XX. Prometo ayudarte a esconder el cadáver

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Peter se envolvió bajo la sabana, cerrando los ojos con fuerza tan pronto la cortina fue retirada y los rayos de sol impactaron contra su rostro. Afuera el día era brillante y tranquilo, pero el castaño llevaba un buen tiempo sin salir de la cama como para prestarle atención al reporte del clima.

—este cuarto huele terrible. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste un baño?—preguntó Tony, deteniéndose frente a la cama con los brazos en jarras. Peter viró los ojos, escondiendo la cabeza bajo la almohada al tiempo que Steve entraba a la habitación—Eh, jovencito, sal de ahí que estoy hablando contigo.

—Tony—llamó el super soldado. Aunque Peter no alcanzó a verlo, supuso que le hizo una señal a su esposo para que se calmara—¿Cómo estás, Pete?

—excelente—mascullo entre dientes, predispuesto a continuar durmiendo.

—con Tony estábamos pensando en ir a almorzar los tres, como en los viejos tiempos.

—no tengo hambre.

—no era una pregunta—intervino Stark—Es la una de la tarde y tú no has comida nada desde... Ni siquiera estoy seguro de cuando fue la última vez que comiste algo.

Peter ahogó un gruñido, enterrando la cabeza en la almohada con la esperanza de ahogar el ruido exterior. Sin embargo, un segundo después esta fue removida de su rostro por la mano del mecánico.

—te hice una pregunta, Peter. ¿Cuándo fue la ultima vez que comiste?

—Tony, acordamos que le daríamos espacio para...

—no, Steve. Peter ya tuvo suficiente espacio—le interrumpió con tono de que él también tenia suficiente al respecto—Natasha dijo que podía ser un problema alimenticio y creo que tiene razón. ¿Cuántas veces hemos permitido que Peter se salte comidas en el último año?—hizo una pausa, aligerando el tono de su voz—Peter, sé que no soy la persona indicada para decirlo, pero tienes una pésima relación con la comida. Siempre que estás enojado o emocional, dejas de comer por quien sabe cuánto tiempo. Lo lamento si te incomoda, hijo, pero alguien tiene que decírtelo: Lo que estás haciendo no es sano y me preocupa las repercusiones que pueda estar teniendo en tu cuerpo.

Peter volvió a gruñir, enterrando la cabeza con mayor fuerza dentro de la almohada. Lo único que quería era volver a dormir. Además, él no tiene un estúpido trastorno alimenticio.

—eso es todo. Jarvis, llama a la doctora Cho y pide una lista con los mejores nutricionistas de la ciudad. Asegúrate de sacar una cita con cada uno de ellos si Peter se niega a cooperar.

—enseguida, señor.

Peter volvió a gruñir, rechinando los dientes igual a un animal rabioso.

—tu papá y yo solo queremos lo mejor para ti, Pete. Últimamente estás de malhumor todo el tiempo. No sales de tu cuarto, no hablas con tus amigos. Es como si quisieras esconderte de todo el mundo—intentó Steve, acariciando por encima de la sábana la espalda del castaño, del mismo modo en que solía hacer cuando Peter era pequeño—Te propongo un trato: Te dejaremos en paz si nos dejas llevarte a ese restaurante que te morías por visitar. Incluso podemos invitar a MJ y Harry. ¿Cómo dijiste que se llamaba el restaurante? ¿jacuzzi?

—Yakuza—corrigió Tony, exasperado—Tenemos una reservación para hoy a las dos.

—genial, pero no pienso salir. Me traen algo. Preferiblemente a recomendación del chef.

El castaño escuchó a sus padres suspirar al unísono.

—Peter, no sé de que otra forma decirlo, pero todos estamos preocupados por ti—expresó Steve, sentándose en el borde del escritorio—Llevas cuatro días sin salir de la cama. Por amor a Dios, ni siquiera te levantas para ir al baño—señaló la botella escondida entre la pila de almohadas en el piso.

The red means I love you  (I) • SpideypoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora