Who Is Him? [Vkook] Omegaverse [Finalizada]

Cuarenta y uno

Jungkook abría sus muslos lo máximo posible a la vez que enredaba sus dedos en el suave y esponjoso cabello del alfa que se empeñaba en complacerlo después de que se quejó porque en la primera vez que lo tomó esa noche no lo besó en su intimidad más profunda, allí donde más disfrutaba a parte de sus labios.

—Ah… Ah…Alfa

—¿Mhn?

Temblando habló—P-pongalo ya, no aguanto.

Taehyung sonrió y habló con su fuerte barítono—En cuatro, Ahora.

Jungkook obedeció con inmediatez, entre tanto, el alfa buscaba protección. Una breve espera y el omega fue recompensado con sus paredes estirándose deliciosamente ante la rápida intromisión.

Apretó los labios cuándo comenzó a sentir las potentes arremetidas del alfa, le encantaba que fuera tierno con él, pero cuando era tan dominante lo volvía loco, enajenado a lo que quisiera hacerle, gemía sin sutileza derramándose bastante más rápido de lo que estaba acostumbrado.

—Quieto—ordenó con voz potente el mayor al notar como el chico al que tomaba con vigor quería desplomarse sobre la cama en pequeños temblores debido al éxtasis que recorría su cuerpo en ese momento.

Jungkook lloriqueó pero mantuvo la posición aunque las extremidades le temblaran, las lágrimas le brotaran de los ojos y los dedos le dolieran de la fuerza con la que apretaba las sábanas debido a la sobreestimulación, resistió un poco pero terminó por desplomarse sobre la cama aunque esto no disuadió al alfa de seguirse clavando en él con ímpetu enterrando su rostro contra las sábanas.

De repente estaba boca arriba con el vigoroso alfa sobre él gruñendo algo sobre la exquisitez de su cuerpo en cada penetración y cuando algo se expandió en su entrada todo cesó y el cerebro del chico por fin tuvo la oportunidad de salir del letargo.

O al menos lo intentó, porque el alfa jugueteaba con sus dientes sobre el sitio en donde se realizaba la marca de unión.

Para el Omega fue motivo de sorpresa que su lobo no resintiera la insinuación sobre ser marcado, se le enseñó que debía evitarlo a toda costa, pero si lo hacía Taehyung, su Tae, quizá no fuera tan malo.

—¿Estás bien?—El mayor tenía un intenso color rojo en las mejillas por los efectos propios del orgasmo y la vergüenza que lo asaltaba cuando trataba al menor con esa rudeza más propia de su lobo. También observó cómo el color púrpura en los ojos del menor desaparecía.

—Sí, alfa—y alzó un poquito el rostro para frotar mimosamente la mejilla con la del contrario.

—¿No te duele?—se quiso asegurar, porque si traía a la mente el recuerdo de la forma en lo que lo tomó hace un momento no negaría que lo inquietaba el tono rojizo que adquieron las nalgas del contrario al parecer, por el choque energico  entre los cuerpos, aunque su lobo estaba orgulloso de tomar al contrario con esa ferocidad.

—No, béseme.

El omega desarrolló un gusto particular, entre otras cosas, por sentir como su entrada se iba distensionando al compás de los besos que el otro le daba, por lo que juguetearon con su lengua y sus labios hasta que el miembro de Taehyung se desinflamó.

—¿Vamos a bañarnos?—el mayor miró rápidamente el reloj sobre la mesa que marcaba la una y cuatro de la madrugada, fue muy sencillo que el omega quebrara su resolución de no intimar dentro de la casa de sus padres, pero no se arrepentía, lo deseaba con cada fibra de su cuerpo y lo quería con cada pedazo de su corazón, por lo que lo cargó en brazos hasta el baño en donde lo asistió diligentemente en el aseo de su cuerpo.

Jungkook era una persona independiente y autónoma pero disfrutaba demasiado ser atendido de esa forma por su alfa, que le masajeara el cuero cabelludo para lavarlo jamás se sintió tan bien, ni siquiera en manos de los estilistas que le asistían en el Imperium, todo era mejor con su alfa.