Peter despertó con una sonrisa de oreja a oreja. Era la primera vez en mucho tiempo que despertaba de buen humor. Ni siquiera se sentía cansado, pues tan pronto Wade lo escoltó a su habitación, cayó rendido sobre la cama y durmió profundamente.
Wade Wilson le había besado. Después de meses, Peter por fin lo había conseguido y ahora quería más. Mucho más. Era ridículo pensar que hubo un tiempo en el que pensó que un beso bastaría para olvidarse de Wade.
Emocionado por un nuevo día, tiró las sábanas a un lado y saltó sobre la cama de Parker, golpeándolo con la almohada.
—¡despierta, Peter!—exclamó, rebotando sobre sus rodillas en el colchón—dijiste que me enseñarías nuevos movimientos en la mañana. Bueno, ya es mañana—tomó la almohada y la arrojó sobre la espalda de Parker, que gruñó entre dientes, mientras se subía la sabana hasta la cabeza—¡vamos! No tenemos mucho tiempo antes del desayuno.
—podemos entrenar después del desayuno—masculló, sonando tan somnoliento como irritado. Peter lo volvió a golpear con la almohada. Probablemente era egoísta de su parte levantar al arácnido después de semanas de despertarlo con sus pesadillas, pero no encontró dentro de si la fuerza para detenerse—¿Ahora que mosco te picó?
—no fue un mosco y tampoco me picó—se carcajeó, saltando fuera de la cama para caminar hacia el closet y cambiarse la pijama por una sudadera—¡Peter, ya levántate! Harás que se nos haga tarde. Además, sabes que odio esperar.
A regañadientes, Parker se quitó la sábana de la cabeza y miró a su variante con los ojos entrecerrados y nublosos por el sueño.
Desde donde estaba, Peter alcanzó a ver las lagañas en sus pestañas. Era increíble el alcance de su visión ahora que tenía los poderes del hombre araña.
—en serio, Peter, ¿que está mal contigo? Tu nunca eres así de... feliz—Parker ladeó el rostro, mientras le analizaba de pies a cabeza con una arruga entre las cejas—De hecho, eres bastante amargado. Jamás te he visto sonreír por más de medio minuto.
Peter viró los ojos, mientras tomaba una camisa al fondo del armario para arrojársela en la cara. Parker la atrapó en el aire con cara de pocos amigos y se la pasó por la cabeza, mascullando entre dientes lo insoportable que estaba siendo.
—sonreiría más seguido si dejarás de hacer preguntas estúpidas y te apurarás—amarró el cordón en la cintura del pantalones, y después de mirarse en el espejo pegado a la puerta del armario, camino hacía el baño para lavarse la boca—¿Has sabido algo más de la cura?—un momento después, agregó con el cepillo de dientes en la boca—¿Sigue en plan lo de mañana?
—hasta donde sé, sí. Tony quiere hacer algunas pruebas con Clint, pero Venom se niega a colaborar. Dice que no le gusta ser tratado como un experimento—bajó los pies de la cama y se puso en pie, estirando las manos por encima de la cabeza con una mueca de satisfacción al escuchar los huesos en su espalda traquear—Últimamente pelean más de lo normal. Creo que sufren de violencia doméstica.
—¿Venom y Clint?—Peter arqueó una ceja, importándole poco el chorro de dentífrico que le corría por la barbilla. Parker asintió, mientras se calzaba el par de zapatos bajo la cama con las medias de hace tres días. Ahora que habían alcanzado un nuevo grado de confianza, les era más fácil convivir sin encontrar molesto todo lo que el otro hiciera—Vaya, parece que su romance de telenovela llegó a su fin—levantó las cejas hasta la raíz del cabello, mientras se inclinaba para escupir en el lavabo—¿crees que sea un problema para nosotros?
—no lo creo, pero preferiría no escucharlos pelear a las dos de la mañana—viró la cabeza, caminando en dirección al baño al tiempo que Peter salía. El pelinegro se sentó en el borde de la cama y tomó el par de zapatos junto a la cómoda, haciendo una mueca al ver la suela arruinada. Mas de la mitad de sus zapatos se habían echado a perder desde que empezó a entrenar con Parker—Escuche que tú nutricionista vendrá a la torre en una semana. ¿Nervioso?
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The red means I love you (I) • Spideypool
FanficPeter Stark-Rogers está agotado del peso que sus padres y los medios de comunicación han puesto sobre sus hombros desde que era un crío. Además de la apretada agenda que debe cumplir, la falta de privacidad y los secuestros semanales para usarlo c...