XXV. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

121 12 68
                                    

"Peter Stark-Rogers lo hace otra vez"

Recientemente se ha dado a conocer un video donde el hijo de Tony Stark, Iron man, y Steve Rogers, Capitán América, se tira al suelo y convulsiona después de que una de las camareras de Lucca Pasta le disparara lo que parece ser un tranquilizante.

Según fuentes afirman, el futuro heredero de Stark Industries intentó abusar de ella, encerrándola en el baño...

Enojado, Peter tomó el control remoto y apagó la televisión antes de que el video apareciera en pantalla. Quería cerrar los ojos y descansar. Sin embargo, al abrir la mano se dio cuenta de que el control se había adherido a su piel, y por más que intentara arrojarlo lejos, esté no parecía ceder, similar a la sabana hace un par de horas en el laboratorio.

Después de encerrarse en su habitación, se puso a la tarea de recolectar información de lo ocurrido en el restaurante, pero ni siquiera tuvo que buscar para encontrarla. Apenas tecleó su nombre, cientos de fotografías y videos de los últimos días aparecieron en internet. Él era la tendencia del momento y las especulaciones de lo ocurrido no se hicieron esperar, cada una peor que la anterior.

Entre quienes lo acusaban de maltratador y los que llamaban a su acto una estrategia para llamar la atención, Peter no sabía qué era peor. Aunque, si de algo estaba seguro, era que jamás imaginó ser capaz de adherirse al techo ni tener un zumbido en la cabeza. No obstante, este no era un zumbido normal. Más que un zumbido, eran millones de corrientes en su cabeza, advirtiéndole de que algo estaba a punto de pasar.

Entonces, la puerta se abrió de golpe.

A pesar de la sensación de estar en peligro inminente, las únicas personas dentro de la habitación eran él y Parker, que cargaba una bandeja llena de comida entre las manos.

—eh... ¿Qué haces?—preguntó Parker, cerrando la puerta con el pie antes de acercarse a la cama.

Sobre su cabeza, Peter luchaba por separar sus manos y rodillas del techo.

—¿Qué te parece que estoy haciendo?—viró los ojos con fastidio. Sin embargo, intentó menguar su tono de voz al notar el pequeño puchero en las facciones de la variante—¿Qué hay de ti?

—te traje comida. Imagine que estarías hambriento—estiró la bandeja antes de que una mueca volviera a acaparar su rostro—En serio, ¿Qué haces en el techo?

—dímelo tú—hizo el amago de encoger los hombros—Un segundo estaba en la cama y al otro ya no. Ni siquiera lo hice de manera intencional.

—sí, eso pensé—chasqueó la lengua, dejando la bandeja sobre el escritorio para poner ambas manos sobre su cadera—fue tu sentido arácnido tomando el control, pero es normal. Te enseñare como controlarlo.

—¿sentido arácnido?—repitió, sorprendido de no haberse dado cuenta antes. Era tan obvio que ni siquiera hacía falta preguntar, pero de igual manera se aventuró a hacerlo—¿te refieres al zumbido dentro de mi cabeza?

—ese mismo—asintió, recostándose contra la pared—sé que puede ser molesto, pero es realmente útil. Prácticamente es lo que me ha mantenido con vida todos estos años.

—¿Cómo es eso?

—bueno, a diferencia de ti, yo no tuve ningún tipo de entrenamiento, ni crecí rodeado de super héroes que me enseñaran a usar armas para defenderme. Así que, cuando obtuve estos poderes, éramos solo yo y mi sentido arácnido.

—suena a que pasaste un mal rato.

—lo hice, pero con el tiempo aprendí a controlarlo y muy pronto tú...

The red means I love you  (I) • SpideypoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora