WITHIN DARKNESS, THROUGH LOVE

Capítulo 18- Tú.

-¿Qué creéis que querría?

Nos encontrábamos los tres de pie, reunidos en la cocina, al rededor del "mantel de pensar" reflexionando. Habíamos estado todo el día cada uno a lo suyo, todos en silencio y preocupados por lo ocurrido, así que Lockwood convocó una reunión después de la cena.

-No lo sé, pero fuera lo que fuese lo buscaba con enorme desesperación, nos ha desbaratado toda la casa.- George se quejaba.

-Mierda...- musité esperando que ninguno de los dos me escuchase.

Ambas cabezas se giraron hacia mí.

-¿Algo que quieras compartir con la clase Spellman?- George me miraba con las cejas levantadas. Lockwood simlemente me observaba en silencio.

Suspiré hondo y con la expresión algo preocupada metí mi mano vendada en el bolsillo de mi pantalón para sacar el anillo de Annabel de él y extendérselo a Lockwood con cuidado. Estaba metido en una bolsita de tela y puesto en un colgante. Lockwood lentamente lo cogió y lo miró de cerca.

-No será...?- George fruncía el ceño.

-Lo es.- Le contesté.

-El anillo de Annabel.- Lockwood me miraba fijamente.

-¡ESTÁS COMPLETAMENTE INESTABLE!- George me gritaba incrédulo.- ¿¡CÓMO PUEDES LLEVAR ESA PORQUERÍA ENCIMA!?

-Lo sé, lo sé. Lo siento, no sé por qué lo cogí.

Entre todo el panorama, Lockwood me miraba aún con el anillo en sus manos mientras una sonrisa cargada de astucia (Su típica sonrisa de pícaro inteligente) se formaba en su rostro.

-Eres la ostia.- Dijo mientras me sonreía.

-¿¡Qué!?- George nos miraba a los dos desesperado.- Dios mío, me vais a matar. Estáis igual de afectados de la cabeza.

-¿No te das cuenta? Gracias a esto- Sacudía el anillo frente a él- Resolver el caso será muchísimo más fácil. Menos mal que lo llevaba encima. El ladrón nos lo habría robado en seguida.

George suspiró, aún incrédulo por su reacción.

-¿Y exactamente cómo nos va a ayudar en la investigación?- Preguntó.

-Podría conectar con ella.- Esta idea no pareció hacerle mucha gracia a Lockwood.

-Creo que no es una buena idea.

Yo le miré seria.

-Puedo hacerlo.

-Lo sé, pero puede ser peligroso.

-Tendrá cuidado, ¿verdad?- George intervino. Yo asentí ante su pregunta.

-Bueno... mejor esperemos a mañana, por el día será más débil.

-Está bien, mamá.

Yo reí ante el comentario de George pero al ver que Lockwood no reía me callé y me disculpé.

-Voy a ducharme.- Dijo todo serio dejando el anillo en la mesa y saliendo de la cocina.

Nos quedamos George y yo solos. Yo miré a George confundida y le hice un gesto con la cabeza como preguntando '¿Qué le pasa?'. Él como respuesta levantó los hombros y me miró igual de confundido.

Salí de la cocina en dirección a mi cuarto, no sin antes coger la bolsa con el anillo y asegurarla en una de esas cajas para retener reliquias de George.

A la que subía me crucé con Lockwood saliendo de la ducha. Estaba con toalla y el pelo mojado. Salió despreocupado, y en cuanto le vi me quedé paralizada en el rellano. Pude sentir mis mejillas colorarse y el calor subir por todo mi cuerpo, mis ojos abiertos como platos y mis manos jugando entre ellas.