•|CAPÍTULO XXIII|•

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Dianne Crimson

La mañana del día siguiente al intento de robo en nuestra casa, George se puso en modo turbo-limpieza para poder dejar todo tal y como estaba antes del allanamiento. Decidida a no pensar en los eventos transcurridos los últimos días, me ofrecí a ayudarlo con su tarea.

No recuerdo el momento exacto en el que pensé que aquello sería una gran idea, porque apenas un par de horas después estaba a punto de convertir a mi amigo en mi nuevo entrenador personal. Y es que a pesar de que yo entrenaba todos los días, a diferencia de mis compañeros, jamás hubiera imaginado que una mañana de limpieza a fondo de la casa fuera a suponer un esfuerzo tan grande. Estaba molida.

Mientras que yo simplemente quería volver a la cama antes de tener que preparar el almuerzo para todos, George decidió que podíamos invertir lo que quedaba de mañana en algo mucho más productivo.

Gracias a mis habilidades con los artefactos y contenedores, y gracias a sus dotes de cerebrito, construimos un hermoso retenedor para fuentes que nos permitiera observar e investigar el anillo de Anabelle sin riegos y con lentes de aumento incorporadas a una cámara que no permitía emitir una imagen clara de la sortija en el pequeño televisor de George.

Todo estaba listo para continuar investigando por lo que, antes de que yo pudiera reclamar un par de horas de sueño más, mi amigo decidió despertar a los demás.

• • •

— ¿Qué estamos mirando?— interrogó Lockwood con curiosidad mientras contemplaba nuestro magnífico invento.

— Hemos puesto el anillo detrás del cristal plateado para poder examinarlo con seguridad— expliqué brevemente mientras Karim terminaba de ajustar las lentes.

— Pero, si es de día.— El sentido de la autopreservación de Lucy brillaba por su ausencia.

— Ya, bueno —comenzó a rebatir George distraídamente.— Es evidente que me gusta el riesgo un poco menos que a ti, ¿no?

Nadie respondió. Estaba claro que nuestra amiga era la más temeraria del grupo, al menos sus acciones así lo demostraban.

— Bien — carraspeé tratando de llamar la atención de los demás,— el intruso quería el anillo pero, ¿por qué?

Con un leve asentimiento, le di la señal al de gafas para que procediera con nuestra explicación. Rápidamente, presionó un botón en el aparato que hizo que las imágenes que se veían a través de las lentes de aumento, se pudieran ver en la pantalla de la televisión.

— El grabado...— señaló Karim, provocando que todos llevásemos la vista hacia en interior de la sortija.

— H 22 115 — leyó Lucy en voz alta para todos.— Tal vez...¿H de Hugo?

No pude evitar resoplar, completamente frustrada. Seguían ignorando mi visión sobre el tema. No creían que Hugo no fuera el asesino y estaban tan centrados en eso que, como burros, eran incapaces de ver más allá.

— No, no es H de Hugo— sentencié con firmeza al tiempo que me acercaba a la encimera y cogía la copia de Hamlet que había estado revisado aquella mañana.— Esa H corresponde a la obra, segundo acto, segunda escena.

Dejé el libro sobre la mesa y rápidamente Lucy lo atrapó, paseó los dedos a través de las páginas y dio con la correcta. En voz alta recitó:

— Duda de que sean de fuego las estrellas, duda de que el sol se mueva, duda de que la verdad sea mentira, pero nunca dudes de mi amor...— Pareció quedarse en trance durante un segundo, mientras trataba de entender el mensaje.— ¡Eso es! El grabado es una carta de amor, por eso Annabelle queria que yo cogiera el anillo, porqué demuestra que Hugo y ella estaban juntos...

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2023 ⏰

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