•|CAPÍTULO V|•

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Nos encontrábamos de vuelta en el salón. George y yo, descansábamos en el sofá mientras Lockwood y Lucy traía varias cosas cubiertas con trapos que colocaron sobre la mesita de café. El castaño se sentó en el sillón  al lado contrario de la mesa mientras su compañera acercaba una silla a su lado.

—¿Tienes tú currículum?—cuestionó el moreno a mi lado, dando por comenzada la entrevista.

En señal de respuesta, saqué la grarpeta de mi bolsa, la abrí y pesqué rápidamente el porfolio. Al tenderle mi currículo, casi parecía sorprendido.

—Es bastante grueso...—comentó la joven casi para si misma.

George se levantó con él en la mano y se acercó hasta quedar entre sus compañeros. Una vez estuvo a la vista de los tres, comenzó a pasar página tras página: mis títulos, reconocimientos, certificados, copias de los informes de los casos en los que había trabajado y mi ficha del DICP. Estuvieron un rato en silencio leyendo detenidamente todos los documentos que definían mi vida.

—¿Obtuviste el cuarto grado a los catorce años?—Lucy fue la primera en hablar y lo hizo con tono de sorpresa.

—¿Crimson & Todd? ¿La agencia de la que obtuviste formación lleva tu apellido?— Lockwood no dejó que respondiera la pregunta de su compañera antes de hacer otra.

—Aquí dice que tu talento es el tacto empático, ¿qué clase de talento es ese?

Con George uniéndose al interrogatorio, las preguntas empezaron a llover y de pronto me sentí agobiada. Ninguna de las agencias a las que me había presentado anteriormente, habían indagado tanto en mi currículum. Para empresas como Fittes y Rotwell, los agentes eran solo un número, nada a lo que prestar demasiada atención, de echo parecían encantados de desecharme. Sin embargo en Lockwood & Co la plantilla era más bien reducida. Con solo tres personas trabajando en la empresa, era natural que quisieran conocer al dedillo la vida académica y laboral de sus integrantes. Aquello me dio esperanza. Si no hubieran estado interesados simplemente hubieran pasado por encima.

—¡Basta!—exclamé, completamente saturada por sus voces superpuestas.—Responderé a todas vuestras preguntas pero por favor, de una en una.

Aquello pareció sosegar su interés y tras un par de miradas cómplices, decidieron que Lockwood sería quien conduciría la entrevista.

—Crimson & Todd.—Una orden clara y directa de que hablara sobre lo último de lo que quería hablar. No fue una pregunta.

Suspiré mientras me preparaba mentalmente para abrir mi corazón a unos completos desconocidos. Aquella herida jamás sanaría pero un trabajo nuevo en una ciudad nueva formaba parte del plan que me había propuesto al salir de mi pequeño pueblo natal. Si debía hablar de mi familia, lo haría.

—Crimson & Todd se fundó mucho antes de El Problema.—Aquella afirmación hizo que sus rostros perdieran el color por lo que rápidamente continué para esclarecer sus dudas.— Gilderoy Todd era un maravilloso carpintero y herrero que trabajaba junto a su gran amigo Edwin Crimson en el sector funerario. Uno se encargaba de los fallecidos y sus familias y el otro de los recursos necesarios.

>>Durante muchos generaciones Crimson & Todd fue tan solo la funeraria de un pueblo campestre. Cuando surgió El Problema, los Todd se habían unido a la familia Crimson años atrás y su apellido se había perdido pero la empresa decidió mantener el nombre. Al inicio no habla tanta información pero los talentos ya eran reconocidos y los Crimson fueron lo suficientemente afortunados como para que todas las generaciones tuvieran talento. El pertenecer al sector funerario ayudó a que pudieran erradicar el problema desde la base: las mortajas de hacían de cota de malla, los féretros se forraban de hierro... Rápidamente Crimson & Todd se convirtió en el salvador de Glastonbury. Era una agencia que hacía las cosas de forma diferente, no seguía los cánones de enseñanza de Fittes y Rotwell, eran independientes pero convirtieron al pueblo en uno de los más seguros tras El Problema. A día de hoy es casi como si nunca hubiera existido. Nosotros nos encargamos de los visitantes que surgían de fuentes pre-problema antes de que fueran una molestia. En Glastonbury no hay toque de queda, a penas hay lámparas fantasma y te aseguro que la gente vive una vida normal, sin miedo.<<

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