WITHIN DARKNESS, THROUGH LOVE

Capítulo 3- Ilegal

-Mi cuarto, el baño, la biblioteca y el cuarto de George. No entraría ahí nunca sin llamar. Una vez lo hice y le pillé haciendo yoga. Desnudo. Una visión poco agradable.- Rió. -Bajemos- Empezó a bajar las escaleras pero había una habitación de la que no me había hablado.

-¿Y esa?- Le pregunté apuntándola.

-Es privada. No tiene importancia.- Siguió bajando para que fuera con él.- Esta es la parte más importante.- Entramos en la cocina, en el centro había una mesa de comedor.

-Lo llamamos el mantel de pensar. Apuntamos recordatorios, teorías, ideas... Es muy útil. Resolví mi último caso dibujando los planos de Londres en este mantel un día a las tres de la mañana, con tostadas de queso. -George, que se encontraba allí cocinando algo, habló.

-Cuando un caso va mal y nos enfadamos y no nos hablamos, también sirve para intercambiar insultos.- Retiré una taza que medio tapaba una frase. "Lockwood es un imbécil" y una caricatura de él a modo de mofa.

-Y eso, ¿cada cuánto ocurre?

-No muy a menudo.- Lockwood contestó y sonrió. Tenía una sonrisa amplia y sincera.- Sígueme, aún no hemos acabado.

Bajó por unas escaleras a lo que parecía un sótano.

-Despachos, zona de investigación e información. George está obsesionado con toda la historia de "El Problema", y aquí están todos los libros sobre el tema que puedas encontrar. Está empeñado en averiguar por qué ocurrió. Ah por cierto, esta es la zona de entrenamiento, George instaló unos cañones de humo simulando los movimientos estratégicos de los espectros. Aunque, asumiendo que completó los cuatro cursos, no le hará falta mucho entrenamiento.

-Así es...

Luego subimos de nuevo, esta vez hasta la buhardilla. Pero antes de llegar, me fijé en unos periódicos colgados y enmarcados en la pared junto a las escaleras. Eran artículos sobre él.

"Prodigio adolescente arrasa la competición" Y una foto de Lockwood con el equipaje de esgrima.

Por fin llegamos a la buhardilla. Subió la persiana para dejar la luz entrar por el ventanal. Me pareció un lugar precioso, amplio, con una cama en el centro, luces acogedoras, gran ventana y todo de madera. Era perfecto.

-Esta será tu habitación. De niño dormía aquí... Tiene baño propio, no es tan grande como el de abajo pero ese lo comparto con George y... No le deseo eso a nadie jajaj. A menos... que ya tengas un lugar donde alojarte.

-Sí, quiero decir, no.

-Genial. Por supuesto el alquiler se descontará de tu sueldo. Ninguna exageración, solo lo justo para pagar las facturas. Soy un casero responsable.

-Gracias por esto...

-A ti.- Volvió a sonreírme.- Bien, ¿Alguna pregunta?

-No, solo... ¿Qué eran esos recortes de periódicos en las escaleras?

-Ah, así que te has fijado... No es muy modesto de mi parte ¿verdad? Debería quitarlos.

-No, no es eso, es solo que, me has hablado de la casa y de George pero... ¿Qué hay de ti? ¿Quién eres tú?

-Ya habrá mucho tiempo para eso. Por ahora, te dejaré instalarte y descansar. Debes de estar agotada. Duerme un poco. Mañana nos organizaremos.- Lockwood se fue y me quedé allí sola.

Comencé a desempaquetar todo, saqué mi ropa, me quité los zapatos. Colgué todas mis fotos y posters, saqué mis libros y los dejé en mi mesilla junto con mi walkman. Coloqué mi osito (sí tengo un osito, es un recuerdo de cuando era niña) en mi cama y después me di una ducha. Al salir me puse cómoda y me vestí. Escribí un rato en mi diario pero me aburrí así que decidí bajar a explorar un poco. Mientras bajaba me paré de nuevo observando la puerta misteriosa.