Capítulo 15- Hugo.

245 17 13
                                    

T/n's POV:

Al salir del baño escuché el timbre de la puerta sonar. Estaba por bajar las escaleras para abrir y ver quién era cuando el brazo de Lockwood me impidió el paso.

-Yo voy.

Me quedé en el rellano viendo cómo bajaba las escaleras y abría. La distancia y las escaleras no me permitían ver de quién se tratara, así que me senté en un escalón a escuchar la conversación en intentar enterarme de lo que hablaban.

-¿Puedo ayudarla?

-¿Está la señorita Spellman?

-¿De parte de quién?- La conversación me empezaba a preocupar. Empecé a bajar las escaleras en silencio para acercarme.

-La asistente del señor Barnes. Creo que a él si le conoce, ¿Me equivoco, señorito Lockwood?

-El caso es que ahora mismo estamos algo ocupados.- Ya estaba Lockwood pasándose de chulo. Decidí que era el momento de intervenir, aparecí detrás de él y la chica me vio.

-¿Qué es lo que ocurre?

-Debe acompañarme hasta la comisaría.

-¿Perdón?

-Vístase y acompañeme, no haga preguntas.- La mujer se mantenía seria, era algo intimidante.

-Oiga usted no tienen ningún derech--Le interrumpí.

-Está bien. Deme 5 minutos.

Subí a mi cuarto rápidamente, me puse lo primero que ví. Un jersey tejido de rayas granates y negras y unos vaqueros. Unas converse y mi abrigo. Al llegar a la puerta de nuevo vi que Lockwood estaba allí esperando, ya vestido, junto con la mujer.

Nos subió en un coche que ya tenía conductor, ella se sentó en el asiento del copiloto y nosotros dos en los asientos de atrás.

El trayecto fue incómodo y en absoluto silencio, pero ni me percaté. Estaba demasiado asustada.

¿A la comisaría? ¿A qué? ¿Por qué a mí en específico? ¿Y si me multaban o me encerraban por trabajar sin licencia del cuarto curso? ¿Y si le retiraban la agencia a Anthony por mi culpa? ¿Y si me deportaban de vuelta a casa? ¿Y si... Y si...?

Los nervios eran tales que comenzaban a manifestarse de forma física.
Empezaba a sudar frío y sentir mi estómago revolverse. Jugaba con mis manos temblorosas y me mordía el labio sin darme cuenta de que me había sangrar.

Sentí una mano sujetarme delicadamente la muñeca, impidiéndome el temblor. La miré y luego giré la cabeza hacia su dueño.

-Tranquila, todo irá bien.

Asentí con miedo en la mirada.

-Estás sangrando.

-¿Qué?- Le miré confundida.

-Tu labio.

-Ah, ya.. Me pasa cuando me agobio, no es adrede.- Giré la cabeza hacia el lado contrario para que no me viera y me trataba de limpiar la sangre con los dedos. Entonces, de nuevo su mano, se apoyó en mi mandíbula para girarme la cabeza cuidadosamente y mirarle a él.

Su rostro se acercó mucho al mío y mientras con una mano me sujetaba la mandíbula, con la otra limpiaba delicadamente mi labio con un pañuelo, mirando atentamente cada cura que me hacía.
Una sensación extraña y algo cosquillosa apareció en mi estómago. Me miró a los ojos al notar que le miraba. Nos mirábamos.

-Ya llegamos.- Dijo la mujer, espabilandonos a ambos.

Lockwood se separó de inmediato e hizo como que no había pasado nada.
Salimos del coche y entramos en la comisaría.
Nos llevó hasta una sala de espera donde nos sentamos en unas sillas.

WITHIN DARKNESS, THROUGH LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora