga uno?

—¡no! Ya parezco un perdedor saliendo con alguien diez años menor. No quiero que la gente piense que tampoco sé comer—hizo un puchero—¿estas seguro de que esto es una buena idea?

—por decimocuarta vez, sí.

Wade suspiró y se puso a la tarea de aprender a usar los palillos chinos antes de que los transeúntes se dieran cuenta de con quien estaba.

Había sido idea de Peter comer al aire libre en un pequeño local de comida china. Pensó que sería una buena estrategia empezar con algo simple e ir ascendiendo a actividades más románticas hasta el día de la rueda de prensa, que sería dentro de una semana. Sin embargo, no sería beneficioso si las personas hablaban de Wade siendo un perfecto desastre en lugar de ellos siendo dos personas con interés de por medio.

—ven, déjame te ayudo. Me da pena de solo verte.

Sin pensárselo mucho, puso su mano sobre la del mayor y acomodó los palillos entre sus dedos con ayuda de su otra mano. No cayó en cuenta de lo que estaba haciendo hasta que Wade se aclaró la garganta y Peter levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Wilson más grandes de lo normal. Nunca antes se habían tocado por más de medio minuto.

—ahí tienes. De nada—murmuró, apartándose al sentir el calor que irradiaban sus manos. Sin embargo, anotó en su lista mental que las manos del mayor eran grandes y callosas, pero también cálidas y amables.

—así que eres todo un experto con los palillos chinos—comentó Wade, aclarándose la garganta. Esta vez, los palillos no salieron volando cuando tomó un rollo, pero el rollo terminó en sus pantalones en el camino hacia su boca—mierda.

—toma—Peter le tendió una servilleta—Podría decirse, vengo aquí desde que tengo memoria. Así que podría usar los palillos hasta dormido.

—¿te gusta mucho la comida oriental?

—no, pero a Tony si. Yo prefiero la comida italiana. Pasta, lasaña, raviolis. Podría comerlo todos los días.

—me pasa lo mismo con la mexicana. ¿Alguna vez has comido chimichangas?—Peter negó, sin dejar de masticar su rollo californiano—Bueno, ya sé a donde te voy a llevar para nuestra segunda cita. No sabes de lo que te estás perdiendo, Petey.

—¿podrías parar con los apodos?

—las parejas usan apodos—frunció el labio. Tenía salsa escurriéndole por el mentón, a lo que Peter le tendió otra servilleta y le señaló dónde limpiarse—Tú deberías buscar uno para mí. Algo lindo, como Petey-pie.

The red means I love you  (I) • SpideypoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora